Las elecciones holandesas se han saldado con la victoria del candidato oficialista Mark Rutte (33 escaños con 95 % de votos escrutados), al frente del derechista Partido Popular por la Libertad y la Democracia (VVD por sus siglas en neerlandés). El candidato de extrema derecha, Geet Wilders quedó en segundo lugar al frente del Partido por la Libertad (20 escaños), contradiciendo los sondeos que le daban como ganador. Como tercera fuerza quedó la Llamada Demócrata Cristiana (19 escaños). El presidente de la Comisión Europea, Jean-Claude Juncker fue de los primeros en felicitar a Holanda por mantener su rumbo neoliberal europeista. También la canciller alemana Angela Merkel y el ministro de Asuntos Exteriores de Francia, Jean-Marc Ayrault, se apresuraron a felicitar a Mark Rutte por su triunfo. La izquierda sufrió un fuerte varapalo en estas elecciones. El partido progresista más votado fue el Partido Socialista, que aparece recién en quinto lugar con 14 escaños, seguido de la coalición Izquierda Verde (14 escaños). El partido socialdemócrata tradicional sufrió una abrupta caída, pasando de ser segunda fuerza a séptima con nueve escaños. Holanda es una monarquía constitucional, por tanto, el actual presidente interino deberá buscar el acuerdo con otras formaciones para obtener el apoyo que le otorgue la mayoría parlamentaria para renovar su cargo de cara a la nueva legislatura. Por tanto el país vivirá varios meses de intenso debate político y negociaciones.
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