Luego de Estados Unidos bombardeara con misiles a una base área en Siria, el presidente ruso, Vladímir Putin, convocó a su Consejo de Seguridad para analizar el ataque, al que calificó como una «agresión contra un aliado de Rusia». El mandatario ruso sostuvo que el bombardeo va «contra las normas internacionales con una excusa ficticia» y trata «de distraer la atención de la comunidad internacional respecto a las múltiples víctimas entre la población civil» en Irak, según lo ha citado su portavoz Dmitri Peskov. El vocero presidencial señaló que afirmó que el ataque produjo daños significativos en las relaciones entre Rusia y Estados Unidos, «que ya se encuentran en malas condiciones», y crea «un serio obstáculo» para el establecimiento de una coalición internacional contra el terrorismo. Por otro lado, la portavoz del Ministerio de Relaciones Exteriores ruso, María Zajárova, aseguró que el bombardeo fue planeado por la Casa Blanca antes de que se conociera el ataque con armas químicas en la provincia de Idlib. El propio canciller ruso Serguéi Lavrov dijo este viernes que el ataque contra la base aérea siria es «un acto de agresión con un pretexto inventado». De acuerdo con Lavrov, este hecho recuerda cuando en 2003 Estados Unidos y el Reino Unido, junto con algunos aliados, invadieron Irak sin la aprobación del Consejo de Seguridad de la ONU.
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