Bajo el título de Algunos apuntes sobre el conflicto del agro, el presidente del Pit-Cnt Fernando Pereira, reflexionó sobre las consecuencias y causas de la movilización de los productores autoconvocados, donde alertó del peligro de la polarización del diferendo. La columna, publicada en la cuenta de Facebook de Pereira, señala entre otras cosas que si el conflicto continúa «no va a existir una solución en el corto plazo». Señala Pereira ha “frases de los productores auto convocados, planteando que el Pit-Cnt es el ISIS del Uruguay, que el Uruguay no tiene que tener políticas hacia los pobres, y que si tiene que correr sangre que corra. Pienso que estas posiciones no son representativas del sentir de la sociedad uruguaya y que no contribuyen en nada a los debates de fondo sobre las necesidades de los productores rurales, sus propuestas e inquietudes». Para Pereira «resulta clave entonces que los productores auto convocados vehiculicen sus demandas a través de las organizaciones empresariales existentes y la construcción de una plataforma con intención negociadora. Algunas de las propuestas no son de negociación y generan falsas contradicciones, por ejemplo que el Estado baje sus gastos en un 20%, porque eso sería renunciar a política en los sectores más débiles, es decir a los pobres». Texto completo del artículo: Solo algunos apuntes a modo de reflexión, sin querer ser el dueño de la verdad, y mucho menos el poseedor de recetas mágicas para un sector complejo. En primer lugar, el agro no es homogéneo, de hecho todos los sectores tienen dificultades de distinto tipo, lo que requiere de un análisis sector por sector para encontrar soluciones adecuadas. Es un sector en el qué hay aproximadamente 80 mil trabajadores, 40 mil pequeños y medianos productores, y 20 mil patrones, construye una parte importante del PIB nacional y de las exportaciones En segundo lugar no creo que el mecanismo sea el de polarizar posiciones que tienden a generar brechas innecesarias. He leído en estos días frases de los productores auto convocados, planteando que el PIT CNT es el ISIS del Uruguay, que el Uruguay no tiene que tener políticas hacia los pobres, y que si tiene que correr sangre que corra. Pienso que estas posiciones no son representativas del sentir de la sociedad uruguaya y que no contribuyen en nada a los debates de fondo sobre las necesidades de los productores rurales, sus propuestas e inquietudes. Las respuestas también son duras, terratenientes, oligarcas que andan en camionetas 4 por 4, golpeadores , etc. Si esta polarización continúa no va a existir una solución en el corto plazo, y cuando se resuelva va a ser con muchas heridas. Se trata entonces de entender que hay miles y miles de pequeños y medianos productores, que no son terratenientes ni nada que se les parezca, en algunos casos sus ingresos no superan los 30 mil pesos, esto hay que entenderlo y abordarlo. Pero también hay que entender que hay sectores en dificultades y que las respuestas no pasan por recortar políticas sociales que benefician a sectores históricamente postergados de nuestra población. En ese plano, parece atinado la convocatoria al diálogo, en el que entendemos deben estar las organizaciones empresariales del sector rural, el gobierno y los representantes de los trabajadores rurales, a los efectos de que las posibles soluciones contemplen toda la problemática, incluyendo a los trabajadores rurales, que son el eslabón más fino en términos de ingreso de la cadena. En ese sentido no parece adecuado colocar frases irritantes como los oligarcas arriba de las camionetas 4 por 4, que son herramientas de trabajo como una cosechadora, un dron o cualquier herramienta tecnológica fundamentales para la producción agropecuaria actual, ni levantar la bandera del desabastecimiento y la afectación del turismo, lo que sería muy negativo para el país y para la gente. Resulta clave entonces que los productores auto convocados vehiculicen sus demandas a través de las organizaciones empresariales existentes y la construcción de una plataforma con intención negociadora. Algunas de las propuestas no son de negociación y generan falsas contradicciones, por ejemplo que el Estado baje sus gastos en un 20%, porque eso sería renunciar a política en los sectores más débiles, es decir a los pobres. No me olvido ni por un instante, la contradicción de intereses existentes en el medio rural, ni tampoco la necesidad de negociar soluciones sobre todo a los que menos espalda tienen para absorber las dificultades. Parece ser el mejor camino el del diálogo y la negociación entre las partes.
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