Por Alfredo Percovich
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Producción Viviana Rumbo
En espacio de ideas y conversatorio, Gamberra habló de la falta de respuestas y soluciones del gobierno para los que la están pasando peor y también analizó temas internacionales como «el mundo después de Trump», el nuevo Chile a partir del entierro de la constitución de Pinochet, el triunfo de Arce en Bolivia, los discursos de la ultraderecha en Europa y en Uruguay y también se refirió a los errores de la izquierda “que no supo ver lo que se venía”.
¿Qué le pasó a nuestra sociedad para llegar a este punto de enfrentamiento actual en el que hay gente que celebra a viva voz la represión o la disuasión con balas en el pecho?
Pasó mucha agua debajo del puente, pero sobre todo lo que nos pasó -capaz que hay muchos de la Generación 83 que no coincide con esto- es que somos una generación con una carga de frustración muy grande y lo digo pensando en nosotros y gente de otras edades también. Pasaron muchas cosas. Hasta el 84 no te preguntaban de qué sector eras. O estabas con la salida democrática o no estabas. Luego llegó la nefasta ley de impunidad y todos sabemos lo que pasó. Por suerte la vida sigue y la continuidad hace que vengan otras generaciones que dan oxígeno, dan otras disputas y vienen con otras consignas a las luchas y creo que ahí empezamos a resurgir otra vez. Y así fue que tuvimos 15 años de avances progresistas que serán recordados en la historia como una transformación que nos hizo un mejor país, tal como sucedió con el batllismo a principios del siglo XX.
¿Qué lectura hace el movimiento sindical del actual escenario político nacional de cara a la campaña para derogar artículos centrales de la LUC?
Este gobierno, con dos leyes fundamentales como son la LUC y la ley de presupuesto, nos ha condenado a un país peor y a retroceder en derechos. Leía hace poco que el servicio de inteligencia y enlace de la Policía estaría preocupada por la «chilenización» de la protesta. Cualquiera que haya observado las demandas de la movilización impresionante que realizaron los trabajadores públicos hace unos días comprenderá que es incomprensible que se condene a un país a retroceder tanto en tan pocos meses. Por tanto, le confirmo a quienes se estén preguntando qué sucede, que es el gobierno de Lacalle el que está chilenizando al Uruguay, tomando medidas y recetas que fueron probadas por el país más desigual de la región más desigual del mundo.
En todo caso, nosotros estamos ocupados en encausar las luchas sociales, siempre respetando las autonomías y libre albedrío de las organizaciones, para que lo que está provocando este gobierno no desemboque en estallidos sociales. Te dicen que la gente los votó, pero nadie le dijo a la población en campaña que iban a rebajar las jubilaciones, a subir el IVA, a rebajar los sueldos y subir las tarifas. Y recordemos que eso fue antes de la pandemia.
¿Son méritos de la comunicación del gobierno haber logrado que haya voces que defienden públicamente y justifiquen la rebaja salarial, la represión o los recortes a la educación pública?
Los méritos en la comunicación también incluyen que no se comunique lo que no se quiere que se sepa. Nadie le puede decir a este gobierno que no dijo que iba a presentar una LUC. Eso lo dijo antes. Pero hay que analizar todo lo que no dijo y las consecuencias nefastas de muchos contenidos de la LUC y el presupuesto sobre la sociedad. Todo eso no lo dijo. Por ejemplo, los recortes en la educación. Nadie supo antes de votar a este gobierno que otra vez iban a generar aulas de 40 niños; ni se advirtió de los recortes a las políticas sociales. En campaña hablaron de asentamiento cero y estamos viendo que el Programa de Mejoramiento de Barrios (PMB) no va tener casi presupuesto.
Entonces, ¿cuáles son los desafíos en este contexto actual?
Creo que el desafío que tienen el movimiento sindical, la Intersocial y el resto de las organizaciones, es frenar estos retrocesos. No vamos hacia un mejor país ni una mejor sociedad bajando los requisitos para tener armas. Ni vamos a una mejor sociedad teniendo más años presos a los jóvenes. Creo que estos son algunos de los desafíos que tenemos. Explicar que por este camino, que insisto, no fue explicitado en la campaña cuando pidieron el voto, vamos a un peor país. Y además conversar con la gente para explicar la LUC tiene un hilo conductor que te quiere convencer que es una iniciativa que te da más libertad, por ejemplo para cobrar tu sueldo, pero resulta que esa libertad vos no la vas a poder ejercer nunca porque va a ser una imposición de tu empleador, porque es él quien tiene fuerza. Te quieren convencer que vas a tener más libertad de alquilar tu casa porque ahora no te van a exigir garantía, pero ahora te van a tiran para afuera en tres días. Te quieren convencer que la LUC te da mayor libertad derogando las exigencias de la Ley de Inclusión Financiera (LIF), pero es la libertad del que tiene un maletín con 100 mil dólares. Y así podríamos seguir con ejemplos.
¿Cómo hace el movimiento sindical para «encauzar» la protesta social con sensatez, cuando el escenario está tan agresivo con insultos hacia los sindicatos, los trabajadores e incluso hasta con violencia discursiva hacia Madre y Familiares?
Recordando las enseñanzas de los dirigentes veteranos sobre los momentos de conflicto, rodeándonos de sensatez para que seamos la mayoría los que impulsemos la construcción de un mejor país, presentando y discutiendo ideas, para que el bloque de propuestas alternativas siga creciendo y que los que apuestan al odio, al insulto en lugar de las ideas, vayan quedando aislados, solos. Esa batalla es reciente y la hemos perdido.
¿Como sociedad?
Exacto. Este fenómeno no nació de un día para el otro. Alguien lo regó y creció, pero esos bolsones de ideología de derecha radical y derecha fascista, estaban latentes en la sociedad. Siempre están. Capaz que no supimos ver eso.
¿De eso pecó la izquierda?
De eso y de muchas cosas más. Probablemente no nos dimos cuenta de muchas cosas, porque ni las fuerzas sociales ni el bloque alternativo generaron la conciencia de que los avances siempre son logrados por el colectivo y no por alguien que quiso darnos algo. Los logros fueron conquistas de ese bloque y se tienen que defender como tales. Probablemente la sociedad tenga que dar ese debate para comprender qué nos ha pasado. Pero claramente, el resurgimiento de este tipo de expresiones de la ultraderecha es algo de lo que nos ha pasado y de las peores cosas que le pueden suceder a una sociedad.
¿Son temas que debaten con otras centrales sindicales en el mundo?
Sí, claro. Y por supuesto que la preocupación depende del lugar donde lo estés mirando. Si estamos charlando con un compañero de la CUT de Colombia a él le va a parecer que yo estoy preocupado en demasía, porque en lo que va de este año en su país ya murieron asesinados 300 luchadores sociales. En Colombia, después del fallido proceso de paz dejó una derecha que resistió y se fortaleció y ahora hay una protesta creciente, pero con un costo de vidas irreparable. Cuando hablamos con compañeros de la CUT de Chile intercambiamos sobre la represión feroz que dejó casi 200 jóvenes con problemas de visión por los disparos selectivos. El ascenso de la ultraderecha y los fenómenos represivos son temas de diálogo permanente con centrales sindicales del mundo. Cómo no nos va a preocupar que en Europa el partido neonazi alcanzó un tercio de los escaños.
El Partido Cabildo Abierto, para muchos, es una expresión de la ultraderecha, especialmente en relación a algunas definiciones sobre derechos humanos, la búsqueda de los desaparecidos, la tortura y el golpe de Estado.
Es la prueba palmaria de lo que decía antes. Hay expresiones de la ultraderecha que no son muchachos de 20 años, son gente grande; siempre estuvieron y pensaron lo que ahora están diciendo abiertamente a viva voz. Lo más grave es que ellos sienten que la gente les dio representatividad y eso es lo que hay que combatir. Eso pasa en Alemania, Francia, Italia, España, todos países que tiene una historia riquísima de lucha social, de lucha popular, entonces sí que preocupa.
¿Es por méritos de la comunicación del gobierno que haya gente que, a pesar de que no tenga cómo llegar a fin de mes, a la que le subieron la luz, el agua, le subirán la garrafa de 13 kilos a mil pesos, esté feliz pensando que se está haciendo mucho? ¿Eres de los que cree que más tarde o más temprano el país se va a chocar con la realidad?
Eso es inexorable. No sé cuándo sucederá, pero evidentemente cuando en enero los empleados públicos y privados reciban un ajuste del 3% y a su vez los jubilados reciban un ajuste por debajo de la inflación -por primera vez en años- y cuando muchas familias en marzo tengan que comprar los útiles escolares, habrá que enfrentar la realidad. Y la realidad se impone sobre cualquier verso. Ya he dicho que tenemos un gobierno que vende humo. Pero insisto, inexorablemente la realidad se da contra los versos.
Si no, que le pregunten a Donald Trump.
Exacto. Por ello y de acuerdo a cómo van haciendo las cosas, si retiran la inversión pública, si retiran al Estado como empleador –porque al eliminar las vacantes se cortan las oportunidades a las nuevas generaciones de ingresar a las empresas del Estado- van presentando un paquete de gobierno que en lugar de ser contracíclico es cada más funcional a que la crisis y en algún momento la gente lo sentirá.
¿Se nos viene un mejor mundo sin Trump, sin la constitución pinochetista en Chile y otras señales fuertes en América Latina?
No sé y perdón por el escepticismo. Claro que celebro lo de Chile, lo de Bolivia y la derrota de Trump. Mi duda es que podamos tener -al menos en un futuro cercano- un mundo mejor porque a lo que nos enfrentamos a nivel global es al poder de la cadena de valor, a esa concentración de poder económico, político y de lobby de la cadena de valor que es más fuerte que la de los estados. Nosotros que hemos reivindicado siempre el multilateralismo y el lugar de elaboración tripartirá que es la OIT. Pero hoy está muy frenada por la acción de una representación empresarial que lleva la sigla OIE, Organización Internacional Empresarial, pero claramente su representación más dinámica y que presiona es a través de grandes y carísimos bufetes de abogados internacionales pagados por la cadena de valor. Y queda un silencio demasiado profundo, de ausencia, de acción y omisión de los gobiernos. Es un tiempo oscuro. La humanidad siempre encontró el renacimiento en su historia y yo creo que la vamos a encontrar y será jerarquizando otras cosas, las expresiones culturales, respetando los orígenes y la cultura originaria de cada lugar del mundo. Seguramente haya que apostar a alimentar el alma para contrarrestar esta realidad actual.
El Pit-Cnt como integrante de la Coordinadora de Centrales Sindicales del Cono Sur (Ccscs) viene participando junto con la Confederación Europea de Sindicatos (CES) en el acuerdo de la Unión Europea y Mercosur, más allá de las posturas a favor o en contra.
Sí porque hay una articulación que viene de varios años. En pocos días habrá una declaración conjunta que nuevamente explica que nosotros no nos oponemos a un acuerdo, o como se le quiera llamar de cooperación o complementación entre los dos bloques. Sí nos oponemos a lo que ha ido derivando de esa conversación que es un formato de tratado de libre comercio, puro y duro, común y corriente porque en definitiva no contiene ninguna de las institucionalidades que tienen los dos bloques, tanto la Unión Europea como el Mercosur, en el sentido de la participación social, de negociación tripartita. Además, hay que tener en cuenta que un tratado de libre comercio lo único que hace es liberar trabas aduaneras y bajar aranceles y nada más. ¿Dónde están los beneficios? Nadie los ha demostrado. Pero que el concepto fundamental de los dos bloques de centrales sindicales es que no estamos cerrados a la banda, no decimos que no sea bueno el relacionamiento entre la Unión Europea y Mercosur, pero este formato así no sirve.
¿Cuáles son los cometidos desde el movimiento sindical regional en la presidencia pro témpore del Mercosur que hoy la tiene Uruguay?
La institucionalidad del Mercosur a nivel de participación social fue una pelea y un fogoneo de varias central cuando el Mercosur nace, que era un acuerdo meramente comercial, la Coordinadora de Centrales del Cono Sur -Ccscs- batalló para que dentro de la estructura Mercosur estuviera representada la parte social del mismo. Así nacen los Organismos Sociolaborales del Mercosur. Esta Ccscs va a tener que dar una dura batalla porque la pandemia sirve de justificación para no generar espacios de participación en varios países. El caso de Brasil es el más evidente donde no se generan reuniones tripartitas a nivel nacional, por la reforma laboral de Brasil, que viola la declaración socio-laboral en más de un artículo, y esto es un muy mal precedente. El problema es que no hay voluntad de los empresarios brasileros ni del gobierno brasilero de establecer ningún debate sobre la reforma y frenan todo en su sección nacional previo a la reunión de la Comisión Sociolaboral del Mercosur. Para nosotros esta batalla es clave porque estamos dando pelea en el caso de Brasil, planteando las violaciones a esta declaración sociolaboral, pero en realidad defendiéndonos todos los demás. Porque en el caso que esa reforma avance en Brasil, vendrán reformas similares por acá y en todas partes, así operan, así actúan.
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El Manso
Golero de peligro y jugador pasional, tuvo que aguantar chaparrones en silencio allá en el fondo de la cancha, viendo de lejos cómo sus compañeros festejaban algunas victorias y en otras ocasiones, tuvo que aprender a caminar los pasos de la derrota yendo a buscar la pelota entre las redes propias. Nació en Sauce, en la 6ta. Sección de Canelones, porque en Santa Rosa -donde vivían sus padres- no había sanatorio. Su infancia transcurrió entre la casa de su bisabuelo -un gallego que vino en una bodega de un barco y a los pocos años tuvo su almacén de ramos generales- y la lindera, que era la de sus padres. Aquella esquina amorosa de esa casa con techo de zinc y abrazos de abuelos y familia, marcó su vida para siempre. Y para los años que vinieron luego, más hostiles, cuando su padre le pedía que escondiera los discos de «sospechosos cantores de protesta», de acuerdo a la lógica de las fuerzas conjuntas. “Bajá el volumen que estamos en Santa Rosa”, le decía su padre, un funcionario del Banco República que pasó la dictadura esperando el ascenso que nunca llegó. Tal vez porque todo el pueblo sabía que Aurelio Gambera había sido fundador del Frente Amplio. Y por si fuera poco, su mamá, Teresa, era la peluquera del pueblo. No había chance. En el pueblo los conocían de memoria y por cierto, los querían desde el alma. Fernando, el manso, creció en dictadura. Con sus compañeros de liceo hicieron un paro en 1980 que no les costó la calidad de estudiante a toda aquella generación porque los cubrió «el Tito», el profesor de matemáticas que puso su espalda ancha, ya que era una eminencia. Al tiempo se vino a Montevideo, vivió en una pensión y formó parte del club de ingeniería, luego el Centro de Estudiantes de Ingeniería y Consejero de Facultad. Es un «típico generación 83», que recuerda aquellos años con cierta nostalgia y de los que se emociona cuando se reencuentra con algunos de aquellos compañeros y compañeras de vida. Hace muchos años que AEBU es su segundo hogar. Donde se estudia, se ríe, se canta, se brinda, se abraza y se defienden causas justas. Esa también es su casa, tan entrañable como la de Aurelio y Teresa y la de sus bisabuelos queridos.
Protagonistas
El Gallego Bouzas
Un maestro. Siendo jubilado era capaz de ir a sentarse en el medio de nuestras asambleas a escucharlas enteras y luego venir a realizar su análisis para que vos te lo llevaras a tu casa y siguieras pensando por muchos días. Un verdadero maestro.
Juan José Ramos
Un contemporáneo. Su capacidad quedó rápidamente demostrada cuando fue elegido presidente del sector Banca Privada de AEBU con tan solo 23 años. Tenía una capacidad increíble para encontrar siempre «el plan B». En la crisis de 2002 encontró planes b, c, d y todos los caminos posibles. Aun en los momentos más complejos, él encendía una luz hacia un camino de salida. No hubo ni hay otro igual.
Bárbara Figueroa
Ella es un ejemplo de las nuevas generaciones de militantes y dirigentes latinoamericanas. Pasó de ser dirigente estudiantil a un cuadro sindical y político de mucha proyección. Y celebro que la vamos a tener cerca porque va a ocupar uno de los cargos más relevantes de la Confederación Sindical de las Américas (CSA), establecida en Montevideo.
Brian Finnegan
Un amigo. Es un tipo que defiende las causas más difíciles de realidades poco visibilizadas. En la OIT interviene en defensa de Haití o de la República Saharaui. A veces tenés que ir al Google Maps para saber de quién es la causa que está defendiendo, pero Brian siempre está ahí dando esas batallas, con sus documentos muy elaborados y mucho estudio detrás. Muy metódico y gran constructor del internacionalismo.
Sergio Basoli
A Sergio lo considero un amigo y fue quien me dio espacio y contención cuando yo comenzaba y él ya era un dirigente relevante a nivel internacional por la Confederación General Italiana del Trabajo (CGIT). No es un burócrata, ha sido misionero en Bolivia, recorrió la Amazonia peruana, es un aventurero que ha vivido mucho. Sergio ha estado siempre muy cerca del Pit-Cnt, de los patronatos italianos uruguayos, nos sentimos recíprocamente cercanos. Lo último que he vivido con él fue cuando fui a Italia a esperar el fallo sobre el Plan Cóndor que Sergio y la CGIL habían patrocinado ante la Justicia. Esa vivencia, naturalmente, me marcó.
Madres y Familiares
Hoy más que nunca hay que reivindicar la lucha, trayectoria y ética de Madres y Familiares, especialmente entre tanto agravio del que han sido objeto recientemente. Vamos a decir presente y trabajar para que se haga realidad el Memorial 300 Carlos, Infierno Grande como en otra acciones concretas. Madres y Familiares son todo un símbolo de la lucha que debemos defender para construir la memoria.