El gobierno del estado brasileño de Río Grande do Sul, fronterizo con Argentina y Uruguay, suspendió el uso de un larvicida destinado a combatir al mosquito Aedes Aegypti debido a la sospecha que este químico puede tener relación con los casos de microcefalia en bebés. Este producto será el que emplee Uruguay para prevenir la epidemia de dengue.
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Sin embargo, la directora de la Organización Mundial de la Salud (OMS), Margaret Chan, afirmó que «no hay evidencia que sugiera que el larvicida podría ser la causa del brote actual de microcefalia en el noreste de Brasil o el que golpeó la Polinesia francesa en 2013-2014”.
Todo surgió debido al cuestionamiento emitido por un grupo de médicos integrado en la organización con sede en Argentina Physicians in the Crop-Sprayed Towns acerca de los efectos del químico. El ministro de Salud de Brasil, Marcelo Castro, afirmó que el producto no representaba peligro alguno para la población
«Eso es un rumor que carece de lógica y sentido. No tiene ningún fundamento. Es (el larvicida) aprobado por la Anvisa (Agencia Nacional de Vigilancia Sanitaria) y usado en el mundo entero», afirmó Castro en declaraciones.
El posicionamiento de las autoridades ha sido avalado finalmente por fuentes de la OMS, las cuales estudiaron los datos proporcionados por el fabricante y no encontraron indicios de que el larvicida tienga efectos sobre el desarrollo reproductivo.
Pyripoxifen es uno de los 12 larvicidas recomendados por la OMS para combatir las poblaciones de mosquitos. Este producto se creó a finales de la década del 90 con el fin de eliminar a los mosquitos que resisten a los insecticidas. Más de 90% del químico se excreta en la orina dentro de las 48 y fue testado en animales preñados demostrándose que no implicaba ningún impacto en la descendencia.