El 24 de enero la Justicia decidirá si ratificará o no la condena al exmandatario brasileño Lula da Silva. De lo que allí se resuelva depende el futuro no sólo del Lula, sino también del PT y de todos los brasileños, lo apoyen o no. El tema es que, según las encuestas, el expresidente es quien encabeza la lista para suceder al presidente en ejercicio Michel Temer, pero la Justicia podría impedir que el líder petista sea candidato. Para expresar el apoyo al candidato, 70 representantes sindicales de la región viajarán a Porto Alegre. Caras y Caretas Portal se comunicó con Marino Vani, secretario regional de la IndustriALL Global Union, federación que nuclea a sindicatos de la industria de América Latina y el Caribe. Vani entiende que «defender la democracia en Brasil es estar al lado de Dilma y de Lula». Explicó que participarán en una concentración y debate público el 24 en Porto Alegre», hacia donde viajarán en caravana. «Vemos que hay una ruptura porque hay un presidente que no fue electo y gobierna con uan agenda que no fue aprobada ni definida para ser instrumentada y entendemos que hay un intento de condenar a Lula políticamente, pero no jurídicamente porque no hay un crimen ni pruebas para la condena. Lo que pretenden es impedir que sea candidato para que no vuelva el programa que la gente votó», expresó Vani. El pedido del juez Sérgio Moro para Lula es de 6 años y medio de prisión, pena que de concretarse se cumplirá en el domicilio por la edad del imputado, pero candidato no podrá ser. Así lo explicábamos el 6 de enero en Caras y Caretas: «El 12 de julio, el juez Sérgio Moro condenó al expresidente Lula a nueve años y medio de prisión, prohibiéndole ocupar cargos públicos. Moro está empeñado en que Lula recibió por parte de OAS, un tríplex (apartamento de tres pisos que se comunican internamente) en el edificio Solaris, en el balneario paulista Guarujá. El tríplex en cuestión, según Moro, habría sido una coima que el expresidente recibió a cambio de contratos con la petrolera estatal Petrobras. Sin embargo, la defensa de Lula, liderada por el abogado Cristiano Zanin Martins, habría demostrado que la acusación es falsa y que Lula no es dueño de nada. Tanto es así que el propio Moro, luego de dar varias vueltas sobre el caso, dice actuar por convicción porque carece de pruebas. Entonces, si es así, una piensa que Lula no tendrá problemas para salir airoso de la Octava sala del Tribunal Regional de la 4ª Región (TRF4), con sede en Porto Alegre, pero los antecedentes del trío de jueces que decidirá sobre el caso, dan por tierra con cualquier pronóstico».
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