El 25 de enero de 1997 fue hallado calcinado el cuerpo del periodista gráfico argentino José Luis Cabezas. El reportero de la revista Noticias había logrado sacarle una foto a uno de los empresarios más poderosos de la Argentina: Alfredo Yabrán. En más de una entrevista, siempre sin dejar que le tomaran fotografías, Yabrán había dicho: “Sacarme una foto a mi es como pegarme un tiro en la frente”. Lograr capturar una imagen del multimillonario era la obsesión de varios periodistas, pero lo logró el fotógrafo José Luis Cabezas, el 16 de febrero de 1996. Yabrán, muy vinculado al gobierno de Carlos Menem, era conocido por tener un pool de empresas a su nombre, con el correo privado OCA (por ese entonces a cargo del 30% del mercado postal de Argentina) como nave insignia. En una oportunidad fue calificado por el entonces ministro de Economía Domingo Cavallo como el “jefe de una mafia enquistada en el poder”. La fotografía que le costó la vida a Cabezas fue tomada mientras el empresario caminaba por la playa de Pinamar junto a su mujer María Cristina Pérez. El periodista, junto a un colega Gabriel Michi, habían montado un operativo de vigilancia alquilando carpas contiguas a las del empresario y lo siguieron a varias fiestas y eventos, sin saber que Yabrán también los seguía. Altos cargos de la policía de Pinamar y una pandilla de delincuentes, a la que llamaban “la banda de Los Horneros”, vigilaban a los periodistas. La foto salió en la tapa de Noticias el 5 de marzo de 1996 con el título: «Yabrán ataca de nuevo». Después Cabezas comenzó a recibir amenazas telefónicas. El reportero gráfico apareció, el 25 de enero, calcinado, golpeado y con tiros en la cabeza, dentro de un auto, a 13 kilómetros de la ciudad balnearia de Pinamar (a 350 km de Buenos Aires). Al instante, el principal sospechoso fue el empresario Alfredo Yabrán.
Los policías Sergio Camaratta, Aníbal Luna y Gustavo Prellezo fueron condenados a prisión perpetua, al igual que los integrantes de Los Horneros, Sergio González, Horacio Braga, José Auge y Héctor Retana. Luna fue liberado el año pasado al cumplir las dos terceras partes de la sentencia a 24 años; Prellezo obtuvo arresto domiciliario en 2010. El 21 de diciembre pasado fue liberado, informa el diario El País de España. Auge recuperó la libertad en 2004, González en 2006, y Braga el 25 de enero de 2007 (el mismo día en que se recuerda el crimen). Retana y Camaratta murieron. Además, el ex sargento Gregorio Ríos, jefe de custodia de Yabrán, fue condenado como instigador del crimen y se le rechazó la excarcelación en diciembre de 2006. Su condena a perpetua cambió a 27 años y en 2008 fue liberado. Yabrán, asediado por la justicia, la prensa y la opinión pública de todo el país, se suicidó el 20 de mayo de 1998. Eligió dispararse en la boca con una escopeta mientras descansaba en una estancia de Entre Ríos. Al día de hoy mucha gente todavía cree que Yabrán está vivo, en algún lugar del mundo.
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