El ministro de Trabajo y Seguridad Social Ernesto Murro, consideró que el caso de la agresión al trabajador rural en Salto «es gravísimo». Ante esta situación ya está trabajando en el lugar la Inspección de Trabajo y se ha hecho la denuncia penal.
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Murro, junto al director nacional de Trabajo, Jorge Meza y el titular de la Inspección de Trabajo, Gerardo Rey, dio una conferencia de prensa donde confirmó que la denuncia judicial en Villa Constitución ya pasó a la órbita de la Justicia Penal.
Horas antes, Marcelo Amaya, integrante de la Unión Nacional de Trabajadores Rurales (Unatra), dijo en declaraciones al programa Inicio de Jornada de radio Carve que el pasado lunes 18 de setiembre trabajador se presentó frente a su jefe para reclamarle el pago por las horas extras que había realizado.
Según esta versión el capataz del establecimiento Flor de Ceibo del departamento de Salto, reaccionó mal y lo amenazó «con un arma blanca». Posteriormente regresó con un arreador y le dio una golpiza al peón: «lo golpeó en la espalda y le generó una fractura en algunas costillas y lesiones en la cabeza», apuntó. Todo esto quedó asentado en la denuncia policial que el peón presentó.
El trabajador realizó la denuncia de los hechos dos días después al continuar los dolores provocados por la golpiza. Se encuentra internado en el hospital de Salto y tiene algunas costillas fracturadas.
Por su parte el Pit-Cnt condenó los hechos. Ricardo Cajigas, responsable de la Secretaría del Interior de la central sindical, expresó a la web del Pit-Cnt su rechazo de plano la «brutal agresión que le propinaron el propietario y capataz de la estancia Flor del Ceibo del departamento de Salto a un peón rural. La imagen de la espalda del trabajador es elocuente de la violencia» que debió padecer una persona por querer acogerse a la ley de ocho horas aprobada por la mayoría de los legisladores.
El Secretariado Ejecutivo aprobó una declaración en la cual «repudia la brutal agresión recibida por un trabajador rural en la localidad de Estación Itapebí, departamento de Salto, por parte del capataz y el dueño de la estancia Flor de Ceibo. El reclamo por las malas condiciones de trabajo, incluidas las largas jornadas que se le exigían hasta 14 horas diarias desataron la furia de la patronal, quienes lo atacaron con un rebenque».
La dirección de la central sindical entiende que este hecho es intolerable, ya que «se quiere imponer de forma violenta un trabajo esclavo. Estas son algunas de las patronales que después pretenden levantar denuncias ante la OIT por la supuesta vulneración de sus derechos».
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