El ministro Ernesto Murro repasó los 50 años del Ministerio de Trabajo y Seguridad Social (MTSS) y el Banco de Previsión Social (BPS) y los 25 de los representantes sociales en el directorio de esta institución. Una historia que lo cuenta como participante directo de la misma -especialmente en los últimos 25 años-, como primer director por los trabajadores, presidente del BPS y ahora ministro de Trabajo. Destacó la importancia que para la construcción democrática significa la participación social en la conducción de la gestión pública. La reforma de la Constitución de la República aprobada en noviembre de 1967 estableció la creación del BPS y la integración de representantes sociales en el directorio de la institución, y en el MTSS. Por entonces, Julio María Sanguinetti fundamentaba su apoyo a la nueva Constitución, entre otros, por la creación del BPS y la inclusión de tres directores sociales junto a los directores políticos para administrar la “cosa pública”. Recién en 1986, 20 años después, producto de la lucha contra la dictadura y por la democracia, se aprobó su ley orgánica y comenzó a funcionar el BPS y, más tarde aun, a fines de 1992, se integraron los directores sociales. “Antes, las prestaciones y servicios estaban en distintas cajas, en diferentes administraciones y fondos. Es un hecho positivo fundamental haber creado el BPS, unificando, centralizando, fortaleciendo el rol del Estado, para organizar y coordinar la seguridad social”, destacó Murro. Fue en 1989 cuando 83% de los uruguayos votaron incluir en la Constitución que las pasividades se ajustaran según los salarios en el momento que se aumenta a los funcionarios públicos. “Fue un hecho trascendente y aún hoy es un caso rarísimo en el mundo”, enfatizó Murro. Posteriormente, en 1991, se fundó la Organización Nacional de Asociaciones de Jubilados y Pensionistas del Uruguay (Onajpu). “Un ejemplo de unidad sindical, liderada por ese gran maestro que fue don Luis Colotuzzo”, recordó. Ese mismo año, se aprobó otra ley importante: la de Historia Laboral. Estos avances generaron el ingreso de los directores sociales el 7 de octubre de 1992, luego de las elecciones en jubilados y pensionistas de setiembre. “Los directores sociales deben ser de todos: de todos los trabajadores, empresarios, jubilados y pensionistas y deben estar respaldados por organizaciones sociales. Una base contra el corporativismo y la politización”, afirmó. Y explicó: “Coincidencias históricas y personales hacen que los tres directores sociales iniciales tengamos acuerdos en algunos temas importantes en el proceso. La necesidad de hacer funcionar el directorio, el cese de los pronto despachos para otorgar jubilaciones (cada director político disponía de 25 cupos mensuales), mayor debate e información con la gente, el parate al proceso de Sonda, el impulso a la Historia Laboral, el triunfo en el plebiscito de 1994 que garantiza que no se reforme la seguridad social por leyes de rendiciones de cuentas o presupuestos. Y antes, el rechazo al intento de reforma de las jubilaciones por ley de urgencia propuesto por el expresidente Luis Alberto Lacalle -el mismo que concretó el ingreso de los directores sociales, y el mismo que haría cesar el funcionamiento de los Consejos de Salarios-. Y la oposición que realizamos a modificar la Constitución para que el gobierno fuera minoría en el directorio. Por un BPS importante, pero con la concepción de que el rectorado de políticas públicas es del gobierno electo”. Fue entre 1995 y 1996, en el segundo gobierno de Julio María Sanguinetti, que se aprobó la reforma de las jubilaciones y pensiones, con la creación de las Administradoras de Fondos Previsionales (AFAP). “Era necesaria una reforma, sin dudas. Pero aún no estábamos preparados, ni los sectores sociales, ni el Frente Amplio, para encararla debidamente. Y se votó la Ley 16.713 que aún nos rige. Una reforma en el marco de las que se imponían en América Latina (y luego en Europa Oriental), pero con características uruguayas que logramos impregnar desde las organizaciones sociales, con el apoyo del Frente Amplio y de algunos blancos y colorados: la importancia de lo público y solidario que sigue hoy siendo mayoritario, el rol central administrador del BPS, la participación social”, añadió el jerarca. Desde la representación de los trabajadores en el BPS, se definió seguir una postura crítica, pero que apoyara las mejoras de gestión necesarias del organismo. “Prepararnos, actuar y proponer. No dudamos en apoyar la reingeniería de gestión y la Historia Laboral; fortalecer el BPS; potenciar nuestra relación con los trabajadores del organismo y con sus gerentes; lograr que cesaran los gerentes políticos (que se designaban por reparto); avanzar en una política de comunicación institucional sin participar del otro reparto de publicidad a medios afines; desestimar el uso de tarjetas corporativas; el desarrollo de una concepción dialéctica, técnica y política, valorando lo que se lograba en cada paso, para seguir avanzando”, manifestó Murro. En 1997 se creó la Comisión de la Discapacidad -Comint-, promovida desde la representación de los trabajadores, apoyando al BPS, y se avanzó en la atención de estas personas en prevención, en la primera ley que les permite trabajar en nuevas prestaciones y servicios. “En 2001 y 2002, cuando la crisis golpea fuertemente, el BPS ya demuestra algunas fortalezas a través de los primeros programas de empleo a personas vulnerables y en el primer seguro de paro para rurales”, destacó. Murro renunció a su cargo como director de los trabajadores en el BPS en 2001. “Era tiempo para rotar, potenciar, continuar, pero preparándonos para los cambios”, expresó. Cuando en 2005 el Frente Amplio ganó por primera vez el gobierno nacional, Ernesto Murro fue designado para presidir el BPS. “Un honor a un equipo. Una oportunidad para profundizar lo anterior y comenzar a hacer nosotros lo que antes exigimos a otros”, señaló. Entre las líneas de trabajo definidas se incluyen las de promover la inclusión y la sostenibilidad del sistema, articular la relación entre la dirección política y la estructura del organismo, potenciar la investigación profesional, seguir mejorando la gestión. “En un país al que hay que sacar de la crisis, hay que colaborar con el Plan de Emergencia, con el Mides, que se inicia. Por día se presentan 10.000 personas al BPS en todo el país; se responde”, recordó Murro. Al mismo tiempo, desde el MTSS se reanudaron, luego de casi 15 años de ausencia, los Consejos de Salarios, y se promovieron decenas de leyes laborales. “El trabajo con derechos laborales y empresas sostenibles y sustentables”, añadió el jerarca. En 2007 se implementó la reforma tributaria. “Se discute cómo se administra, quién recauda el IRPF. Y la decisión del presidente y el ministro de Economía es que participe el BPS. Otra rareza en el mundo. Y allí la capacidad de su gente, de su tecnología y gestión y de su directorio plural cumplen”, dijo. Por ese tiempo el presidente Tabaré Vázquez convocó al Diálogo Nacional de Seguridad Social y propuso construir un sistema de protección social, articulando diversas políticas. “Eso que hoy, con lo hecho, nos distingue como primeros en América Latina en protección social integral. Eso que se conforma con trabajadores y empresarios aportando a jubilaciones y salud, con la administración del BPS, pero que con ello otorga el derecho a seguros de paro, de enfermedad, maternidad y otros beneficios. Otra rareza en América Latina”, comentó Murro. En el año 2008 se colaboró con el Ministerio de Salud Pública en la implementación de la reforma de la salud. “No fue necesario crear un nuevo organismo que la administrara: estaba el BPS”, señaló. Luego llegan los graduales y necesarios cambios en la seguridad social, repasa Murro: el mayor acceso a jubilaciones, en particular para las mujeres, con la ley de 2009; los aumentos extras para las pasividades mínimas; la continuidad de los últimos 13 años de aumentos por encima de los precios para todos; la canasta de fin de año; los derechos que comienzan a extenderse para los pequeños empresarios y su familia y el reconocimiento a los buenos contribuyentes; las nuevas posibilidades del seguro de paro; la reforma de las asignaciones familiares; el aumento de topes de licencia por enfermedad y de prestaciones no contributivas. “Y más recientemente, la nueva ley de licencia por maternidad, paternidad y medio horario para cuidados, el fondo para mayores de 55 y las nuevas tablas de mortalidad, atendiendo la situación de las mujeres en AFAP”. Complejos habitacionales También se da el inicio de experiencias concretas de cuidados hacia el sistema nacional en los complejos habitacionales, los hogares de ancianos y asociaciones de personas con discapacidad; formación de cuidadores y teleasistencia. Murro subrayó que “el notable proceso de inclusión social y formalización de estos años”, que comprende a más de 500.000 personas y decenas de miles de empresas incorporadas a la seguridad social; 64% más que en 2004 en general, pero con destaques en sectores históricamente olvidados, como las trabajadoras domésticas, los rurales, artistas, deportistas, microemprendedores (30.000 se incluyen por monotributo); la baja de la evasión e informalidad a la mitad. “Ello también es parte de la agenda de nuevos derechos que se promueven desde la sociedad y el gobierno nacional para otros sectores vulnerados”, expresó. “En los años 2000, la asistencia financiera era de 27% a 30% del financiamiento del BPS. Hoy es 3%, mientras que la participación de las contribuciones obrero patronales suben de 50% a 70% en el mismo período. Y eso con la tasa de aportes más baja de la historia: 7,5% patronal jubilatorio (llegó a 14,5% en los años 90) y aproximadamente 7,5% de los trabajadores (otro tanto va a las AFAP)”, explica. Además, Murro destaca el fomento de la cultura, la educación y la recreación impulsado desde el BPS. “Los actos culturales, los manuales de educación en seguridad social para escolares y estudiantes secundarios; las ceibalitas; la creación del Centro de Estudios, por el que han pasado ya más de 200.000 personas. El Turismo Social en todo el país, las mejoras de Raigón y su ampliación con jubilados, escolares, estudiantes, personas con discapacidad -la colonia de Raigón también cumple 50 años, y en los 90 la querían regalar con el área de la salud-; los ómnibus de transporte social en diversos departamentos en convenio con Cutcsa y las intendencias”, enumeró el jerarca. El ministro enfatizó en la importancia de la participación social en la gestión pública, por lo que destacó como “sustantivos” los 25 años de los directores sociales en el directorio del BPS. “Por eso promovemos el fortalecimiento de organizaciones sociales con sedes para Onajpu, Pit-Cnt y gremios empresariales, tratando de profundizar los cambios con continuidades, sin crisis ni escándalos, con las bienvenidas diferencias articuladas en democracia”, afirmó. Por otra parte, el ministro Murro valoró que los 50 años encuentran a un Ministerio de Trabajo y Seguridad Social para trabajadores y empresarios, encabezado por un equipo plural de directores provenientes del sector sindical y empresarial; promoviendo como estrategia la Cultura del Trabajo para el Desarrollo, con más ética, calidad y productividad, formación profesional, culminación de estudios y acreditación de saberes, diálogo y negociación colectiva. Y articulando sus esfuerzos con el BPS (con logros conjuntos recientes como la Planilla de Trabajo Unificada), Inefop e Inacoop; potenciando ámbitos como el Conassat o los comités departamentales y sectoriales de empleo y formación profesional, y avanzando en la coordinación con otras instituciones, como las cajas paraestatales.
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