En el Centro Hospitalario Pereira Rossell se asistieron mayores casos de quemaduras por pirotecnia en Año Nuevo que en Navidad. La doctora Beatriz Manaro, de Centro de Quemados de niños, afirmó a Caras y Caretas Portal, que si bien existe una disminución de los ingresos por quemaduras durante las fiestas tradicionales en comparación con otros años, igualmente el número de consultas continúa siendo alto. Este año, por ese motivo, también se dio ingreso a una menor con traumatismo encéfalo craneano, porque al explotar la bomba que estaba manipulando, se cayó hacia atrás, recibiendo un fuerte golpe en la cabeza. Manaro explicó que la mayoría de las quemadura son a nivel de cara y manos: «Muchas veces los adolescentes y preadolescentes fabrican pirotecnia con el resto de pólvora que encuentran dentro de los artefactos que ya explotaron, lo que aumenta el peligro», sostuvo. En lo relativo a las quemaduras de sol, la médica dijo que había que tomar previsiones para evitarlas. Las medidas tienen que ver con no exponerse entre las 11 y las 16 horas, así como usar protector solar, sombrero y blusa. También recordó que se debe tener especial atención con los niños pequeños. Las quemaduras pueden ser de primero, segundo y tercer grado. Se considera de primer grado, cuando la piel queda rosada y ardor es fuerte; la de segundo grado llega a una capa más profunda de la piel y suele generarse una bolsa de agua (ampolla); y la de tercer grado es profunda, deja la piel blanca y es indolora, pero, a diferencia del resto, el tratamiento es quirúrgico. Debido a que en verano aumenta la cantidad de carne y verduras asadas, se debe tener precaución, ya que aumentan las consultas por quemaduras en el pie, producto de pisar pequeñas brasas que caen de la parrilla.
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