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Sociedad

Con el presidente del ente, Milton Machado

OSE invertirá US$ 550 millones en obras en este quinquenio

En el plano de las inversiones, OSE tiene previstos unos 110 millones cada año de este quinquenio en agua y saneamiento, lo que implicará una inversión global de 550 millones de dólares, aseguró presidente del ente, Milton Machado.

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El jerarca reseñó para Caras y Caretas las múltiples obras que el ente viene realizando a lo largo y ancho del país, tanto para mejorar la calidad del agua que se provee a los hogares uruguayos como para dotar de un mejor saneamiento a las principales ciudades.

También destacó que la empresa tiene “una planificación estratégica que tiene como norte universalizar los servicios con inclusión social”.

“La población debe saber además que todas estas inversiones que realiza OSE las hace con lo que le ingresa por concepto de tarifas, lo que nos implica tener una gestión financiera sostenible y equilibrada. Y el endeudamiento lo tenemos con organismos internacionales, lo que implica un repago a muy largo plazo”, sentenció Machado.

 

¿Cómo evalúa el presente de OSE?

Ha venido trabajando con una planificación estratégica definida por el Directorio y la alta gerencia que son el norte hacia donde camina la empresa. Junto a esto se hace un plan anual de trabajo que está alineado a la planificación estratégica, todo lo que permite ir gestionando el organismo. Y todo alineado a los planes establecidos por el gobierno a través del Ministerio de Vivienda, Ordenamiento Territorial y Medio Ambiente, que es nuestro rector, de la Oficina de Planeamiento y Presupuesto y del Ministerio de Economía y Finanzas.

También tenemos entre nuestros objetivos llegar con nuestros servicios de agua y saneamiento -en todo el interior del país- a la mayor cantidad de ciudadanos, incluso a aquellos del medio rural a los que nunca se había llegado utilizando el mecanismo de los subsidios cruzados, de manera de volcar a estas zonas lo que se recauda en las que son superavitarias. Además, el sector agua subsidia al sector saneamiento, aunque se está emparejando esa ecuación. La empresa tiene como norte universalizar los servicios con inclusión social.

Además, y gracias al referéndum de 2004, se definió que los servicios de agua y saneamiento son derechos humanos y que ambos servicios deben estar en la esfera del Estado.

 

¿Qué obras grandes se están encarando?

En el plano de las inversiones tenemos previstos unos 110 millones cada año de este quinquenio, en agua y saneamiento. En el sector agua se han hecho inversiones destinadas a la nueva situación de presión ambiental que tiene el país, que nos obliga a ajustes en los tratamientos y en las tecnologías de potabilización para atender situaciones que 20 años atrás no pasaban. En todo el país tenemos unas 70 usinas que toman agua superficial como fuente de abastecimiento, aunque también hay perforaciones.

Se ha incorporado tecnología, como la aplicación de carbón activado en polvo, en la mayoría de las usinas y en otra estamos aplicando tecnología de la que se usa a nivel internacional, que es construir una nueva batería de filtros complementarios a los ya existentes con el carbón granulado. En Maldonado ya empezó una obra en ese sentido en la usina de Laguna del Sauce, que tiene un costo de 15 millones de dólares. También se construyó a nuevo la usina de Durazno, que tenía problemas de inundación a un monto de 11 millones de dólares; lo mismo estamos haciendo en la ciudad de Treinta y Tres para no tener problemas de inundación, con una inversión de 9 millones de dólares. Más allá de continuar mejorando la red para evitar pérdidas y roturas, que es un problema a atender y OSE es el primer interesado en solucionar.

En saneamiento, los dos grandes planes que hemos desarrollado son el de Ciudad de la Costa, por 150 millones de dólares, al cual aún le falta la última etapa al oeste de Shangrilá y Montes de Solymar. En el futuro hay que pensar en extender la obra hacia el este. Con esta obra se ha logrado una gran mejora para toda la zona, que, junto a la Intendencia de Canelones, incluyó la mejora de los desagües de las calles. Ya hay más de 3.000 conexiones funcionando.

El otro proyecto importante que se hizo fue el saneamiento de Maldonado y de Punta del Este, que implicó una inversión de más de 100 millones de dólares y que ha sido fundamental para mantener la calidad de las aguas de las playas, con una disposición final de los efluentes ambientalmente sustentable.

Hoy en Maldonado seguimos con obras para sanear toda el área de La Capoeira y Solanas, las que demandan 10 millones de dólares.

 

¿Y Ciudad del Plata, en San José?

Esa es otra obra para la que estamos llamando a licitación el mes próximo a efectos de iniciar la primera etapa. Va a ser un trabajo coordinado con la OPP y la Intendencia de San José, el cual implica un proyecto integral.

La idea es solucionar definitivamente los problemas de saneamiento y pluviales, así como inundaciones y contaminación de las capas del suelo, ya que también es un territorio topográfica y geográficamente muy complejo. El proyecto contempla una gestión integral de las aguas.

También venimos desarrollando importantes obras de saneamiento en las capitales del litoral del país. Vamos a inaugurar, en un par de meses, la planta de tratamiento de los efluentes de Salto, que es para 100.000 habitantes. Antes se volcaban las aguas, sin tratamiento, al río Uruguay. Ahora eso no va a suceder.

En Artigas ya hay en funcionamiento, desde hace cinco años, una planta similar, la cual implicó llevar la red aguas abajo, alejada de la capital.

En Paysandú también continuamos trabajando para aumentar la red de saneamiento y en la instalación de una planta de tratamiento de aguas residuales. Otro proyecto importante, en convenio con Montes del Plata, refiere al llamado a licitación para la construcción de una planta de tratamiento en la ciudad de Colonia.

 

¿Qué pasa con las aguas residuales de las ciudades que están ubicadas a orillas del río Santa Lucía, de donde sale el agua que consume la gran mayoría de la población?

Hay disparidades, pero desde 2013 se vienen ejecutando obras, como las que estamos haciendo actualmente en San Ramón y Fray Marcos, desde cero, lo que implica una red, con sus conexiones y una planta de tratamiento. También estamos modificando las plantas de Casupá y de Florida, que son tratamientos primarios modificados, para pasar a tratamientos terciarios. Con respecto a la otra planta que había, en la ciudad de Santa Lucía, habrá de hacerse una nueva con tratamiento terciario. Entre este año y el que viene todas estas ciudades van a quedar con tratamiento terciario, algo que nos ha pedido la Dinama.

 

También hay prevista una represa en Casupá.

Ese es otro proyecto estratégico que tiene OSE para garantizar el agua en cantidad y calidad en los próximos 30 años. En el brazo del Santa Lucía chico tenemos el embalse de Paso Severino, construido hace 30 años, y es el que abastece a Aguas Corrientes. Ahora, en el arroyo Casupá, que es afluente del río Santa Lucía grande, se prevé construir otra represa para tener un nuevo almacenamiento de más de 100 millones de metros cúbicos. Para comparar, Paso Severino tiene 65 millones de metros cúbicos. Es agua de buena calidad, de las nacientes del río, y nos va a permitir gestionar el agua en calidad y cantidad para el caso de sequías. Es una obra que seguramente quedará para la próxima administración.

En definitiva, en todas las ciudades y localidades del país buscamos dar un servicio de calidad que nos pone en un lugar de país privilegiado.

 

¿El abastecimiento de agua a Montevideo está asegurado?

Sí. Una vez que se terminaron la quinta y la sexta línea de bombeo se puede decir que actualmente no hay problemas y se terminó de cubrir toda la zona metropolitana, incluidas localidades como Sauce, Pando, Toledo y hasta Neptunia, Pinamar y Salinas. Esto implica llegar a 1,8 millones de habitantes. Para los próximos años no se avizoran problemas.

 

¿Cómo se ha logrado la regularización de los servicios en los asentamientos?

Ese es un gran mojón estratégico. En el año 2012 firmamos un convenio marco con el Mides para regularizar asentamientos a través de la capacitación de cooperativas sociales que van a trabajar a esos lugares y que muchas veces están integradas por gente de esas mismas zonas. También hemos trabajado con el MSP, ya que en los asentamientos en los que ponemos agua potable se minimizan los riesgos sanitarios de la población.

Y esto no sólo nos permite regularizar el servicio, sino también fomentar la cultura de pago. La mayoría de esa población se beneficia de una tarifa social, con un costo menor si consume hasta 15 metros cúbicos, lo que también genera la costumbre de hacer un uso responsable del recurso. Este sistema ha sido beneficioso para todas las partes.

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