Su ubicación se mantiene en el sexto piso de la Estación Central de Servicios (piso construido especialmente para este propósito). La colección que se exhibe ha crecido enormemente y hoy en día incluye coches exclusivos a nivel mundial. Uruguay despertó a las glorias y miserias del andar en automóvil a relativamente temprana edad. Se sabe que en 1900 ya había algún automóvil en Montevideo. Puede haber existido otro antes, pero no hay nada confirmado al respecto. Desde hace décadas se tenía por seguro que el primer auto había sido el de don Alejo Rosell y Rius, un Delin de fabricación belga que él mismo había traído de Europa. Durante la visita se puede conocer el desarrollo del automóvil como una parte esencial de los contextos históricos, sociales y culturales de la humanidad y encontrar desde un raro cuatriciclo motorizado marca Delin hasta joyas de importancia local y regional, como un Rago uruguayo de 1967 y un Torino argentino de 1970, así como vehículos modernos, ya más cercanos a nuestra época. Otros vehículos de los inicios del automovilismo que se pueden apreciar son dos Clement Bayard (uno de 1904, otro de 1912), un De Dion Bouton (1905), un Gregoire (1906) y dos autos de 1910: Hupmobile y Panhard-Levassor. Los demás representan a las décadas siguientes, siendo en muchos casos ejemplares raros, como Stutz (1920), Rollin (1923), Ford a gasógeno (1929), Marmon Cabriolet (1930), Cadillac convertible (1939), Armstrong-Siddeley (1950) y hasta uno de los 12 autos Rago fabricados en 1967 en Uruguay. Entre sus galardones, tiempo atrás el Museo del Automóvil recibió el premio anual a la actividad museística que otorga el Consejo Internacional de Museos de la Unesco (ICOM), dependiente de la organización del mismo nombre.
Hacete socio para acceder a este contenido
Para continuar, hacete socio de Caras y Caretas. Si ya formas parte de la comunidad, inicia sesión.
ASOCIARME