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El último director militante

Murió Ettore Scola, la última gran figura del Nuevo Cine Italiano

A los 84 años murió en Roma el director de «Un día particular»; en su filmografía quedó registrado el sinsabor y de la historia reciente italiana.

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Este miércoles falleció la última gran figura del Nuevo Cine Italiano. Ettore Scola murió a los 84 años en Roma y con él desaparece la generación que situó a Italia en la vanguardia creativa de Europa a nivel cinematográfico.

Scola llegó al cine en los años cincuenta, y empezó escribiendo guiones como negro de otros autores, tras haberse licenciado en Derecho. Como director debutó en 1964 con Se permette parliamo di donne, y al año siguiente ya había logrado cierta consideración con El millón de dólares y El diablo enamorado. “Para hacer una película debes amar la ciudad o el país donde transcurre, y yo no siento amor por Italia. No la odio, pero sí que me invade la tristeza” declaró en 2009 a un periodista en España.

Su dominio de la narrativa fílmica permitió al maestro ilustrar los efectos que la historia deja en los individuos, situando a menudo a la misma historia en el fuera campo, a partir de empleo de escenarios muy reducidos.

Así, el encuentro entre los fascismos europeos que tuvo lugar en Roma en 1938 con la visita de Adolf Hitler a la capital italiana, fue tratado por Scola en Una jornada particular a partir del encuentro casual que dos personajes sometidos por este régimen (una ama de casa y un periodista homosexual) tienen ese mismo día en un bloque de viviendas que queda solitario por el evento.

También Scola fue capaz de condensar casi 50 años de la historia reciente francesa desde el interior de una sala de baile (El baile, 1983). El maestro se despidió del celuloide ilustrando la vida de Federico Fellini, al que consideró como una suerte de “hermano mayor”, en Qué extraño llamarse Federico.

“El interés privado, el egoísmo, siguen por encima del rigor y la solidaridad. Así que las reivindicaciones de los sesenta siguen tan vigentes hoy como entonces” afirmó al presentar en 1997 Historia de un pobre hombre.

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