El presidente del municipio de Petatlán, en el Estado de Guerrero, Arturo Gómez Pérez, fue ultimado poco antes de terminar 2017. Con ese asesinato, sumaron nueve los alcaldes asesinados en el año que se cerró. El más alto de toda la historia. En los seis años de gobierno de Enrique Peña Nieto, el número de alcaldes muertos de manera violenta asciende a 23. Sin embargo, el fenómeno viene de lejos. Durante el gobierno del predecesor de Peña Nieto, el conservador Felipe Calderón, fueron asesinados otros 32. Gómez, integrante del opositor Partido de la Revolución Democrática (PRD), fue acribillado mientras cenaba en un restaurante de Petatlán, siendo el segundo alcalde perredista ultimado en Guerrero en los últimos dos años. Pocas horas después, degollaban en su domicilio a un concejal, también del PRD, en la localidad de Jalapa. En esta cifra no se cuenta a los integrantes de las legislaturas municipales asesinados. El último de ellos fue Adolfo Serna, candidato del gobernante PRI a la alcaldía de Atoyac, en el Estado de Guerrero, asesinado el último día de 2017. Sin embargo, la ola de asesinatos no se limita a los políticos. En los primeros once meses de 2017, casi 27.000 personas han sido asesinadas en México, lo que representa una media de 2.000 homicidios al mes. Todo esto en un país con algo menos de 130 millones de habitantes. La mayoría de los casos –por lo general, impunes- han sido atribuidos a la guerra entre el gobierno y el narcotráfico.
Hacete socio para acceder a este contenido
Para continuar, hacete socio de Caras y Caretas. Si ya formas parte de la comunidad, inicia sesión.
ASOCIARME