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El jerarca consideró que la legislación vigente requería de una adecuación para la atención efectiva del problema. Reconoció que algunas medidas no tuvieron el efecto buscado. Así fue porque no se lograron los acuerdos ni la articulación con las intendencias. “Pero, en esta ocasión, se ha puesto el valor de la vida por delante, logrando consensos bien importantes. También un compromiso explícito para tener un correlato en las prácticas de las instituciones y en incidir en el cambio de la cultura de cómo nos manejamos en el tránsito”, aseguró.
En ese sentido, Roballo explicó que el proyecto implica, entre otros aspectos, la implementación del permiso de conducir por puntos. Su efectividad fue comprobada en otros países. El sistema prevé la generación de instancias de reeducación obligatorias para que los conductores recuperen los puntos perdidos de su libreta de conducir en situaciones de infracción.
Roballo recordó que en 2017 Uruguay bajó los índices de siniestralidad vial y la mortalidad. “Pero, lamentablemente, estamos muy preocupados. Tenemos elementos para concluir que en 2018 ha aumentado”, adelantó.
El prosecretario habló de la necesidad de generar un cambio cultural que ubique a la persona en el centro de la política. Ello, con una visión comunitaria para su cuidado, a través de una política de Estado de largo plazo como esta.
Fuente: Presidencia
