Por P.S.
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Cuando Donald Trump lanzó su candidatura a la presidencia de Estados Unidos, mucha gente no lo tomó en serio. Los medios y analistas consideraron que sería derrotado en la interna por otros candidatos. Pero el hombre siguió con su prédica nacionalista, amenazando a los emigrantes, proponiendo un muro en la frontera con México. Despertó sonrisas, incredulidades varias y las páginas de humor de los diarios hicieron su zafra. Sin embargo, ganó. Y ahora está a días de asumir el cargo y mudarse a la Casa Blanca. Desde allí, sentado en el Salón Oval, dirigirá al gobierno de la nación más importante y poderosa del mundo, y lo que promete no parece ser el escenario más optimista.
Ese escenario comenzó a modelarse en los hechos, luego de que el republicano ganara las elecciones, y tuvo un momento de tensión cuando presionó a General Motors y Ford, empresas a las que amenazó de que tomaría represalias si mantenían sus inversiones en el extranjero. FIAT también fue amenazada. Por esta vía, Trump dejó en claro que va en serio con sus propuestas de impedir inversiones que beneficien a países extranjeros y generar condiciones para que las empresas estadounidenses que funcionan en el exterior vuelvan.
Uno de los colaboradores del presidente electo fue explícito al definir la política exterior del nuevo gobierno: los derechos humanos no deben ser el centro de la diplomacia. Más allá de cuánto ha respetado Estados Unidos los derechos humanos en el mundo, es cierto que desde mediados de la década de 1970 estos se han transformado en un pilar del discurso estadounidense; el cambio de paradigma aparece como el centro de la política exterior. De concretarse, esto provocaría un giro notable en la diplomacia.
En ese sentido, las intimidaciones parecen comenzar a tener éxito después de que Ford cancelara una inversión de 1.600 millones de dólares a cambio de ampliar sus operaciones en Estados Unidos, recuerda El País de Madrid en un análisis sobre las amenazas a la economía de México. En este sentido, representantes de FIAT Chrysler aseguraron que sería “una gran locura” hablar de nuevos proyectos en México. La industria automotriz constituye uno de los pilares de la economía de México y representa 3% del Producto Interno Bruto (PIB) de ese país. Varias empresas del sector se han asentado del otro lado de la frontera, aprovechando la mano de obra barata, pero esto, a juicio de Trump y su equipo, ha perjudicado el trabajo de los estadounidenses.
Pero no se quedó en eso. El miércoles desde la Trump Tower s, un feo edificio de su propiedad en Nueva York, transformado en cuartel general, dio una conferencia de prensa en la que dejó en claro varios puntos que regirán su gobierno. Además de afirmar que un informe que lo vincula con Rusia está constituido por “noticias falsas” y es “una desgracia”, anunció que revocará el programa de salud de su predecesor, conocido como Obamacare, y aseguró que “México pagará por el muro”.
“Tenemos grandes noticias”, arrancó Trump antes de que comenzaran las preguntas. Las grandes noticias son los anuncios de las empresas automotrices de que invertirán en Estados Unidos, entre otras medidas que enumeró. Su plan para evitar que los capitales sigan saliendo del país parece comenzar a levantar cuelo.
En cuanto a sus intereses empresariales, Trump fue claro: los dejará mientras sea presidente. “Don y Eric van a manejar la empresa, no lo van a discutir conmigo. Tendrán todo el control”, dijo en alusión a sus hijos. Su hija Ivanka se mudará a Washington y no tendrá ninguna función en la empresa.
Pero la atención, más allá de la polémica con un periodista de la CNN, fue el muro en México. Dijo que no esperará un año y medio para alcanzar un acuerdo para empezar a construirlo. “México va a pagar por el muro, pero será un reembolso”, aclaró.
Un informe presentado por BBC Mundo señala cinco consecuencias que podría tener el muro: el riesgo que supondría para los miles de migrantes que diariamente intentan llegar a Estados Unidos. No es algo nuevo, agrega la BBC, y señala que desde 1994 Estados Unidos ha instalado vallas que hoy alcanzan 1.100 kilómetros de la frontera, y eso ha obligado a los inmigrantes a buscar pasos más remotos y arriesgados. Eso aumentó el número de muertos entre quienes intentan cruzar la frontera.
Además de las afectaciones a las actividades humanas, el medio ambiente también está en juego, según el informe. Y para demostrarlo recuerda que en 2011 la ciudad mexicana de Nogales padeció fuertes lluvias que derivaron en una inundación, en parte debido a que un desagüe que cruza la frontera quedó semibloqueado en el muro fronterizo, lo que generó una gran acumulación de agua. A eso se agrega que muchas especies estarían amenazadas.
Otro elemento, el que verdaderamente preocupa a Trump y a los empresarios que lo respaldan en sus propuestas, es el económico. Recuerda la BBC que “cada día cruzan la frontera unos 300.000 vehículos y un millón de personas que trabajan, estudian, comercian o visitan por turismo el otro lado. También 15.000 camiones de transporte pasan por ahí diariamente”.
El intercambio comercial en la frontera es de 1.000 millones de dólares diarios, según el Reporte del Estado de la Frontera del Centro Wilson, un centro de estudios independiente de Estados Unidos. Todo ese flujo pasa por 40 puntos de cruce legales, lo que no sería un problema con el muro. No lo sería si no se tiene en cuenta que el presidente electo propone acompañar la barrera con la cancelación de visas a mexicanos y “elevar las tarifas” de las tarjetas de cruce fronterizo. Esto impactaría directamente en la economía local.
De aplicarse esta medida, la configuración de la frontera y su vida habitual cambiarían de manera drástica, con su inmediata repercusión en las relaciones entre ambas naciones.
Tanto el empleo como la situación social de México se verán afectados por el retiro de las inversiones como por la construcción del muro. Tal vez sea en México en donde se comience a configurar el mundo que Donald Trump y sus hombres quieren para el futuro.