El titular de la cartera, Víctor Rossi, describió una a una las obras que se vienen llevando adelante, las que están a punto de iniciarse y las que están en carpeta, así como los desafíos de infraestructura que deparará en el futuro próximo la inminente concreción de una nueva planta procesadora de celulosa en el centro del país. La que sigue es la entrevista que el secretario de Estado mantuvo con Caras y Caretas en la sede de la cartera. El gobierno preveía una inversión de unos 12.500 millones de dólares en el quinquenio. ¿Cómo se viene desarrollando ese plan? Bien, viene bien en lo que respecta a infraestructura. Esos recursos se integraban por dineros propios surgidos por la vía presupuestal; otra parte, por las concesiones de obra pública, particularmente la financiada por la Corporación Vial del Uruguay –que recientemente acaba de lanzar al mercado de valores un fideicomiso–, y además con un número de ocho proyectos bajo la modalidad PPP, que implica la asociación público privada. Estamos avanzando bien en el presupuesto y vamos muy bien en lo que tiene que ver con la concesión de obra pública y eso se puede ver en todo el territorio nacional por una transformación de las rutas del país. Todavía tenemos algunas dificultades para convertir en pavimento, en hormigón, los proyectos que se deben desarrollar a través del sistema de asociación público privada. El camino ha sido muy lento, pero estamos cerca de que el primero de ellos se concrete: la reconstrucción de la ruta 21, de la ruta 24 y el bypass a Nueva Palmira. Los trámites de documentación y financiamiento son los que han venido demorando su ejecución, pero esperemos que en el correr de los próximos dos meses se comience a trabajar. En materia de PPP hay también otros proyectos que están avanzando, hay tres de ellos que ya han sido adjudicados y un cuarto –que es el de la ruta 14 oeste, que va de Mercedes a Sarandí del Yi– que está a punto de adjudicarse. Ya estamos preparados también para anunciar los próximos tres llamados en el correr de este semestre, que son: la doble vía entre la ruta 3 y la ruta 1; la doble vía de la ruta 6 en el empalme hasta Suárez, donde sale la ruta 7 –también incluye rotondas en los ingresos a las principales ciudades– y el otro proyecto que tenemos es el otro tramo de la ruta 14, desde Sarandí del Yi hasta Rocha. Entre los tramos, el que está por adjudicarse y este, para el que se hará el llamado, completan un cruce este-oeste que el país necesita y que era muy reclamado. Con estas obras se van generando condiciones para que se incremente el crecimiento de determinadas áreas del país. ¿Las empresas del sector están respondiendo a los requerimientos que tiene el país en materia de desarrollo de su infraestructura? Creo que en general sí, con distintos acentos. Hay algunas empresas que tienen una actitud mucho más proactiva, más de avanzar y de demanda de obras, mientras que hay otras que van administrando su capacidad instalada. ¿Hay miedo a crecer? Una empresa debe ser muy juiciosa en eso, ya que implica desarrollar una infraestructura, contar con personal calificado y maquinaria. Pero esos pasos largos y exigentes no se pueden dar sólo por una obra. Las empresas aspiran a tener la certeza de que habrá una continuidad de obras, lo que les permite desarrollar su trabajo con mayor productividad. Después de un período de cierto enlentecimiento, les cuesta avanzar. Pero hay empresas que han arriesgado y están incorporando equipamiento. No olvidemos que todo depende siempre de los concursos de precios. En esta estrategia de desarrollo de infraestructura no estaba prevista la instalación de una nueva planta de UPM. ¿Cómo ha influido en los planes este nuevo factor? Es un adicional. Quizás aumenta el desafío. Hace que el paso largo sea más largo todavía. Con UPM sumamos obras en distintas áreas, como es la necesidad de caminos vecinales y departamentales en el centro del país, carreteras que deberán ser reconstruidas para resistir un transporte de carga que será mucho más exigente y habrá que reforzar algunos puentes y hacer puentes nuevos; en materia portuaria tenemos un plan bastante ambicioso que se justifica por el crecimiento que ha tenido la actividad portuaria en todos estos años. En materia de ferrocarriles, ya se venían desarrollando obras como son las reconstrucciones en Piedra Sola, Alcorta, Paysandú, Salto, el tramo Paso de los Toros-Rivera, pero ahora tenemos un desafío muy grande, ya que implica un volumen y un tiempo de ejecución de obras inéditos en el país. Vamos a necesitar mucho apoyo, la cooperación de quienes más experiencia y conocimiento tienen, pero, de poder concretar este objetivo, será un paso decisivo para la modernización del modo ferroviario en el siglo XXI. Todo esto está pensado para la producción, pero Uruguay tiene un ingreso de divisas muy importante por concepto de turismo. ¿Qué va a pasar en materia de obras con el eje vial que hay entre Colonia y Punta del Este? ¿Hay mejoras previstas? El área sur del país ha tenido el desarrollo más importante en materia de infraestructura y ha tenido un mantenimiento permanente y mejoras continuas. Es cierto que podíamos pensar que lo que está bien o muy bien se puede llevar a óptimo, pero tenemos la obligación de sostener el crecimiento del país y para ello tenemos que ir administrando los recursos disponibles para que no quede atrás ninguna zona del país o área de actividad. En el comienzo de esta gestión, la ruta Interbalnearia estaba perfecta, la ruta 1 con la doble vía funcionando hasta Tarariras, la ruta 11 en perfectas condiciones desde San José hasta Atlántida y la ruta 9 en perfectas condiciones –ahora se está recapando–. No es que hayamos dejado de hacer obras, pero teníamos que superar los problemas que había en otras rutas del país. Entre ellos, el tramo de Tranqueras a ruta 5 que estaba tan mal que convirtió a la ruta 30 en la más mencionada del país. También debíamos dar respuesta a la situación de la ruta 39, que está en una zona turística, a las rutas que fueron destrozadas por la inundación en el área de los bañados de Rocha, debíamos recuperar la situación de los caminos de Colonia (si bien tienen prevista una mejora mayor, mientras tanto debíamos permitir que se pudiera circular por ellos). Como todo no se puede, hay que administrar, como sucede en la casa de cada uno de nosotros. Sin embargo, hay uruguayos que se fueron del país hace ya tiempo y ahora llegan al Aeropuerto de Carrasco y nos expresan su admiración por la terminal, por la Interbalnearia, por una red que se ha calificado con obras como la doble vía de la ruta 8 y de la ruta 101 –que se están haciendo–, con el anillo perimetral. Es decir, no estamos dejando de lado el circuito más turístico, pero estamos tratando de ir administrando los recursos para poner el acento en las zonas de carácter productivo. En materia portuaria, ¿hay más obras previstas en los muelles públicos de Nueva Palmira? Sí, por supuesto. Se va a habilitar una explanada que comprende todo el muelle público de manera de mejorar el desarrollo de la actividad. Sumado al bypass en el ingreso a la ciudad. Sí, sumado a la inversión que se hizo en la zona de Terminales Graneleras del Uruguay y a la enorme inversión de Corporación Navíos, así como a otros proyectos que se vienen haciendo. ¿Y el Puerto de Montevideo? El Puerto de Montevideo anda muy bien. Ha seguido creciendo por encima de las estimaciones. El puerto necesita ordenarse para aprovechar mejor los espacios que tiene. Para ello se vienen desarrollando una serie de obras y de adecuaciones que nos van a permitir seguir creciendo. ¿Se sigue pensando en utilizar la antigua playa de maniobras de AFE? Eso es otra historia, es una vergüenza que este predio esté trabado por una situación judicial, ya que se trata de un área valiosísima para el proyecto que se quiera realizar. No quiero comentar sobre eso. ¿Hay posibilidades de que finalmente se construya en el exdique Mauá la terminal de pasajeros, tal como había planteado la empresa Buquebus? Es un problema de oportunidades. Nosotros lo vimos como un gran paso adelante porque embellecía Montevideo y colocaba la terminal a pocas cuadras del centro de la ciudad. A su vez, en Buenos Aires se estaba planificando modificar la terminal. Pues bien, allá ya se inició la obra y nosotros todavía estamos buscando que se apruebe un articulito que nos permitiría avanzar y generar puestos de trabajo y atractivo para la ciudad. A veces uno pierde energía cuando se queda empantanado. Los uruguayos somos muy discutidores y eso está bien, pero lo que decide es lo que se hace. El hecho de que ya se esté trabajando en la nueva terminal de Buenos Aires nos puede postergar y poner a la cola para que una inversión más o menos parecida se haga en Montevideo. La pregunta es por qué ir a la cola cuando pudimos comenzar primero. Se ha hablado de la posibilidad de que el Ejército, a través del Arma de Ingenieros, se haga cargo de alguna obra de infraestructura. ¿Es posible eso? Tener más brazos y otras opciones siempre es bueno. El asunto es que no se trata de una obra que se realiza a voluntad y buscando cumplir un objetivo que no es la construcción de una carretera. Nosotros lo que queremos es que las obras se hagan acorde a las necesidades y los estándares de calidad que exigimos. Todo lo que pueda aportar el Ejército, bienvenido, pero tiene que ser una obra que debe cumplir con los requisitos que pongamos. ¿Hay satisfacción en la forma cómo se han desarrollado los proyectos de asociación público privada? Han resultado lentas porque la ley prevé toda una serie de mecanismos que garantizan a todas las partes en cuanto al cumplimiento de los contratos. Pero nunca puede haber una garantía absolutamente completa y se vuelve carísimo para las partes tratar de prever todas las contingencias negativas que se pueden acumular. Creo que nos falta alivianar el mecanismo, tal como sucede en otras partes del mundo, desde donde nos llegan experiencias que dicen que hay que ser mucho más ágil. Tenemos que tratar de aprender y ajustar los mecanismos para el futuro. Por estos días usted estuvo en la llegada del vuelo inaugural de Avianca al Aeropuerto de Carrasco. ¿Hay conformidad con el funcionamiento de la terminal? Sí, hay conformidad, aunque siempre hay cosas para hacer y lo conversaremos con los administradores del aeropuerto, que han hecho una inversión que ha sido una gran obra para Uruguay. Pero como en todos los órdenes de la vida uno no se puede quedar, y cuando se gana, quiere seguir ganando. Creo que son actores conocedores y dispuestos, y hay cosas para hacer. ¿Por ejemplo? Uno solo, necesitamos fortalecer y unificar la comunidad aeronáutica del país. Todos los negocios y actividades que tienen que ver con el modo aeronáutico hay que fortalecerlos y unificarlos porque en Uruguay todavía algunos sienten que el tema de la aviación es un tema de la Fuerza Aérea, y si bien la Fuerza Aérea es un instrumento fundamental en el país y donde más conocimiento del tema aéreo se concentra, necesitamos abrir los brazos para darles oportunidades a todos para ser protagonistas en lo suyo y hacer una comunidad más fuerte.
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