Uruguay debe agregar a sus mejores realizaciones históricas la implementación “en 99,9%” del plan “Una computadora por niño” (One Laptop Per Child, u OLPC, por sus siglas en inglés), presentado por Nicholas Negroponte en 2005 en el World Economic Forum. Los días 10 y 11 de mayo, en las instalaciones del Parque de Exposiciones del LATU, se desarrolló el Foro de Innovación Educativa con el que el Plan Ceibal celebró sus primeros diez años. La actividad reunió a más de 1.300 personas y posibilitó que expertos de nivel internacional realizaran presentaciones relativas a las nuevas formas de enseñanza, que tienen a las tecnologías de información como soporte principal. La apertura fue realizada por el presidente de Plan Ceibal, Miguel Brechner, el presidente del Codicen, Wilson Netto, Fiorella Haim, gerente general del plan, el prosecretario de Presidencia, Juan Andrés Roballo, y María Julia Muñoz, ministra de Educación y Cultura. Tras la misma tuvo lugar una conferencia del pedagogo canadiense Michel Fullan sobre “Aprendizaje profundo, coherencia y equidad” y funcionaron paneles sobre temas como “cultura maker”, “Nuevas matemáticas”, “Lengua y tecnología” y “Nuevas evaluaciones”, desarrollados por una amplia nómina de expertos locales e internacionales en educación y tecnología. La primera jornada culminó con la conferencia de Satya Nitta, jefe y director del programa de Ciencias Cognitivas y Tecnología Educativa en IBM Watson, sobre “El futuro del aprendizaje utilizando inteligencia artificial en educación”. La segunda jornada comenzó con el taller “Diseñando el cambio”, dirigido por el equipo de igual nombre del Plan Ceibal, con participación de Leticia Britos, Ph. D. en Creatividad e Innovación de la Universidad de Stanford. La actividad se cerró con la disertación de Nicholas Negroponte, creador del Media Lab del MIT (Massachusetts Institute of Technology) y del proyecto One Laptop Per Child, que fue comentada por Juan Grompone, José Clastornik, Andrés Tolosa, Juan Faroppa, Guillermo Moncecchi, con moderación de Fiorella Haim. Hablan los jerarcas La Dra. María Julia Muñoz, ministra de Educación y Cultura, afirmó: “Destaco la importancia de la decisión tomada hace diez años de informatizar el país con la red de Antel y el Plan Ceibal”. Remarcó la importancia de la política pública integral “porque es necesaria una formación ética y moral para el desarrollo de una personalidad que pueda gozar de la vida con valores como la solidaridad”. Brechner afirmó que “diez años después, tenemos un país integrado a la tecnología, lo que significa un hito gigante”, y que Uruguay “pasó de dar el acceso a una computadora a sólo diez de cada 100 niños del quintil más pobre en 2007, a más de 90 cada 100 en la actualidad”. Destacó que “con el Plan Ceibal todos los niños y niñas en Uruguay tienen acceso a tecnología e internet en un mundo que en 2006 comenzaba a mostrar redes sociales como Facebook, Twitter, YouTube, y en el que no existían Instagram, tabletas digitales ni la Nube”. Agregó que el Plan Ceibal hace posible “que todos los alumnos de la educación pública tengan acceso a los libros y textos de lectura, y que así llegan a ganar premios a nivel internacional en robótica y programación”. Advirtió que “los próximos diez años serán más dramáticos en cuanto a cambios y, por eso, hay que formar estudiantes que sepan resolver problemas con pensamiento crítico” y enfatizó que “los cambios llevan tiempo, pero hay que hacerlos y no discutirlos”. Negroponte: universalidad, carácter público y liderazgo político La estrella de la reunión fue, sin lugar a dudas, Nicholas Negroponte (Nueva York, 1943), arquitecto e informático de ascendencia griega. Es el fundador y director del MIT Media Lab, laboratorio de diseño y medios del Massachusetts Institute of Technology (MIT), donde enseña desde 1966. Su gran proyecto vital fue producir computadoras personales de bajo costo, más precisamente US$ 100, a fin de disminuir la brecha digital entre los países desarrollados y los que no lo están. El proyecto fue presentado en 2005 en el Foro Económico Mundial en Davos. La fundación “Una computadora por niño” (OLPC por sus siglas en inglés), creada por Negroponte, intenta desarrollar el uso de la informática y difundir internet en los países subdesarrollados. Es el menor de cuatro hermanos, de los cuales el más famoso es John Dimitri Negroponte (Londres, 1939), diplomático graduado en Yale, actualmente profesor de Asuntos Internacionales de la Universidad George Washington. Fue embajador de Estados Unidos en Honduras (1981-1985); subsecretario de Medio Ambiente, Océanos y Pesca (1985-1989); embajador en México (1989-1993); ante la ONU (2001-2004); en Irak (2004-2005); director nacional de Inteligencia (2005-2007); y subsecretario de Estado de Estados Unidos (2007-2009). Nicholas nunca trabajó para la diplomacia o los servicios de inteligencia. Uruguay fue el primer país de habla hispana en incorporarse, en 2006, al objetivo de tener “una computadora por niño”, por instrucción del presidente Tabaré Vázquez, quien colocó el denominado Plan Ceibal en la órbita pública. El programa se ha ido ampliando con los años, de modo de incluir a alumnos de primaria, de secundaria y a los del Consejo de Formación en Educación. A partir de 2015 se implementó el Plan Ibirapitá para entregar tablets a jubilados. Nicholas Negroponte, impulsor del programa, subrayó que la evolución del Plan Ceibal no fue superada por ningún otro país en el mundo. “Evolucionó de tal manera que debo admitir que, al comienzo, nunca imaginé un plan tan completo y bien ejecutado”, aseguró. “En 20 años Uruguay sacará las personas más creativas del mundo”, afirmó Negroponte, quien no ahorró elogios al Plan Ceibal y predijo un venturoso futuro para nuestro país. Las causas del éxito están muy claras para el informático y educador estadounidense: indicó que “el éxito de este programa se debió a tres elementos que distinguen a Uruguay”. En primer lugar, al liderazgo del presidente Tabaré Vázquez durante su primer período de gobierno, quien defendió que este programa debía llegar a todos los niños del país. “Nadie más lo hizo. Eso es extraordinario”. En segundo lugar a la importancia de que el desarrollo de la infraestructura necesaria para la correcta implementación del plan hubiera sido efectuada por una empresa estatal, en este caso Antel, que fue un factor estratégico para la concreción de los objetivos del plan, que a su vez aseguró la universalidad en la distribución: “Ceibal pudo beneficiar desde este punto de vista, contrario al resto del mundo, y es realmente un abanderado”, afirmó. El tercer elemento es que Uruguay fue el primer país en creer y sostener el valor de la equidad. “La equidad es parte de la vida de ustedes. Es parte de todo, se encuentra firmemente enraizada y reconocida porque es como el aire, no se reconocería a menos que faltara”. “Debido a estas tres cosas: el liderazgo de Vázquez, la equidad asegurada por una empresa pública y la infraestructura de telecomunicaciones, este proyecto se convirtió en el éxito que es. Y nos ayudó en muchos aspectos, y por eso deseo que muchos otros países copien esta experiencia”, enfatizó. “Uruguay tiene la oportunidad de ser la sociedad más creativa del planeta en 25 años” declaró Negroponte a El Observador. Afirmó que nunca imaginó que “el pequeño país” que se interesó en la propuesta de entregar una computadora a cada niño en edad escolar se convertiría en la máxima expresión de su idea. “Uruguay es en el mundo la palabra en código para la educación de vanguardia”, afirmó. Remarcó la importancia de la decisión de Tabaré Vázquez: “Ningún otro presidente del mundo tuvo el coraje de decir públicamente que todos los niños iban a recibir una computadora”. “Brasil, China, grandes países se habían mostrado interesados en OLPC, pero querían pilotearlo, no hacerlo universal”, narró Negroponte. Recordó que les preguntaba: “¿Acaso hacen eso con la electricidad, el agua? Y me decían que no era lo mismo”. Fue entonces cuando “apareció un pequeño país y dijo ‘muy bien, nosotros se lo damos a todos'», y remató: “Ustedes lo hicieron de forma excelente. En mi lista están 9,99 sobre 10, y el segundo está en 5”, dijo. “En mi lista, Uruguay es un 9,99 sobre 10, y el segundo tiene 5”. Nicholas Negroponte. Negroponte no sólo habló de educación y tecnologías de la información, sino que avanzó sobre otros terrenos que la prensa no se ocupó en difundir. Afirmó que está convencido de que la conectividad es un derecho humano, y que “para conseguirlo es necesario moverse por senderos diferentes a los de la actividad comercial”. Sorprendentemente, o no tanto, afirmó: “Mi trabajo y el de ustedes es hacer lo que las fuerzas normales del mercado no hacen. Vayan a sus casas y piensen en lo que los hace felices. Seguro que no les llega a través de las fuerzas normales del mercado”. Nadie esperó nunca estas palabras. Relató que por ese motivo su fundación fue concebida como una iniciativa sin fines de lucro, donde trabajan “personas que podrían ganar mucho más dinero en grandes empresas”, pero que entienden el valor humano del proyecto. “Mis amigos me dijeron que creara una empresa, que me hiciera muy rico y que luego donara el dinero, pero no es esa la manera”. Por eso recurrió a los grandes foros y confía en la ONU para poner en marcha una organización de conectividad mundial. Dado que “la ONU es todo lo que tenemos”, confía en que contará con un un organismo que funcione “como la FAO [Organización de las Naciones Unidas para la Alimentación] respecto a la alimentación”, lo cual está lejos de suceder. “Esa es mi intención para los próximos años”, reflexionó. Negroponte considera que el acceso a internet deberá ser en poco tiempo un derecho humano universal y gratuito, y en ese sentido su proyecto inmediato es poner en marcha un sistema de satélites para conectar a 1.500 millones de personas que actualmente están fuera de internet y, por tanto, del mundo globalizado. Remarcó una de las virtudes claves de Uruguay: “Cuando llegué a Uruguay me di cuenta de que iba a tener una gran ventaja: la telefónica era estatal. Eso es algo muy importante, y espero que toda la gente aprenda de ustedes”, enfatizó. Efectivamente, si las comunicaciones se hubieran privatizado, como se buscó en 1992 con la mal llamada “Ley de Empresas Públicas”, hoy no tendríamos Plan Ceibal, porque no habría interés privado en que quienes no pueden pagar tengan conectividad. Sólo el Estado, “el escudo de los débiles” puede acometer estas tareas de bien común y desarrollo nacional integrado. Continuaremos sobre este tema, ignorado o parcializado por los grandes medios de comunicación de nuestro país.
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Negroponte sobre diez años del Ceibal
El comunicado de la Presidencia de la República: Uruguay es el único país en el mundo que logró que cada niño de la educación pública tuviera su computadora El impulsor del programa “Una computadora por niño”, Nicholas Negroponte, subrayó que el Plan Ceibal es único a nivel mundial y posicionó a Uruguay como el primer y único país que universalizó el acceso de los niños a las computadoras. Afirmó que ese éxito se debió al interés del presidente Tabaré Vázquez y a que la empresa de telecomunicaciones responsable del desarrollo necesario de la infraestructura hubiera sido estatal. Nicholas Negroponte, impulsor del programa One Laptop Per Child (“Una computadora por niño”, OLPC por sus siglas en inglés), subrayó que la evolución del Plan Ceibal no fue superada por ningún otro país en el mundo. “Evolucionó de tal manera que debo admitir que, al comienzo, nunca imaginé un plan tan completo y bien ejecutado”, aseguró. Asimismo indicó que el éxito de este programa se debió a tres elementos que distinguen a Uruguay. En primer lugar, al presidente Tabaré Vázquez durante su primer período de gobierno, quien defendió que este programa debía llegar a todos los niños del país. “Nadie más lo hizo. Eso es extraordinario”, aseguró. En segundo lugar, resaltó la importancia de que el desarrollo de la infraestructura necesaria para la correcta implementación del plan hubiera sido una empresa estatal, en este caso, Antel, que fue un aliado estratégico para la concreción de los objetivos del plan. “Ceibal pudo beneficiar desde este punto de vista, contrario al resto del mundo, y es realmente abanderado”, enfatizó. El tercer elemento que destacó fue que Uruguay fue el primer país en creer y sostener el valor de la equidad. “La equidad es parte de la vida de ustedes. Es parte de todo, se encuentra firmemente enraizada y reconocida porque es como el aire, no se reconocería a menos que faltara”, señaló. “Debido a estas tres cosas: Vázquez, la equidad y las telecomunicaciones, este proyecto se convirtió en lo que es. Y nos ayudó en muchos aspectos, y por eso deseo que muchos otros países copien esta experiencia”, puntualizó.