El presidente de la República colocó en la agenda política la necesidad de generar una mayor coordinación y articulación interinstitucional en materia de ambiente, agua y cambio climático. La creación de esta nueva institucionalidad ha impulsado un enfoque transversal de los temas ambientales, para el desarrollo de las políticas públicas en esta materia.
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Con el objetivo de intercambiar sobre el trabajo realizado a lo largo de este período y los principales logros y desafíos de esta institucionalidad, hablamos con el ingeniero Carlos Colacce, titular de la Secretaría Nacional de Ambiente, Agua y Cambio Climático.
¿Cuáles han sido las principales líneas de trabajo de la secretaría en este período?
Por un lado, la coordinación y articulación interinstitucional en determinados temas, cuando surgen distintas visiones desde las instituciones del Estado, es donde intervenimos, tratando de lograr acuerdos. Luego, están las líneas de trabajo que nosotros establecimos, por considerar que son estratégicas o prioritarias para el país o por encontrar una carencia a nivel nacional en determinado tema. Así se definieron algunas líneas de trabajo, integrando iniciativas muy fuertes, tanto desde la propia secretaría como otras que potenciaron importantes acciones que ya se venían desarrollando.
¿Cuáles son esos planes, programas o proyectos sobre los que se ha trabajado?
Temas como el Plan Nacional de Aguas, la Política Nacional de Respuesta al Cambio Climático, la Primera Contribución Determinada a Nivel Nacional (NDC), la aprobación de la Segunda Generación de Medidas del Río Santa Lucía, el Plan Nacional Ambiental y la Iniciativa del Río Negro han tenido una fuerte participación desde la Secretaría. Estas importantes líneas de trabajo han implicado un gran esfuerzo de coordinación interinstitucional, integrando las distintas visiones ministeriales y de los organismos. Todos estos temas han tenido un proceso de discusión y acuerdo dentro del Poder Ejecutivo, con una fuerte participación del Sistema Nacional Ambiental y el Gabinete Nacional Ambiental. Otro proyecto que la Secretaría lidera y coordina transversalmente es la Infraestructura Nacional de Datos para la Gestión Ambiental (Indagea), que busca lograr el más fluido intercambio de datos entre distintos organismos estatales para facilitar la gestión ambiental.
¿Cuál es el balance que se puede hacer sobre la nueva institucionalidad a tres años de su creación?
La nueva institucionalidad ha generado un ámbito muy necesario para trabajar los temas vinculados con ambiente, agua y cambio climático. Estos temas no son exclusivos de lo que tradicionalmente se concebía como protección ambiental, sino que son temas que interactúan constantemente con los modelos de desarrollo y formas de producción del país. Por esto, pasa a haber una interacción muy importante entre distintos organismos del Estado, lo que ha generado que el Sistema Nacional Ambiental y el Gabinete Nacional Ambiental se hayan transformado en eficientes ámbitos de trabajo conjunto y de construcción de acuerdos.
La gobernanza ambiental es un tema muy dinámico y que está en constante revisión a nivel internacional, por lo que es importante conocer y analizar lo que pasa en otros países. Cuando se ha analizado, desde afuera del Estado, a esta clase de gobernanza, que suma a lo ya existente -la secretaría, el sistema y el gabinete-, se la encuentra como una idea muy creativa y positiva, por ejemplo, desde los organismos multilaterales de crédito, de los cuales se han obtenido importantes cooperaciones técnicas y financiamientos al trabajo de la secretaría en estos años.
En lo que refiere a la secretaría, estamos convencidos de su importante rol coordinador y articulador y de que en el futuro próximo es necesario generar cierto perfeccionamiento jurídico en algunos temas que lo merecen. Está planteada, para un futuro más lejano, la necesidad de crear un ministerio específico de Medio Ambiente, ya que esto daría jerarquía a los temas ambientales. Esto siempre dentro de las posibilidades presupuestales y políticas, pero sería razonable que así fuera. Esto no va en contra de la actual secretaría porque hoy ya existe un ministerio de Ambiente, que también es de Vivienda, con sus propias competencias y que, por supuesto, la secretaría no se las ha quitado. El ministerio sigue siendo el generador y ejecutor de políticas públicas de ambiente. El rol de la secretaría es articular las políticas, pero no definirlas, en todo caso, es responsable del cumplimiento de las que se acuerdan y definen dentro del Gabinete Nacional Ambiental como organismo superior de coordinación ya directamente entre los ministros.
¿En qué temática, entiende que se puede seguir trabajando desde la Secretaría?
Hay temas que han quedado fuera de nuestra agenda, pero que requieren acciones. Un ejemplo es la necesidad de avanzar en la generación de acuerdos en cuanto a la gestión de residuos entre las distintas intendencias para lograr una mejor gestión a futuro, a mediano y largo plazo. En otro orden, con Dinagua estamos elaborando el Plan Nacional de Saneamiento. Su implementación seguramente va a ser mucho más compleja que la propia redacción de las bases de este plan. Lo mismo con respecto a continuar desarrollando la Infraestructura Nacional de Datos para la Gestión Ambiental (Indagea); se ha avanzado en proyectos pilotos que van dejando una muy buena huella para seguir adelante en una mayor escala. Asimismo, todo lo que es la línea de trabajo referida a economía verde y economía circular, temas en los que la secretaría trabaja para poder establecer bases claras, en el marco y en el concepto del desarrollo sostenible. Actualmente, estamos colaborando con OPP para establecer la mirada ambiental sobre la Estrategia Nacional de Desarrollo. Estos son algunos ejemplos de tareas que resta emprender. También tenemos mucho que trabajar en perfeccionar y mejorar las distintas posibilidades tecnológicas en todos los temas de monitoreo ambiental, utilizando distintas herramientas (imágenes satelitales, teledetección).