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Muertes para justificar mentiras, mentiras para justificar muertes

Pocas horas después de la muerte de Ismael, un joven de 13 años; rueda por redes una foto de otro joven con un arma, justificando su asesinato y desviando a la opinión

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Esta parece ser la era de las fake news; cualquier cosa que quepa en el fácil y amplio marco del prejuicio se cree, se cree sin discutir, sin contrastar, se cree sin sospechar. Es como si se estuviera esperando alguna información que ayude a alimentar cualquier fantasma, el fantasma de turno.

Ahora le tocó a Ismael Ramírez, un joven de 13 años, era realmente un niño. Estudiaba en la Escuela No. 225 «Granaderos de San Martín», en Roque Saénz Peña, Argentina. Según el relato de todos sus conocidos, era gentil, tranquilo y alegre.

Su mala fortuna giró al rededor de las circunstancias en que le tocó vivir y en que le tocó morir. Vivió en una zona apartada de un país que debido a una serie de malas decisiones de su gobierno, cayó en una profunda crisis económica, y de la mezcla de hambre con desesperación siempre resulta alguna tragedia, cuando no son muchas.

Caminaba con su hermano frente a un supermercado cuando se produjo un intento de saqueo por parte de varias personas que rompieron vidrieras y trataron de ingresar a tomar lo que la oscuridad y la confusión les permitiera llevarse. Desde algún lado, bajo circunstancias aún sin determinar, alguien con un arma, que según las pesquisas no era un arma oficial, disparó en varias ocasiones, pero un solo y certero impacto alcanzó a Ismael en el pecho.

Lo siguiente que le jugó en contra fue la llegada de la policía, que en el intento de dispersar la turba no dejó pasar la ambulancia que debía auxiliarle, una ambulancia también fue considerada sospechosa en ese mal momento; pudo estar ahí la diferencia entre vivir y morir… Ismael murió.

Luego, ha sido su familia quien ha tenido que sobrellevar, además del dolor inherente a semejante pérdida, toda la carga de mentiras que han caído sobre Ismael. Sus hermanos, su madre, su maestra, sus compañeros de la escuela, todos han tenido que gritar a una sola voz que por favor no mientan más.

A sólo unas horas del deceso de Ismael, alguien, con la clara intención de desdibujar los hechos, y de alguna, o de cualquier manera justificarlos, ha puesto a rodar en redes sociales la foto de un joven, también casi un niño, posando con un arma en la mano. Por medio de una falsa información se le terminó endilgando a Ismael la culpabilidad sobre su propia muerte.

Supermercado que intentó ser saqueado. Foto: Diario Norte

El mensaje es claro: lo merecía, se lo buscó, era culpable, era un delincuente. La irresponsabilidad con que se difundió esta información falsa es asombrosa, en cuestión de horas a cualquiera que lamentara la muerte de Ismael, exigiera justicia y clamara por el cese de la incertidumbre económica del país, de forma inmediata se le respondía con la imagen de un joven armado cuyo rostro se le quiso poner a la fuerza a Ismael Ramírez; para la soberbia todo vale.

Si la sociedad aprendiera de sus errores, sabría que a Ismael lo mató una cadena de eventos cuya responsabilidad llega hasta lo más alto del Gobierno Argentino, aprendería que una licuadora no vale más que la vida de un pibe, aprendería que la neurosis colectiva de tener a una sociedad asustada causa más problemas de los que resuelve, aprendería que pedir más armas en las calles como alternativa al «problema de seguridad» es la antesala de la muerte fácil, de la muerte de cualquiera; y aprendería que pocas cosas hay más mezquinas que tapar los errores con mentiras.

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