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Obsesión de Almagro está destrozando a la OEA

Luis Almagro, secretario general de la OEA, está dividiendo a esa organización en sus pretensiones de hacer caer al gobierno venezolano liderado por Nicolás Maduro.

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El uruguayo Luis Almagro, secretario general de la Organización de Estados Americanos (OEA) está llegando lejos con su obsesión contra el gobierno bolivariano de Venezuela. Hasta ahora ha conseguido dividir a esa organización de manera inusual. Y eso no es poca cosa en un organismo internacional que, para bien o para mal, actuaba de manera bastante unida. Veamos: este lunes, la asamblea general reunida en Cancún, México, debatió sobre la situación interna de Venezuela, bajo la enérgica protesta de la canciller Delcy Rodríguez, que abandonó la sala, afirmando que «Venezuela no reconoce ningún producto que venga de esta organización». No se le puede culpar, teniendo en cuenta que de Brasil, por ejemplo, no dicen ni pío. Bueno, el tema es que los cancilleres estaban convencidos que debían emitir una declaración y tenían dos propuestas: una, instaba al presidente Nicolás Maduro a reconsiderar su llamado a una Asamblea Constituyente, a garantizar el respeto a los derechos humanos y a instalar un diálogo con la oposición; otra, que la solución de la crisis sudamericana era un asunto de carácter interno. Esta moción fue presentada por 14 países de la comunidad del Caribe (Caricom). Nunca se pusieron de acuerdo, pero una cosa quedó al descubierto: a esta parte de América, al sur del Sur, no llega toda la verdad, porque nunca se dice que en las Américas y el Caribe hay gobiernos que no están afines a entrometerse en la política venezolana. O sea, que la sangre no ha llegado al río como se quiere hacer ver, sino no sumarían 14 países los que piden respeto.

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