Al tiempo que la situación en Brasil se va deteriorando en forma rápida y el expresidente Luiz Inácio Lula da Silva sigue subiendo en las encuestas de intención de votos, diversas organizaciones sociales y políticas comenzaron a hacerse eco de un rumor que crece incontenible: el ex mandatario sería encarcelado el próximo 8 de marzo.
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En las últimas horas se supo que el conglomerado empresarial Odebrecht presentó a la justicia brasileña documentos falsos con el propósito de incriminar al expresidente Luiz Inácio Lula da Silva. La intención es clara, involucrar a Lula y proceder a encarcelarlo.
Según dirigentes de organizaciones políticas y sociales cercanas al exmandatario, de concretarse la orden de arresto, Lula y sus allegados manejan tres opciones: la salida del país, aceptar la prisión o organizar una especie de muro de contención para protegerlo en la sede del sindicato de metalúrgicos de San Pablo, la organización creada por él a fines de los 70 para luchar por los derechos de los trabajadores.
Para los allegados a Lula es clara la intención del gobierno de dar un golpe de efecto para sacarlo de la campaña que lo lleva recorrer todo el país encarcelándolo. No obstante, estiman que el tal golpe, de producirse, provocaría una mayor adhesión al exmandatario, primero en las encuestas.
Mientras tanto la situación política y social en el país continúa deteriorándose. A la reciente intervención militar de Río de Janeiro se suman las manifestaciones en contra de la reforma previsional impuesta por el gobierno golpista de Michel Temer.