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Sociedad

Activistas denuncian

Neopentecostales apelan al odio para atacar Ley trans

Josefina González y Delfina Martínez dijeron a Caras y Caretas que los que están detrás de los ataques de la Ley trans son grupos de evangélicos neopentecostales, que tienen una «clara alianza con un sector particular del conservadurismo del Partido Nacional».

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Caras y Caretas Diario

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Por Lucía Barrios

En las últimas semanas los movimientos “Con mis hijos no te metas”, “Varones Unidos” y “Familia Sana” tuvieron su minuto de fama para descargar su típico discurso contra la comunidad trans: consiguieron que se aprobara un prerreferéndum contra la normativa para este domingo. Para las activistas Josefina González y Delfina Martínez estos movimientos evangelistas neopentecostales se basan en el odio para atacar la Ley Trans.

“Los que están detrás de los ataques de la Ley Trans son grupos de evangélicos neopentecostales. Estos grupos, que tienen una clara alianza con un sector particular del conservadurismo del Partido Nacional, han hecho una campaña de odio y de mentiras, tergiversando los contenidos de la ley para personas trans”, dijo González, quien, además de ser activista, es licenciada en Ciencias de la Comunicación.

“Los evangelistas neopentecostales están empezando a ganar terreno dentro de lo político, como es, por ejemplo, el triunfo de Bolsonaro en Brasil. Y Uruguay no está ajeno a esta situación. Todos los argumentos que utilizan para generar cierta alarma social con respecto a esta ley son falsos […] Intentan generar toda una confusión para producir miedo a la gente, diciendo que venimos por sus hijos y que los padres van a perder la patria potestad”, dijo Martínez.

Los ciudadanos están convocados a las urnas este domingo para un «prerreferéndum», esto es, una votación no obligatoria en la que podrán expresarse para pedir la derogación de la ley.

Si al menos el 25 por ciento de los habilitados para sufragar apoyan la iniciativa derogatoria, esta pasaría a un referéndum propiamente dicho.

Los diputados por el Partido Nacional (conservador) Carlos Iafigliola y Álvaro Dastugue, este último también pastor evangélico, son los principales impulsores de la campaña para derogar la norma, aprobada en octubre de 2018.

 

“Es una campaña de odio para nada ingenua”

Para González, esta «campaña de odio» es “intencional” y no es “para nada ingenua”, ya que existe un “aparato organizado y financiado” para impulsar una determinada ideología que tiene que ver con las prácticas religiosas y políticas de estos grupos evangelistas.

“Ellos hablan de la agenda de derechos y de una supuesta ideología de género, que es una mentira enorme y un invento desproporcionado para colocar en el lugar de culpables o responsables a aquellos grupos que históricamente han sido vulnerados, invisibilizados y violentados”, agregó.

Consideró que cuando estos grupos se organizan de manera política, pierden la fe y dejan de ser una comunidad religiosa.

“Estos grupos hace mucho tiempo que están instalados en Brasil, lo estamos viendo en el gobierno de Jair Bolsonaro, que todas estas personas y bancadas evangelistas están en estrecha alianza con sectores rancios, conservadores y punitivistas, como son las órdenes militares, los aparatos represivos del Estado, las intervenciones injustificadas, persecuciones y asesinatos a diferentes comunidades que no se alinean con la ideología política que plantean estas organizaciones. Hay una clara evidencia en Brasil de cómo estas formas organizativas religiosas, de pensamiento conservador y de extrema derecha, están conquistando el terreno político y eso nos parece muy peligroso. La política no tiene que mezclarse con la fe ni con la práctica religiosa de las personas más allá de la libertad de culto”, agregó.

González dijo que estas visiones son “peligrosas” porque imponen a la política, que debería tener mirada amplia de la sociedad, una mirada “subjetiva”. Además, advirtió que el sistema social y político debería estar “muy atento” a estas formas organizativas que tienden a “mezclar” dos corrientes de pensamiento “muy diferentes”.

Señaló que estos movimientos religiosos son diferentes a las organizaciones sociales que promueven los derechos humanos.

“Una organización con clara perspectiva de ultraderecha, de práctica de la fe institucionalizada, como por ejemplo aquellas que priorizan el modelo hegemónico de familia, la posibilidad única de matrimonio como institución sagrada, o que dicen que el amor sólo puede ser entre hombres y mujeres, no respetan a la diversidad”, agregó.

Consideró que la sociedad debería preguntarse sobre qué modelo de familia están impulsando estas organizaciones.

“¿Qué ha provocado ese modelo de familia? ¿No ha generado muchos sufrimientos y violencias intrafamiliares? Lo peligroso de la fe es que impone una visión única del mundo, de la vida y de la práctica social y política. En contrapartida, las organizaciones sociales no estamos imponiendo ni obligando, sino que proponemos una visión crítica del mundo y de que las prácticas históricas heteropatriarcales han provocado sufrimiento en las personas en base a la violencia y a la obligación”, agregó.

 

Partido Nacional y su relación con la comunidad trans

Martínez, quien además es integrante del colectivo Mizangas-Mujeres Afrodescendientes y una de las impulsoras de la Campaña Nacional Ley Integral para Personas Trans, afirmó a Caras y Caretas que el modelo de la derecha excluye a la comunidad trans.

“En los últimos años se ha empezado a poner en agenda a ciertos sujetos políticos que antes no existían. Sin embargo, esa apertura que tienen ciertos gobiernos progresistas no la tiene la derecha. La derecha ya tiene un modelo de país en el que muchos y muchas quedan afuera. Y en ese grupo de excluidos estamos nosotras”, dijo Martínez.

Señaló que la situación regional “alarma y preocupa bastante”, porque la violencia hacia la comunidad LGBT ha aumentado considerablemente y las políticas de los gobiernos han sido reducir derechos. Ante esta situación, Martínez dijo que la sociedad uruguaya debe estar atenta a estos movimientos antiderechos, como es el caso de los evangelistas neopentecostales que están buscando impulsar el prerreferéndum.

“Somos un país que estamos bastante a la vanguardia, pero eso tiene que ver con los gobiernos que hemos tenido en estos últimos tres períodos, por ejemplo, hasta el 2004, existía un decreto que habilitaba a que la policía llevara presas injustificadamente a muchas de nuestras compañeras cuando estaban ejerciendo comercio sexual por falta de oportunidades. Debemos tener en cuenta que sólo el 23% de las personas trans accede al mercado formal laboral”, agregó.

Además, señaló que dentro del Partido Nacional (PN) “hay fragmentaciones” en cuanto a la relación que tienen con la comunidad LGBT. «Por un lado está la presidenta del directorio del PN, Beatriz Argimón, que busca desmarcarse de la discriminación; de hecho, en algún momento muchos blancos se alejaron de las posiciones extremistas del diputado blanco Carlos Iafigliola, impulsor del prerreferéndum”, señaló la activista.

“Pero el problema es que no logran posicionarse firmemente en contra. Entonces se generan ciertas dicotomías. Mientras tanto, los movimientos evangelistas neopentecostales comienzan a integrarse a la estructura política. Más allá de quién sea el que triunfe en las elecciones, de a poco se van instalando ciertos discursos que son planteados como verdades. Creo que los medios de comunicación tienen responsabilidad en esto porque les dan los espacios y los habilitan, sin tener demasiados argumentos, a decir una mentira que se instala como una verdad y que después se reproduce en votos”, señaló.

 

Las falacias de los evangelistas neopentecostales

Martínez dijo que no entiende cómo esos movimientos religiosos pueden meterse en las decisiones políticas de un país laico, creyendo que pueden imponer sus visiones.

Sin embargo, dijo que es “importante” aclarar que no es toda la iglesia, sino que son los evangelistas neopentecostales los que están detrás de estas propuestas.

Estos grupos evangelistas hablan de hormonización en niños y cambio de sexo, cuando la ley no lo estipula, dijo Martínez.

Según la activista, la hormonización en adolescentes ya existe cuando toman pastillas anticonceptivas; sin embargo, en niños es una “falacia total”, porque el desarrollo biológico todavía no está preparado para tratamientos de este tipo.

Además, señaló que la ley no habilita el cambio de sexo en menores de edad por más que tengan el consentimiento de sus padres; lo que sí habilita es al cambio de nombre y sexo registral.

“Eso nos parece importante, porque las personas trans no nacemos a los 18 años. Hay una idea de que después de la mayoría de edad, que hagan lo que quieran, pero en realidad, antes de los 18 años ya tenemos derecho y ciertas autonomías según la maduración que cada persona va teniendo”, agregó.

Consideró que la ley es una invitación para que los padres y madres hagan ejercicio de su patria potestad y para que no expulsen a sus hijos de sus casas por manifestarse en una identidad de género que no era la esperada.

“Lo que ocurre en la realidad es que muchas familias terminan echando a sus hijos después de los 12 años, arrojándolos al comercio sexual; ante esta situación, el Estado debe intervenir para poder proteger sus derechos y velar por su bienestar”, agregó.

Cifras

  • El Primer Censo Nacional de Personas Trans, realizado en 2016, mostró que este colectivo suma unas 933 personas.
  • Un cuarto de los menores trans en Uruguay son expulsados de su casa, según un censo del Ministerio de Desarrollo Social (Mides).
  • El 75% abandonó sus estudios debido al acoso de docentes y compañeros.
  • Solo el 23% cuenta con un trabajo formal, lo que condena a muchos a la prostitución.
  • Las personas transexuales tienen en Uruguay una expectativa de vida promedio de 35 años.

De qué trata la Ley Trans

La Ley Trans permite la adecuación de nombre y/o sexo en documentos de identidad; además, el trámite pasa de ser judicial a administrativo.

También establece que el sistema educativo sea inclusivo para las personas trans, brindando alternativas para los casos en que haya dificultades de acceso o permanencia, y asegurando apoyo psicológico.

Asimismo, establece becas y apoyos estudiantiles. Propone que el 1% del cupo laboral en los llamados públicos sea para personas trans.

Por otro lado, la norma señala que las personas trans tienen derecho al acceso a la salud sin ningún tipo de discriminación o patologización por su identidad de género. Los prestadores de salud públicos y privados deben garantizar los derechos que esta ley reconoce.

Además, las personas mayores de 18 años pueden acceder a servicios de salud para adecuar su cuerpo; esto incluye su genitalidad. Por último, las personas que nacieron antes del 31 de diciembre de 1975 y que por su identidad de género fueron víctimas de violencia institucional podrán solicitar una reparación. No podrán acceder a este beneficio quienes perciban ingresos superiores a 15 bases de prestaciones. La pensión es de 11.544 pesos por mes.

 

Lafigliola: “Ley Trans es ideológica porque va contra la biología”

El diputado por el Partido Nacional y uno de los impulsores del prerreferéndum, Carlos Iafigliola, dijo a Sputnik que la ley trans es «ideológica», ya que en su Artículo 4 señala que el sexo es algo «asignado» al momento de su nacimiento.

«Nosotros dijimos siempre que esta norma era peligrosa, injusta e inconstitucional. Esta ley permite que menores de edad puedan llevar adelante procesos de hormonización para cambiar de sexo y de nombre aún sin el consentimiento de los padres […] Decir que se nos asigna un sexo es un verdadero disparate, porque implica ir en contra de la biología, en contra de la naturaleza humana. Se es varón o se es mujer», dijo el diputado.

Iafigliola consideró que la ley «va en contra de los niños», que son «los sectores más vulnerables de la sociedad», y contra la patria potestad, porque los padres son los que tienen el deber y derecho de ocuparse de sus hijos.

Señaló además que la normativa les asigna a las personas trans «privilegios» por encima del resto de los ciudadanos a la hora de obtener vivienda, becas estudiantiles y trabajo.

«No entendemos por qué ocurre esto. Claramente el Artículo 8 de la Constitución dice que todos somos iguales ante la ley, pero acá hay un grupo de personas que van tener beneficios por encima de la gran mayoría de los uruguayos», agregó.

El diputado añadió que, a pesar de que la ley expresa que va a garantizar los tratamientos tanto hormonales como quirúrgicos, «jamás se produce un cambio de sexo con una operación, lo que se hace es un cambio estético».

Asimismo, señaló que esas operaciones de «cambio estético» rondan los 600.000 pesos.

Por su parte, el diputado uruguayo por el Partido Nacional y pastor de la Iglesia Misión Vida, Álvaro Dastugue, sostuvo hace unos meses a Sputnik que la crítica de la izquierda latinoamericana al impulso que han tenido las iglesias evangélicas y su representantes en la política es «fascista y ridícula».

«Considero bastante ridículas algunas declaraciones que hace la izquierda y creo que son fascistas […], ya que parece que para la izquierda algunos ciudadanos son de primera categoría y otros son de segunda», afirmó.

El diputado criticó que «si un evangélico hace política está mal, pero si un católico lo hace, está perfecto».

 

Especialista dice que avance neopentecostal en América Latina amenaza derechos alcanzados

El avance del neopentecostalismo en América Latina supone un riesgo para la agenda de derechos impulsada en los últimos años en la región, agravado por el hecho de que esas iglesias evangélicas carismáticas ven como «demoníaca» toda oposición, dijo hace unos meses a Sputnik el doctor en antropología y profesor universitario uruguayo Nicolás Guigou.

«Existe un gran riesgo en el avance de los neopentecostales; como ellos creen que están luchando por la derrota del mal y de Satán, cualquier oposición va a ser percibida por ellos como una señal demoníaca», dijo a esta agencia Guigou, profesor en la Universidad de la República en Uruguay.

Las iglesias evangélicas neopentecostales son parte del llamado «movimiento carismático» en el mundo cristiano, que se caracteriza entre otras cosas por la realización de «sanaciones», «milagros» y grandes mítines públicos y televisados, así como por su énfasis en la búsqueda de éxito económico a través de la llamada «teología de la prosperidad» y su prédica conservadora en materia moral y social.

«Ellos tienen una visión del mundo guerrera, en la que suponen de antemano que van a existir enemigos a los que deben derrotar; en este contexto, la izquierda no ha actuado adecuadamente y se ha posicionado como un enemigo ante ellos», explicó el experto.

La irrupción evangélica en la política latinoamericana es notoria en los últimos años, pero Guigou, especializado en temas religiosos, subrayó que no todas las iglesias necesariamente tienen el mismo accionar o visión.

Los neopentecostales, en particular, se caracterizan por una mirada dicotómica del mundo, al que ven como escenario de una constante guerra entre «el bien y el mal», explicó el autor de los libros Religión y memoria: una perspectiva antropológica, La nación laica: religión civil y mito-praxis en el Uruguay y Religión y producción del otro.

«Además de tener una visión conservadora, los neopentecostales tienen una perspectiva dicotómica; para ellos el mal está por un lado y el bien está por el otro; si a vos te va mal en la vida es porque el demonio te está atacando, y eso quiere decir que estás alejado de Dios; la manera de acercarte a él es ir a la iglesia, estar con el pastor y aportar el diezmo», agregó.

Guigou sostuvo que los neopentecostales tienen en general una visión del mundo conservadora, que se opone a la nueva agenda de derechos: rechazan la legalización del aborto, el empoderamiento de las mujeres y las reivindicaciones de la comunidad LGBT (lesbianas, gays, bisexuales y transexuales).

Estos religiosos ven a la propiedad económica como una «señal divina» y realizan «exorcismos» a representantes de izquierda o sindicalistas, indicó Guigou.

«En Brasil estaban exorcizando a gente que había sido sindicalista o militante del Partido de los Trabajadores; lo que muestra que tienen una visión muy conservadora del mundo, del lugar del hombre y del tipo de familia que tiene que existir», agregó.

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