Por Meri Parrado
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La primera infancia es el período que transcurre desde el comienzo de la gestación hasta los dos años. “Es un período clave en el desarrollo de los individuos, el de mayor sensibilidad y velocidad de construcción de asociaciones neuronales. Durante esta etapa, el cerebro se desarrolla con base en diferentes tipos de estímulos que reciban la embarazada y el niño. Es así que tanto lo positivo como lo negativo genera marcas que permanecen el resto de la vida”, explicó Mazzini. Por tales motivos, en estos últimos años el gobierno uruguayo, puso el foco en la atención y protección a este sector de la población.
El director explicó que desde el año 2018, el mes de mayo se presenta como una ocasión para pensar, valorar y profundizar sobre los motivos para seguir avanzando en la protección de la primera infancia. “Este año, el mes de la primera infancia aborda tres grandes ejes: la violencia, la nutrición, y las buenas prácticas de crianza y estímulo del lenguaje”.
Con respecto a la violencia, Mazzini precisó que, según datos proporcionados por la Encuesta Nacional de Desarrollo Infantil y Salud (Endis) de 2018, 53% de los hogares mantenía prácticas de crianza violentas, ya sea de forma psíquica o física. A entender del director, muchas de estas prácticas, a la hora de criar, están naturalizadas y es necesario trabajar en erradicarlas, ya que está demostrada científicamente la incidencia que tienen en el desarrollo de ese niño.
Para Mazzini, el eje de la nutrición también adquiere un rol protagónico en el desarrollo, ya que durante los primeros años de vida se inician enfermedades crónicas como el sobrepeso y la obesidad, tan comunes en la sociedad actual. “Al no adquirir conciencia en la importancia de una buena nutrición, los niños corren riesgos de ser hipertensos, obesos, diabéticos o padecer otras enfermedades vinculadas al colesterol. Esta situación no solo condiciona al individuo y a su entorno familiar, sino que afecta a toda la sociedad porque se traduce en altos costos para el sistema de salud, por ejemplo”, explicó.
Por otro lado, detalló en qué sentido se pretenden fomentar buenas prácticas de crianza y reforzar, entre otras cosas, la costumbre de leer cuentos en los hogares. “Actualmente vivimos en el mundo de las pantallas. Según la Organización Mundial de la Salud, hasta los dos años no debería haber exposición a televisión, computadoras o celulares, pero la realidad indica que 73% de los niños en esta edad está expuesto a estas pantallas”. Para el jerarca, es necesario minimizar esos tiempos en favor del vínculo humano, la lectura, el juego y el canto, ya que en ese tipo de prácticas se juega el afecto y la confianza de los niños.
Algunos avances
El director detalló los principales logros que se alcanzaron en el último período de gestión del gobierno, los cuales -opinó- dan cuenta de la relevancia de seguir insistiendo en intervenir en la primera infancia a tiempo. En este sentido, mencionó la creación del Sistema Nacional de Cuidados, que representa una gran inversión y articulación de diversas instituciones y programas. Mazzini explicó que en este período se está llevando adelante la construcción de 144 CAIF y 43 jardines de infantes. “Este sistema posibilitó que los adultos responsables de esos niños puedan dejarlos en un lugar de confianza y con personal especializado para volcarse al mercado de trabajo, estudiar o llevar adelante otro tipo de proyectos personales”.
Sobre este punto, el jerarca puso énfasis en la amplia cobertura de este sistema, mediante el cual más de 13.000 niñas y niños de cero a tres años se accedieron a servicios de educación y cuidados entre 2015 y 2018. “Para 2020 Uruguay va a ser el país de América Latina que va a haber universalizado la atención a tres años, lo que nos posiciona en una muy buena situación”.
Por otro lado, destacó que desde el año 2012, Uruguay Crece Contigo (UCC) entrega en todas las maternidades públicas y privadas del país un “set de bienvenida” que incluye productos para los recién nacidos e información para sus familias sobre buenas prácticas de crianza y estimulación. “La entrega de este material es muy importante porque nadie nace sabiendo cómo criar. Cuando un hijo nace, las personas de su entorno también nacen como padres, como tíos, como abuelos. Es un período lindo, pero lleno de incertidumbres en el que el Estado se hace presente con el objetivo de orientar al entorno familiar en las prácticas de crianza positivas”, explicó. “Al momento ya estuvimos presentes en 234.000 nacimientos con la entrega de estos materiales”, agregó.
Mazzini remarcó el carácter universal de esta iniciativa, la cual está orientada a 100% de los hogares, y explicó que el programa UCC también cuenta con políticas específicas destinadas a sectores más vulnerables de la población que requieren otro tipo de apoyo. Para ello, se creó el Acompañamiento Familiar orientando a las familias con riesgo sanitario y social que desde sus inicios, en 2012, a la fecha benefició a más de 17.300 hogares con mujeres embarazadas y niños menores de cuatro años, en todos los departamentos del país. “El acompañamiento consiste en un grupo de técnicos que visitan los hogares, en acuerdo con la familia y durante un promedio de diez meses, a fin de fortalecer prácticas de crianza positivas e interpelar aquellas que no lo son”, detalló. Este sistema representa un despliegue de aproximadamente 200 técnicos de las áreas social y sanitaria que trabajan distribuidos en 183 localidades.
En esta misma línea, Mazzini mencionó, entre los principales avances, las diferentes acciones orientadas a la atención y promoción de la salud que se llevan adelante en conjunto con otras instituciones. A modo de ejemplo, mencionó una acción reciente que se desarrolló en el marco del Mes de la Primera Infancia junto con el gobierno de Canelones y la Administración de los Servicios de Salud del Estado (ASSE): el lanzamiento de la telesonografía (ecografía obstétrica a distancia) desde un policlínico móvil de UCC que recorre los diferentes barrios, permitiendo a pacientes embarazadas y a sus familias el acceso a estudios de calidad para conocer la situación del gestante. En este móvil se realizan ecografías que son enviadas al hospital Pereira Rossell, donde los técnicos más calificados del país reciben esa imagen, la interpretan y la informan. Según Mazzini, esta acción tiene que ver con la preocupación de acercar los servicios a la población. “Muchas veces el acceso a los servicios se dificulta por razones económicas para trasladarse u otro tipo de barreras culturales. Nosotros, como ministerio, priorizamos poner los servicios cerca de la gente. Esto posibilita que la familia se informe en el momento sobre el embarazo y pueda planificar los próximos controles, asegurándose de que la embarazada asista. Además, funciona como lugar donde canalizar otras necesidades, ya que se trabaja en la coordinación con otros servicios e instituciones. Allí se establecen todas las coordinaciones para que la familia se informe sobre las diferentes prestaciones que le corresponden”.
El móvil estuvo en Toledo y Canelones; allí se captaron madres que no llegaban a los controles recomendados del embarazo y muchas de ellas lo habían detectado de forma tardía.
“Todas estas acciones se traducen en ganancias para la población. Representan más calidad de vida para el individuo y para todo el colectivo. No hay que olvidar que los niños son los trabajadores del futuro, y si le va bien a un niño, le va bien a toda la sociedad”.
Por otro lado, Mazzini consignó que el alcance de las políticas aplicadas y sus logros han sido verificados por diferentes evaluaciones, tanto internas como externas, y que la información de los resultados se encuentra disponible para la población.
Tendencias y desafíos
Para Mazzini, todo este tipo de políticas sociales orientadas a la primera infancia, infancia y adolescencia ha incidido positivamente en varios indicadores. En este sentido, destacó que la mortalidad infantil bajó a sus mínimos históricos marcando 6,7 por cada 1.000 nacidos vivos. Asimismo, recordó que se redujo la pobreza infantil. “Actualmente 17,4% de niños de cero a seis todavía vive en la pobreza, pero esa cifra estaba en 53% en el año 2004 y se ha reducido notoriamente, según datos del Instituto Nacional de Estadística”, apuntó.
“Estas tendencias sostenidas tienen que ver con la reorientación del gasto público social, que tenía una sesgo proadulto, hacia la primera infancia”. Según el director, la inversión actual del gasto público destinado a los menores de cinco años, en el producto bruto interno (PBI), pasó de 4,4% en 2006 a 6,2% en 2013.
El jerarca reconoció los logros alcanzados, pero enfatizó en la necesidad de seguir avanzando. “Aún no es suficiente, es necesario invertir más e ir identificando brechas en los servicios para ver en qué lugares hay que ajustar las políticas existentes. El objetivo estratégico de este año es insistir en que la primera infancia es clave y este tema tendría que estar presente en la campaña electoral”, concluyó.