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Odebrecht hizo grandes negocios con Mauricio Macri

El esquema del lavado montado por la empresa Odebrecht en varios países de América Latina contaba con la participación de sociedades uruguayas.

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Por Víctor Carrato

La constructora brasileña Odebrecht lavó millones de dólares a través de cinco sociedades de papel, varias de ellas uruguayas. Luego el dinero pasaba a través de otras cuatro compañías similares. Pero también se utilizó una sociedad panameña a través de la cual se lavó la suma de 50 millones de dólares, transfiriendo de la cuenta de esa sociedad a tres de las cinco empresas panameñas encargadas de pagar coimas por vía de diversos bancos. Así se pagaron coimas y sobornos a tres exejecutivos de la empresa Petrobras. El abogado panameño Alvin Weeden Gamboa fue quien presentó, en su país, una denuncia contra Odebrecht, el 16 de setiembre de 2015, por el delito de blanqueo de capitales. Para ese proceso de lavado de dinero, el abogado afirma que se utilizaron las sociedades Constructora Norberto Odebrecht SA, OSeal Angola DS-Odebrecht Servicios no Exterior Ltd., Oseal-Odebrecht-Servicios no Exterior Ltd., Odebrecht Servicios no Exterior y Co. Constructora Norberto Odebrecht mediante un complejo sistema de blanqueo, transfiriendo millones de dólares a diversas sociedades. Allí se denuncia un “primer nivel de lavado” a cinco sociedades, dos de ellas uruguayas: Smith & Nash Engineering, constituida en Islas Vírgenes; Golac, constituida en Islas Vírgenes; Sherkson, constituida en Uruguay; Havinsur, constituida en Uruguay; y Arcadex, constituida en Belice. Un “segundo nivel de lavado” denunciado establece que se transfirieron millones de dólares a las sociedades Constructora Internacional del Sur SA, constituida en Panamá; Klienfeld, constituida en Antigua y Barbuda; Innovation, constituida en Antigua y Barbuda; y Arcadex, constituida en Belice. Un “tercer nivel de lavado” tenía como origen diversas sociedades de Constructora Norberto Odebrecht SA y otras del mismo grupo; se transfirió a la sociedad panameña Constructora Internacional del Sur SA la suma de 50 millones de dólares, y desde esta se desvío dinero a tres de las cinco sociedades panameñas encargadas de pagar coimas a través de bancos en Suiza y otros países. El dinero lavado en Panamá sirvió para encuadrar estas conductas en los graves delitos de blanqueo de capitales, utilizando sociedades panameñas constituidas y representadas por ciudadanos panameños que participaron en actos nacionales e internacionales de corrupción. El blanqueo de capitales ascendió, como ya fue mencionado, a aproximadamente 50 millones de dólares. Las sociedades panameñas receptoras en el tercer nivel de lavado eran Quinus, Pexo y Milzart. Pagaron sobornos a Paulo Roberto Costa, Pedro Barusco y Renato Duque, todos exejecutivos de Petrobras. Adicionalmente, participaron las firmas panameñas Sagar y Sygnus. Asimismo se denuncia que se utilizó una cuenta del banco Credicorp Bank y de otros bancos panameños que sirvieron para materializar este intrincado proceso de lavado de dinero, utilizando entidades bancarias dentro del Estado panameño. También se tiene certeza de que Paulo Roberto Costa, Pedro Barusco y Renato Duque recibieron pagos por el orden de tres millones de dólares, quedando pendiente por determinar el pago y destino final de 47 millones de dólares que llegaron a cuentas de Constructora Internacional del Sur SA en el citado banco Credicorp y que se manejaron con otros bancos nacionales. El complejo proceso de lavado creado para el pago de coimas y sobornos montado por la empresa Constructora Norberto Odebrecht SA, entre otras, se realizó durante diez años. Esta actividad lesiona el prestigio del sistema bancario y societario panameño y, por ende, afecta gravemente la economía de ese país. El abogado Weeden Gamboa también solicitó que se investigue a todos los funcionarios públicos panameños en los diferentes gobiernos en los que se mantuvo vigente la sociedad Constructora Internacional del Sur SA que pudieron recibir coimas de esta sociedad o de cualquiera otra vinculada a ella, como Sagar, Quinus, Pexo, Milzart y Sygnus, o cualquier otra, y a través de cualquier cuenta bancaria que se relacione con tales firmas, ya sean del banco Credicorp Bank o de cualquier otro banco de la localidad. También se señala que la sociedad Constructora Internacional del Sur SA fue constituida el 11 de octubre de 2006, en Panamá, con un capital social de 10.000 dólares, dividido en 100 acciones comunes, nominativas o al portador, con un valor de 100 dólares cada una, siendo sus directores y dignatarios: Eduardo Bonilla, como director-presidente; Arquímedes Pérez, como director-secretario; y Lorena Alveo, como directora-tesorera. El agente residente designado en el pacto es la sociedad civil PMC International Legal Services, empresa vinculada a Ernesto Chong Coronado. Posteriormente, mediante una nueva escritura pública, se protocoliza un acta de la Asamblea General de Accionistas de la sociedad Constructora Internacional del Sur SA, en la que se resuelve designar nuevos directores y dignatarios. El 25 de agosto de 2014 se inscribe la escritura pública, de 18 de agosto de 2014, por la cual se protocoliza el Acta de Asamblea Extraordinaria Conjunta de Accionistas y Junta Directiva y Certificado de Disolución, mediante los cuales se autoriza la disolución de la sociedad denominada Constructora Internacional del Sur SA. Departamento de coimas La oficina más chica de Odebrecht contaba con seis empleados y se denominaba Oficina de Operaciones Estructuradas. Allí se encargaban de mover todo el dinero posible para ganar contratos y mantener contentos a distintos gobiernos de América Latina. Luiz Eduardo Da Rocha Soares y Olivio Rodríguez Junior (alias Gigo y Maverick, respectivamente) viajaron tanto a Panamá como a Montevideo. Da Rocha Soares era ejecutivo de Odebrecht y fue detenido en abril de 2016 en Brasil a su llegada de Estados Unidos. Trabajaba como enlace con Antigua Overseas Bank. Olivio Rodríguez Junior fue identificado por la Justicia brasileña como operador de lavado internacional de activos, enlace entre Odebrecht y Antigua Overseas Bank. Inicialmente asesoraba a clientes en la creación de firmas en paraísos fiscales para alivio tributario. Uno de los testigos de la Justicia de Brasil declaró que, meses después de conocer a Rodríguez, se dio cuenta de que su verdadera función era esconder el origen del dinero que recibía de Odebrecht. Dijo que cuando lo conoció no reveló para quién trabajaba, pero después confesó que lo hacía para Odebrecht y abría cuentas para “hacer movimientos financieros de obras de la compañía en el exterior’’. El esquema del lavado contaba, al menos, con tres sociedades uruguayas: Casu Trust & Management Service SA, Sherkson y Havinsur. De acuerdo al delator Luiz Franca, Klienfield era la firma principal que operaba Olivio Rodríguez para el pago de sobornos. La firma tenía cuenta en el Antigua Overseas Bank, donde perdió US$ 15 millones a raíz de la crisis de liquidez del banco. Desde allí se hicieron millonarias transferencias a otras cuentas de sociedades offshore. Casu Trust & Management Service SA es una firma con cuenta en el Meinl Bank, entidad financiera que Odebrecht compró en Antigua y Barbuda. El Meinl Bank sirvió para mover 1.609 millones de dólares en 15 años. Ese dinero fue direccionado para la financiación de ilícitos. El 51 por ciento del banco fue adquirido en 2010 por Odebrecht y se habrían usado al menos 40 cuentas para cometer las irregularidades. El Meinl Bank fue fundado en 1923 en Viena, Austria, por Julius Meinl, un ciudadano británico cuya familia huyó ante el avance nazi en 1940. El actual CEO del Meinl Bank, Julius Meinl V, bisnieto del fundador, le reclama al Estado austríaco 200 millones de euros En 2015, Julius Meinl V fue acusado en Ucrania por el gobierno de Kiev de lavar 750 millones de euros, con lo cual tiene antecedentes tanto en Austria como en Europa del Este. Pero lo interesante resulta ser que, en 2011, la constructora brasileña Odebrecht compró 51% de las acciones de ese banco en las islas Antigua y Barbuda. Julius Meinl ya tenía una sucursal también en el paraíso fiscal de Jersey, cerca de la costa inglesa. El Meinl Bank de Antigua y Barbuda, en manos de Odebrecht, se vino al sur del continente y compró las créditos que el Banco Interamericano de Desarrollo (BID) y la Corporación Financiera Internacional (IFC) -organismo que integra el Grupo Banco Mundial y principal institución internacional de desarrollo dedicada exclusivamente al sector privado en los países en crecimiento- tenían contra Correo Argentino SA, propiedad del grupo Macri, por 400 millones de pesos argentinos. Este extraño vínculo entre el banco de Odebrecht y la aprobación del acuerdo de los Macri demostraría una relación entre partes que quizás no aparezcan entre los denunciados por recibir los 35 millones de dólares de coimas pagados en Argentina. Vinicius Borin, directivo del Meinl Bank en Antigua y Barbuda, confesó que por ese banco se pagaron 1.600 millones de dólares en coimas, y después de la confesión de la constructora en Nueva York, las autoridades bancarias de las islas intervinieron el banco y desplazaron a los tres directores de Odebrecht.

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