Poco tiempo antes de ser brutalmente asesinada la alcaldesa Marielle Franco (PSOL) había enviado al periódico “Jornal do Brasil” un artículo sobre la intervención en la seguridad de Rio de Janeiro. El texto, publicado en el día de hoy ella pone especial cuidado en atender los caminos para solucionar la crisis de la seguridad así como en otras áreas: “Definitivamente la seguridad pública no se soluciona con una mayor cantidad de armas, sino con la aplicación de diferentes políticas públicas en todos los ámbitos, como la salud, educación, cultura, la creación de empleos y renta. Es imprescindible involucrarnos en un proceso que debe ser monitoreado con cuidado, poniendo atención en la lucha para que los derechos individuales y colectivos estén asegurados y para que las instituciones democráticas continúen siendo preservadas conservando su necesaria autonomía. De forma contraria sucedería algo bien peligroso en una sociedad que cuenta con tradición patrimonialista no muy afecta al trato democrático y que tiene una relación histórica violenta con la población más vulnerable” En otra parte del articulo la concejal dice que la intervención no es la solución: “Reforma laboral, PEC de los Gastos, reforma de la Providencia. El impacto de esas profundas transformaciones inspiradas en un proyecto político retrógrado, alineado con intereses que sirven al capital internacional y a sectores del empresariado arrastra a un contingente de ciudadanos y ciudadanas para una situación de pobreza inevitable. Es en este contexto que intentamos ampliar la mirada sobre la intervención federal en la Seguridad Publica de Rio De Janeiro y evaluar su intención real ya que el estado se encuentra en el décimo lugar en los índices de violencia atrás de Sergipe, Goiás e Maranhão. Siendo así la Intervención busca un justificativo que no tiene base alguna en la realidad. Nuestra pregunta es: ¿por qué Rio de janeiro? Citando la declaración del interventor federal general Braga Netto de que “Rio de Janeiro es un laboratorio para Brasil” la concejal afirmó en el texto que “los cobayos son negros y negras, habitantes de favelas y zonas periféricas y trabajadores. La vida de esas personas no puede servir de experimento de modelos de seguridad” Marielle también recuerda en el artículo las recientes víctimas de violencia en Rio, como el caso de Alba Valéria Machado, que muriera intentando proteger a su hijo en Nova Iguaçu, en la llamada Baixada Fluminense. La activista fue asesinada a tiros en la noche del miércoles catorce de marzo después de retirarse del evento “Jóvenes Negras Moviendo las Estructuras “en la Rua dos Inválidos en Lapa. El crimen sucedió alrededor de las 21 y 30 horas en la calle Juan Pablo I, en Estácio, cerca de la alcaldía de Rio. También murió el conductor del vehículo que la trasladaba, Anderson Pedro Gomes. La asesora de la alcaldesa Marielle, que también iba con ellos fue alcanzada por astillas.
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