Namus le dio una paliza a Alvariño

Realmente muy buena velada la del Palacio Peñarol en la noche del sábado, aunque haya algunos puntos criticables, como la frialdad en la presentación de los boxeadores, no por Rúben Olivera el presentador, si no por la falta de música luces, que hacen al espectáculo. Pero en cuanto a las peleas, velada de primer nivel. Chris Namús le dio una soberana paliza a Katia Alvariño. Personalmente soy muy hincha de los duelos locales, pero Alvariño volvió a defraudar. Faltó a la cita, y uno supone que ahora aprenderá a cerrar la boca y a entrenar con profesionalidad. Estoy seguro y me consta que Namús quiere rivales que le den más trabajo que Alvariño, pero había otros condimentos que hacían pensar que la pelea iba a ser otra cosa. No en lo técnico, donde en una nota previa dijimos que Namus era mucho más que Alvariño, de la que había que esperar fuerza, muy aguerrida, dura asimilando el castigo y poco más, a menos que hubiera progresado muchísimo en este año que no peleó. Pero era difícil. Fue lo que pasó, pero cuando uno desafía por un título y habla tanto, lo menos que se espera es que vaya a buscar la pelea; no lo hizo nunca, fue poca cosa más que una bolsa. La garra que llevó a Alvariño a que se le considerara como una boxeadora con proyección, estuvo ausente. Los insultos y la falta de respeto no hace a un boxeador, ni a ningún deportista. Lo que poca gente sabe es que cuando el episodio de la vida particular de Namus, Alvariño le faltó el respeto, y muchos dichos más. Anoche después que perdió, los que vieron la pelea pudieron presenciar un abrazo y una charla de oido a oido, ahí pidió disculpas. Alvariño pasó diez rounds casi sin pegar, Namus le caminó el ring, le aplicó combinaciones, la mayoría de las manos de Chris, Katia se las «comió» por el medio de la guardia. Muy lejos de lo que debe ser un retador al título. Namús además del prosesionalismo estaba motivada a mostrarle superioridad, y lo hizo. Para nosotros hubo momentos después del octavo round que arriesgó más de la cuenta. No cambió el aire y siguió siempre para adelante; cuando el boxeador hizo el desgaste durante toda la pelea debe administrar el aire y la fuerza, para que no lo sorprenda «una mano» , no fue este el caso, si bien la estrategia era poner las primeras combinaciones, no administró, aunque nos dijo al final de la pelea que nunca se sintió cansada. Coincidimos con las tarjetas de los jurados, las tres 100 a 90 en favor de Namús.