Este jueves se cumplen cinco años de la masacre de Curuguaty (Paraguay), en la que 17 campesinos fueron asesinados por las autoridades en un enfrentamiento que se saldó además con la muerte de seis policías. El 15 de junio de 2012, varios centenares de policías fueron enviados a desalojar a 70 campesinos que habían ocupado un predio para pedir la incorporación del mismo a la reforma agraria. Organizaciones como Amnistía Internacional e Intermón Oxfam denuncian que los campos estatales de Marina Cué, donde tuvo lugar el enfrentamiento, fueron obtenidos de forma irregular por la firma Campos Morombi. Esta empresa es propiedad de la familia Riquelme, quien realizó la petición de enviar al destacamento policial. Una semana después de esto tuvo lugar el golpe de estado contra el presidente Fernando Lugo, el cual enfrentó un juicio político organizado por la oposición por considerarle responsable de no haber evitado la tragedia. Cinco años después, únicamente fueron esclarecidas las muertes de los policías. El Tribunal de Asunción condenó en 2016 a 11 campesinos a penas de entre 4 y 30 años de cárcel. Los familiares de estos continúan reclamando justicia. Ningún policía fue juzgado. Por motivo del quinto aniversario de esta matanza, el Congreso Democrático del Pueblo (CDP) realizó varios actos en la capital del país, como una manifestación por el centro de la ciudad y varios repartos de volantes. “Se cumplirán cinco años de la mayor masacre en nuestro país de la lucha por conquistar una tierra para el pueblo paraguayo. Consideramos que no hay que olvidar este acto, que sea ejemplo de resistencia y lucha en defensa de la soberanía”, señaló Luis Flecha, vocero de CDP e integrante del Partido Paraguay Pyahura (PPP).
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