Otra vez la Cámara de Diputados de Brasil tiene que analizar, discutir y votar si le dan crédito a Michel Temer o consideran que las acusaciones del Fiscal General Rodrigo Janot son ciertas y este hombre que pusieron en Planalto es uno de los líderes de una organización criminal que se le conoce como ‘PMDB de la Cámara’. Lo que necesita Temer para continuar es que no se llegue a la mayoría especial de dos tercios de los votos (342 en 513) y así evitar que la causa prosiga su curso en el Supremo Tribunal Federal (STF) para poder continuar haciendo gambetas que le permitan no tener que abandonar la presidencia ni ir preso. Esta misma situación fue vivida en agosto. En esa oportunidad se le acusó de ‘corrupción pasiva’, pero los diputados lo salvaron de la Justicia previa negociación por cargos, beneficios y amenazas de que si se daba crédito a la demanda, Brasil perdería mucho prestigio a nivel internacional, se le cerrarían mercados y la responsabilidad sería de los parlamentarios que no avalaban el accionar del presidente. Las encuestas afirman que Temer es tiene sólo el 3% de aprobación. Aun con un margen amplio de error, este presidente es el menos popular que ha tenido Brasil en su historia, lo que a la vez lo convierte en uno de los más poderosos.
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