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Sanatorio Canzani: buscando una nueva etapa

Un año después del cierre de la maternidad del sanatorio Canzani, los trabajadores siguen apostando a la reconversión de un lugar que concentra a profesionales, técnicos y auxiliares especializados en la atención de embarazos de alto riesgo y de recién nacidos con defectos congénitos.

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Durante muchísimos años, el sanatorio Canzani fue la segunda maternidad del país. Allí se atendía a los familiares directos del tributario a Disse de todo el país, porque si la embarazada era de alto riesgo, pasaba por el Canzani, y si el pequeño nacía con una malformación congénita o tenía una enfermedad rara, su atención sería el sanatorio de Martín García y Marmarajá. A los padres de los chiquitos que venían del interior del país y necesitaban internación, el Banco de Previsión Social (BPS) les aseguraba un techo mientras durara el tratamiento y en el sanatorio tenían las cuatro comidas. Así, de esa forma, el Canzani era un “centro de referencia” cuando en esos términos ni siquiera se hablaba. Esa realidad traía implícito que sus trabajadores, ya fueran profesionales o auxiliares, eran altamente especializados, por el estudio, por la práctica o por ambas cosas.   Cierre de la maternidad y negociaciones Al ponerse en práctica la Ley 18.211, que genera, mediante el Sistema Nacional Integrado de Salud (SNIS), derechos amplios de atención en el mutualismo, comienza a disminuir de manera exponencial la atención en el Canzani, al punto que en 2015 se atendió un promedio de 18 partos mensuales y el cierre de la maternidad se hizo evidente, concretándose el 1º de junio de 2016. En diálogo con Caras y Caretas, la licenciada en enfermería Natalia Argenzio, trabajadora y delegada, recuerda: “Llevamos una lucha de 110 días una vez que el equipo gerencial del directorio en el año 2015 presentó la propuesta del cierre del Canzani. Los trabajadores comenzamos a recorrer todo lo necesario para difundir la importancia de la salud en el BPS y evitar que se cerrara”. En febrero de 2016 se abrió una instancia cuatripartita en el Ministerio de Salud Pública (MSP). Estaba integrada por representantes de ese ministerio, ASSE, BPS y la ATSS (Asociación de Trabajadores de la Seguridad Social): “Se discutió si cerrar o potenciar y se laudó un acuerdo que redireccionaba los servicios del área de salud a potenciar y el sector de internación que atiende a los pacientes con defectos congénitos incorporados a la ordenanza del MSP, la 280 de 2014”, explicó Argenzio. Un comunicado del MSP fechado el 28 de febrero de 2015, con motivo del Día Mundial de las Enfermedades Raras, dice textualmente: “Está apoyando [el MSP] la organización de los sistemas de atención con el reconocimiento del BPS como Centro de Referencia en Defectos Congénitos y Enfermedades Raras a Crenadecer (ordenanza 280/2014) y la incorporación de la Unidad Embrio-Fetal de BPS al mismo (ordenanza 629/2014)”. O sea que se reconoce al ahora ex-Canzani como centro de referencia nacional de defectos congénitos que funciona en el BPS para atender el diagnóstico precoz, tratamiento y rehabilitación para este tipo de pacientes conformado en un grupo de seis patologías, a saber: mielomeningocele, fisura de labio alveolo palatina, errores innatos del metabolismo, enfermedades raras, epidermólisis bullosa y fibrosis quística. Según pudo saber Caras y Caretas, esas patologías no tienen la cobertura integral a nivel del SNIS porque suelen requerir cirugías de alto costo o medicamentos especiales, por tanto, su tratamiento se realiza a través del Fondo Nacional de Recursos (FNR): “Todo paciente con esa patología genera derechos automáticos para ser atendido en este centro de referencia sin dejar de ser socio de la mutualista”, explica Argenzio, y agrega: “Nosotros sí logramos la cobertura en profundidad de la prestación que requieren, ampliado con el laboratorio de pesquisa neonatal”. En Uruguay, a las 40 horas de vida, se les pincha el talón a todos los recién nacidos. Esa gota de sangre que se extrae permite la detección precoz de más de veinte patologías: “Una vez que el paciente presenta una de esas patologías debe ser derivado, si es para internación, al sanatorio Canzani, y si es para atención en policlínica, a los equipos de referencia que funcionan en el Departamento Médico Quirúrgico (Demequi)”. El problema, según Argenzio, es que no se cumple la derivación marcada por la propia ordenanza ministerial, muchas veces por la propia ignorancia de los médicos al respecto, por lo que “esos pacientes se atienden en la mutualista, postergándose el diagnóstico oportuno. Cuando se habla de algo que es una enfermedad rara, se requiere de equipos especializados para llegar a la oportunidad diagnóstica, saber qué gérmenes está produciendo la infección rápidamente y no cultivar veinte. Ya se sabe que ese paciente, por esa patología, tiene dos gérmenes probables. Esa especificidad se la da la atención a través de centros de referencia”, indica. Por otra parte, si bien el cierre de la maternidad fue uno de los puntos del acuerdo que está documentado, en siguiente párrafo se marcó como “un rol imprescindible” que el BPS siga manteniendo la atención en defectos congénitos y enfermedades raras: “Entonces se tiene que potenciar la unidad de medicina embriofetal para la detección precoz y la policlínica de alto riesgo social materno infantil. En el Canzani está todo para que funcione. De esa manera también se absorbe a todos los profesionales que se dedican a la atención prenatal y del embarazo y se puede desarrollar algo que hoy el país no tiene”, sostiene Argenzio.   Ginecología y vulnerabilidad social Por un lado, el MSP presenta al embarazo adolescente no deseado como problema prioritario de salud para 2015-2020, al considerarse que forma parte de la vulnerabilidad materno infantil en Uruguay. Por otro, los trabajadores del Canzani propusieron la policlínica de alto riesgo social y eso se laudó. El problema es que para que se cumpla tiene que haber un convenio entre el BPS y ASSE, con un proyecto de gestión. Para los trabajadores, el Mides también cumple un rol fundamental, porque por medio de los programas Uruguay Crece Contigo y Cercanías se puede trabajar en la captación de la embarazada con el mayor grado de vulnerabilidad social, derivándola a la policlínica del Canzani, que tiene una capacidad para cubrir la atención de 1.600 embarazadas. Luego del cierre de la maternidad, ginecólogos y parteras quedaron cubriendo guardias vacías porque no se les asignaron funciones y, por supuesto, se les modificó el horario y perdieron la nocturnidad. La doctora Graciela Melgarejo dijo a Caras y Caretas que “es imposible cumplir el cambio de horario asignado: 30 horas semanales de lunes a viernes. Arriba es por decreto. No se tiene en cuenta que no se pueden compatibilizar los horarios con otros trabajos; hay otros compromisos laborales contraídos”. Melgarejo fue aun más allá: “Nosotros [la Sociedad de Ginecología y el Sindicato Anestésico-Quirúrgico] venimos denunciando desde hace años el desmantelamiento del Canzani. Hemos hecho propuestas; se nos dice que se nos escucha y luego no se actúa en consecuencia. Ante estos atropellos, seguimos denunciando lo mismo”. Melgarejo dejó claro que el servicio que está en condiciones de brindar el Canzani es de vital importancia. Según los trabajadores, no se estaría teniendo en cuenta el proyecto de hacer la pesquisa para la detección de alteraciones cromosómicas durante el primer trimestre de embarazo. Es un estudio que no genera riesgos y que combina un análisis de sangre sencillo (cuatro centímetros cúbicos de sangre), una entrevista y una ecografía. No implica que las pacientes vengan a Montevideo, sino que se deriven todas las muestras de sangre con los datos, y la Unidad de Medicina Embriofetal y Perinatal analizaría los resultados y captaría en Montevideo sólo a las embarazadas que hayan tenido riesgo alto de alteraciones cromosómicas. A ellas se les ofrecen, a través del BPS, los métodos de diagnóstico sin costo bajo la cobertura de la seguridad social. Son diagnósticos que no están en el SNIS. Eso quiere decir que una embarazada para llegar a un diagnóstico cromosómico tiene que pagar altos tiques porque no están amparados por tasas moderadoras; por eso es que la cobertura de esta prestación corresponde al BPS. La estructura está. Los trabajadores también. Sólo hay que mostrarles el camino a los usuarios.

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