La publicación fue realizada por la Federación de Sociedades Americanas para la Experimentación Biológica (FASEB en su sigla en inglés), y demostró que luego de ocho semanas en que un grupo de ratas preñadas fue expuesta al aire contaminado de la ciudad de Beijing, los niveles de colesterol y triglicéridos aumentaron considerablemente. Los cambios más significativos se observaron a los 19 días, debido a que los pulmones y el hígado de los mamíferos estaban notoriamente inflamados. Mientras tanto, los valores sanguíneos indicaban que tenían 50 por ciento más colesterol (LDL), 46 por ciento más de trigicéridos – un tipo de grasa- y 97 por ciento más de colesterol total. Los resultados arrojados demuestran disfunciones metabólicas, uno de los precursores de la obesidad. El estudio concuerda con otros realizados y financiados por el gobierno chino, que también demostraron que la polución del aire induce la inflamación de los órganos y del sistema circulatorio del cuerpo. Según expresó Junfeng Zhang – profesor de Salud Ambiental y Global de la Universidad de Duke, de Estados Unidos – «si se traslada y se verifica en humanos, estos resultados aumentan la urgente necesidad de reducir la contaminación del aire».
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