Nacional terminó ganando el clásico con autoridad. Munúa planteó el partido con cambios, respecto a lo que sucedió en los últimos partidos, dejó los tres volantes de marca en la mitad de la cancha y puso a Ignacio González para generar fútbol, con Sebastián Fernández como el punta más adelantado, que se estacionó detrás de los volantes de Peñarol y desde allí pivoteó. A eso hay que sumarle la búsqueda del fútbol por los costados con Barcia y Ramírez, en el caso de este último sin sentir la función pero cumpliendo. En lo defensivo, un buen trabajo de los dos zagueros teniendo Cabaco un buen debut, flojo por los laterales. La mitad de la cancha fue el punto más alto de los tricolores, Porras y Romero volvieron a demostrar su calidad de jugadores clásicos y el angel del «Colorado» para estar siempre en la red. Ignacio González tuvo un buen encuentro en el que distribuyó delante de la línea de medio, sobre todo a las bandas y llegando a jugantarse mucho con Fernámdez. Nacional presionó en tres cuartos de cancha, sobre todo en el primer tiempo, manejó bien la pelota y aprovechó muy bien el hombre demás después de la expulsión de Mac Eachen. Para terminar redondeando una buena noche. En Peñarol entraron los mismos que el clásico anterior con la sola excepción de Diego Forlán que jugó en lugar de Palacios; es prácticamente indescifrable el porqué de tanto cambio en el juego en una semana. Los aurinegros parecían peleados con la pelota, todos los movimientos eran toscos, se erraron un montón de pases y uno pensaba en la presión de Nacional, pero no, sucedió presionados o no. Guillermo Rodríguez se revolvía como gato entre la leña en el fondo aurinegro, mientras que Gianni Rodríguez hacia un buen trabajo, otra vez Aguirregaray y Mac Eachen desentonaron. Nandez los corría a todos en la mitad de a cancha, con la ayuda de Viega que fue de los pocos que jugó bien, Aguiar jugó para el deportivo Aguiar y Forlán no estuvo, mientras que Ifrán luchó y ya. Uno supone que Albarracín ya tuvo muchas oportunidades. Sin embargo, los primeros quince minutos de Peñarol, ordenados, aunque se equivocaran con la pelota, hicieron parejo el clásico, cuando perdieron ese orden ahí comenzó a mandar Nacional. El gol de Nacional llega tras varios errores de la defensa de Peñarol, un tiro libre indirecto, la barrera que se desarma y el tiro de Fernández termina en el palo detrás de la barrera. Se iba el primer tiempo y una pelota peleada por Viega deriva en Aguiar, que pone la pelota para Albarracín, que se mete al área por derecha y tira un buscapié que Fucile se lleva por delante y es el empate. Bengoechea intenta cambios para jugar, pero a los nueve de la segunda etapa queda con diez; Mac Eachen traía amarilla desde los 29′ del primer tiempo en una falta al borde del área y comete una falta fuerte para la segunda amarilla, bien expulsado. De ahí en más Peñarol se terminó de desinflar, porque el único con velocidad arriba era Maximiliano Rodríguez y fue como Antón Pirulero, cada uno hizo su juego, pero nunca en conjunto. Nacional lo aprovechó, tuvo la pelota, de afuera parecía mucha la superioridad a pesar que los tricolores no eran profundos, hasta que apareció el golazo de Romero, de otro partido, una pelota de afuera del área que quedó boyando y el «Colo» la colgó de un ángulo. Para redondear la noche tricolor el gol del «diente» López que entra a los 24′ del segundo tiempo, no tuvo mucha participación, pero mostró que puede ser importante, pierde la pelota Maxi Rodríguez en la mitad de la cancha, Nandez le erra a la pelota y se le va por debajo del pie y queda para López que arranca y deja a dos defensas por el camino para definir muy bien ante la salida de Guruceaga.
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