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Auto de procesamiento

Sacerdote procesado: Tras abusar del joven, lo confesaba

La Justicia dispuso el procesamiento con prisión de un sacerdote de la Iglesia Católica por abusar sexualmente de un joven menor de edad; se le imputó un delito de “atentado violento al pudor”.

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“En autos se ha acreditado con el nivel de fehaciencia requerido en esta etapa, que el indagado, autoridad de la parroquia a la que asistía el joven denunciante con su familia y referente religioso para ellos, se sirvió de manipulaciones psicológicas de todo tipo, concretando un abuso de autoridad y de confianza, empleando de esa forma violencia moral contra el mismo”. Con este argumento, la jueza Penal de 13º Turno, Ana Claudia Ruibal, dispuso el procesamiento de un sacerdote de la Iglesia Católica, por los abusos sexuales perpetrados contra un joven feligrés que acudía a su parroquia. La magistrada accedió al pedido del fiscal Gilberto Rodríguez y dispuso el enjuiciamiento del sacerdote con prisión. La denuncia por los abusos a través de la Ong El Paso y la Dirección de Género de la Fiscalía General de la Nación. En este marco, el fallo de la jueza Ruibal -publicado en el portal web del Poder Judicial- brinda detalles de los hechos. La magistrada estableció que el joven concurría como fiel religioso junto a su familia a una Parroquia donde sus padres eran catequistas y asistían para las actividades religiosas como católicos practicantes. En el año 2007 arribó a esa parroquia un sacerdote, que en 2008 asumió funciones de pároco y la dirección de un colegio privado. “En dichas circunstancias fue el que el indagado conoció al joven, por aquel entonces de 14 años de edad, y a toda su familia”. En este contexto, el joven concurría junto a su hermano y otros adolescentes a prestar ayudar al sacerdote, “ quien como encargado de la parroquia los convocaba a fin de limpiar la Iglesia, ayudar en las tareas propias de la sacristía, en las fiestas típicas de la fe católica, etc”. “En varias oportunidades, sin embargo, el indagado convocaba únicamente al joven o le pedía que se quedara a solas con él, para que lo ayudara a organizar documentos, pero lo llevaba a su dormitorio y lo compelía, mediante abuso de su condición de sacerdote y mediante manipulaciones por la ascendencia que el joven sentía por la iglesia católica y por la autoridad de que éste se hallaba investido” a realizarle diversas prácticas sexuales. “Una vez concretados los aberrantes actos, el indagado le exigía a la víctima que se bañara del cuello hacia abajo sin el cabello, para que no se notara que se había bañado en la parroquia, y luego lo confesaba, no permitiéndole además que se confesara con ningún otro cura”, expresa la resolución de la jueza. Los abusos se produjeron desde que el joven tenía 14 años hasta que cumplió 18 años. “Dichos abusos se producían en forma semanal, inclusive hasta dos veces por semana, habitualmente en la habitación del indagado y a muy tempranas horas de la mañana”. En una oportunidad, el abuso sexual se produjo durante un retiro de jóvenes, que se realizó en Porto Alegre (Brasil), al que concurrieron el joven y su hermano. Cuando el joven cumplió la mayoría de edad “decidió dejar de concurrir a la iglesia de mención, comunicando tal decisión a sus padres, cortando desde entonces todo lazo con la Iglesia Católica y con la parroquia referenciada”. Con el paso de los años, el joven le relató lo ocurrido a su familia, primero a su hermano y después a sus padres. Y concurrió a la Ong El Paso, donde le brindaron ayuda, iniciando así un proceso de toma de conciencia y de rehabilitación, dice el fallo. En este marco, tras recibir la denuncia, la congregación a la que pertenece el sacerdote decidió suspenderlo en las funciones de atender confesiones a menores y tener contacto con menores de edad, y posteriormente se le prohibió celebrar públicamente sacramentos. Al comparecer ante la Justicia, el sacerdote negó enfáticamente haber mantenido contacto sexual con el joven cuando este era menor de edad, pero admitió la ocurrencia de un único contacto sexual cuando el joven tenía 18 años y con su consentimiento. “Sin embargo, entiende esta decisora que en autos se han reunido suficientes elementos de convicción para entender que los hechos sucedieron de la forma relatada por el denunciante, en la época en que el mismo era menor de edad y sirviéndose el indagado de su autoridad como sacerdote de la parroquia a la que concurría la víctima, quien profesaba la fe católica de una forma muy férrea, depositando total confianza en la persona del indagado, responsable de su educación religiosa”, expresa la resolución.

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