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Homenaje a Germán Araújo

«¿Qué tal amigos?»

Por Eduardo Alonso.

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Para muchos, muchísimos uruguayos y uruguayas de todos los partidos políticos, de las más variadas creencias, de todas etnias y de todas las clases y capas sociales, estas tres simples palabras, están asociadas a lo mejor de nuestros principios y valores democráticos, republicanos y humanistas. A nadie hay que nombrar para saber de quien se está hablando, el nombre surge inmediatamente asociado al saludo y al medio de comunicación, al nombre de la radio y a su ubicación en el dial. Por eso es que nadie, ningún comunicador en casi treinta años, lo ha utilizado para abrir ningún espacio radial. Es que este saludo tiene “marca en el orillo”, esta patentado en el corazón y en el alma de los uruguayos y uruguayas, esta asociado con voz clara, diáfana, valiente y siempre reflexiva a la recuperación democrática, a la lucha por la verdad la justicia y la felicidad de nuestro pueblo. Este “¿Qué tal amigos?” es desde hace décadas, para muchos, casi que un grito de guerra al servicio de la paz, es una síntesis capaz de llegar a nuestras fibras mas intimas, de emocionarnos al mismo tiempo que invitarnos a la reflexión mas serena y a la acción mas enérgica, a la lucha mas empecinada y a la lealtad mas inclaudicable con nuestras propias convicciones, a no traicionarnos a nosotros mismos, porque de hecho eso seria faltar a los compromisos asumidos con las mejores causas de nuestro pueblo. En estos días donde asistimos a un intento de generar una visión “discepoliana” de la política, este ”¿Qué tal amigos?”, simboliza una consigna ética, reivindicadora de la política y de la acción, de la militancia y de las y los militantes políticos, de aquellos muchísimos que todos los días con su hacer concreto gritan a los cuatro vientos, que no todo esta perdido, que sigue habiendo muchos, muchísimos, que están dispuestos a seguir entregando su corazón.. Un saludo que esta absolutamente identificado con un micrófono, con un punto en el dial, con un lugar físico en Montevideo, una radio a la que pase lo que pase y vaya a donde vaya a parar, nadie nunca le podrá borrar la gloriosa historia de respaldo y compromiso militante al servicio de los mas débiles, de la democracia y de las mejores causas populares. Por todo esto, los trabajadores, un grupo de usuarios y la actual dirección de CX 30 Radio Nacional, solicitaron a la Comisión Especial Ley 18.596, dependiente del MEC, la colocación de una placa en homenaje a “La radio”, que junto a Germán Araújo fueron símbolo de la resistencia contra la dictadura cívico militar. Un pedazo de metal que recordara la lucha y terminara de derrotar el atropello de la tiranía fascista que significo el haber acallado la voz de la radio en 1983 durante la trasmisión de la convención del Partido Colorado y la infamia de una Asamblea General con mayoría blanqui-colorada, que ya en democracia, en 1986, luego de haber votado la impunidad para los crímenes cometidos por la dictadura cívico militar, expulso al “hombre del saludo”, a Germán Araújo del Parlamento Nacional, en uno de los actos mas injustos y mas ruines que recoge la crónica de la historia política uruguaya. Mas allá que una y otra vez el pueblo, primero con Germán a la cabeza en aquellas jornadas épicas de la huelga de hambre, logró reinstalar la voz de la radio y luego en 1989, cuando como primer candidato de la lista 1001 y con prácticamente la mitad de los votos del Frente Amplio, el mismo pueblo lo devolvió al Senado de la República. Hoy, a mas de treinta años y a unos días de sus cumpleaños, el numero 79 en el caso de Germán y el 92 de CX 30 Radio Nacional, el Estado uruguayo los ubicara definitivamente en el sitial que el pueblo y propia la verdad histórica les tienen asignados. Por eso este miércoles 6 de setiembre a las 11 horas en el entrepiso del Salvo, a la misma hora que se emitía “Diario 30”, en la propia entrada de la radio, cuando se coloque la placa y retumbe en el emocionado silencio el “que tal amigos?”, los “orientales honestos” tenemos una cita de honor con la historia reciente, porque La 30 y Germán no son otra cosa que eso, que una parte fundamental de nuestra existencia ciudadana. Nos vemos. Salute.

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