Alrededor de las 23:00, hora local de la víspera en el centro paceño se produjo un fuerte enfrentamiento entre mineros defensores del presidente, Evo Morales, y fuerzas de choque opositoras en demanda de nuevas elecciones, que una intensa lluvia logró dispersar de las calles adyacentes a la Casa Grande del Pueblo (sede del Gobierno nacional).Camacho, cabecilla del Comité Cívico Pro Santa Cruz, el lunes en la noche ante miles de seguidores aseguró que conseguiría la dimisión del mandatario y anunció la radicalización de sus iniciativas, entre ellas los planes de movilizaciones, bloqueos, cierre de fronteras y la toma de instituciones públicas.
‘Por más dinamita que traigan, por más grupos de choque que traigan, por más muertos que quieran generar en las calles, no tienen derecho a remover a un Gobierno que ha sido elegido por millones de bolivianos que no fueron elegidos en una oficina de un comité cívico’, remarcó el titular de Defensa.
‘Es una demanda inviable, absurda y además abusiva y ahora está costando vidas, sangre y espero que recapacite el señor Camacho’, insistió Zavaleta, en referencia a una carta de dimisión que redactó el empresario y trajo anoche a La Paz para la firma del jefe de Estado, después de un intento fallido el día anterior.
También el miércoles el central departamento de Cochabamba registró hechos de persecución, odio, racismo y discriminación generados por grupos de choque opositores, donde un joven pagado, según revelaron sus padres, para que participara de los bloqueos perdió la vida.
En relación al suceso, Morales divulgó a través de la red social Twitter su profundo pesar por el fallecimiento de Limbert Guzmán, ‘víctima inocente de la violencia promovida por grupos políticos que alientan el odio racial entre hermanos bolivianos’.
El estadista reiteró el ‘llamado a la paz social para devolverle la tranquilidad a nuestro pueblo’, mientras espera la culminación de la autoría internacional a las elecciones del 20 de octubre en desarrollo para definir si hubo o no fraude, como denunciaron los perdedores, sin que hasta ahora presentaran pruebas.