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Con amigos como estos, Sanguinetti no precisa enemigos

Por Enrique Ortega Salinas.

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Caras y Caretas Diario

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Mientras la oposición continúa buscando desesperadamente una brecha para meter sus misiles y derrumbar al gobierno frenteamplista, el mismo sigue cosechando éxitos y reconocimientos, tanto a nivel nacional como internacional. La carencia de ideas lleva a los contras a proponer cosas como intervenir barrios críticos, genial idea de un tal Sartori que desconoce por completo que el gobierno ya lo viene haciendo desde 2017.

Mujica acaba de ser incluido en una enciclopedia que lo considera entre los 100 personajes que cambiaron el mundo, algo que debería ser un orgullo para todos los orientales, cualquiera fuera su partido político, tal como hoy muchos frenteamplistas recordamos con orgullo la obra de José Batlle y Ordoñez, cuyo legado hubiera sido mucho  más popular si no fuera por el famoso “alto de Viera”.

La Federación Rural, fundada en 1915 para poner un muro a las propuestas batllistas y salvaguardar los intereses económicos de las familias más poderosas y explotadoras de la República, se unió para tal fin con la Asociación Rural (creada mucho antes, en 1871), la Cámara Mercantil de Frutos del País, la Unión Industrial y la Liga de defensa Comercial. El presidente Feliciano Viera accedió a sus presiones e impuso “un alto en las reformas socialdemócratas” plasmadas en los famosos apuntes de Batlle.

De las frases del estadista colorado queda para la historia una queja expresada en 1922 en Treinta y Tres: “Recientemente hemos querido establecer el salario mínimo para los peones de estancia y hemos tenido la resistencia de los nacionalistas, y la ley no ha podido pasar, porque los nacionalistas, agregados a los riveristas -que son también bastante conservadores con algunos vieristas- han cerrado el paso a la ley”.

Casi un siglo después, el Partido Nacional no ha cambiado mucho y continúa defendiendo los privilegios de los grandes terratenientes, razón por la cual Luis Lacalle Pou llegó a expresar: “Yo creo que las ocho horas no se adecuan al trabajo rural”.

El que sí cambió fue el Partido Colorado, vaciado de batllismo y negociando para que el Partido Nacional tome el poder. Paradójicamente, la mayoría de los batllistas no están hoy en su partido de origen, sino en el Frente Amplio, lo que quizás explique que recién con el triunfo frentista los orientales pudimos sacar a los trabajadores rurales (y paralelamente a las empleadas domésticas) de la explotación laboral a que eran sometidos por la oligarquía criolla. Asimismo, es justo recordar que Sanguinetti se sumó a último momento a nuestra lucha para impedir que los blancos vendieran nuestras empresas públicas más exitosas, lo que hizo más sencillo derrotar al plan neoliberal lacallista.

Sanguinetti en la encrucijada

Es difícil digerir que un neoliberal como Ernesto Talvi sea precandidato presidencial del Partido Colorado, pero así son las cosas. Tras estudiar en los colegios Saint Andrew’s y The British School de Montevideo, se graduó como economista en la Universidad de la República y es doctor en Economía y MBA en Finanzas de la Universidad de Chicago. En 1990 formó parte del equipo asesor de Ramón Díaz, presidente del Banco Central.

Aún no se sabe si Julio Maria Sanguinetti accederá a la presión de sus correligionarios para presentarse en la contienda; pero hay que reconocer que más allá de su edad (83 años) conserva su lucidez y (para los colorados) buena parte de su carisma. Circula un rumor de que en marzo se realizará una movida masiva para pedirle que acepte; sin embargo, al expresidente no le gusta correr carreras perdidas, por lo que no hay que descartar que decida apoyar a otro. No son muchas las opciones que tiene: ¿Ernesto Talvi? Ni en sueños. ¿José Amorín Batlle? Carece de apoyo popular debido a su peculiar antipatía. No es mi deseo bajar de nivel a esta nota e insultarlo; pero siempre parece enojado, le falta carisma y lo que natura non da, Salamanca non presta. Ya en las internas de 2009 había perdido contra Pedro Bordaberry, obteniendo el 17% de los votos colorados, perdiendo también en las internas de 2014, aunque subiendo al 25,92%. No es imposible que logre ganar el liderazgo colorado, pero resulta improbable que logre recuperar algunos de los votos perdidos e incluso transmitir entusiasmo a los que quedan.

En los últimos días ha surgido una alternativa interesante: Edgardo Martínez Zimarioff, que fuera ministro de la Corte Electoral por el Partido Colorado. Si bien no tiene una estructura que le permita competir en igualdad de condiciones con los desgastados Talvi y Amorín, es conocido en todo el país (y fuera de él) como coach y conferencista y su estrategia marca una diferencia en el arco opositor, ya que se basa en aportar ideas y evitar la manija rastrera. Consultado en el programa Desayunos Informales sobre la gestión del Frente Amplio, respondió: “Han hecho cosas muy buenas; pero pienso que se pueden hacer mejor”. Dicho esto, pasó a aportar sugerencias como flexibilizar la ley que permite a los jubilados trabajar y continuar aportando, si bien no ya para su propio fondo, para el fondo común, o sea, fortalecer al BPS. Ya hay una ley; pero él habla de mejorarla para que sea más sencillo implementarla, ya que los requisitos son desgastantes. Por otra parte, en lugar de criticar al sistema educativo, propone una revolución educativa.

No importa si estamos de acuerdo en todo con él, si tenemos matices o diferencias. Celebremos cuando un opositor aporta ideas constructivas y perdamos la costumbre de pensar que todo adversario político es malo per se.

Si Sanguinetti no se presenta, a quien le levante la mano (conocido o no, con poder o no, con dinero o no) lo ubicará de inmediato como favorito en la interna, algo similar a lo que ocurrió con Carolina Cosse, que al recibir el respaldo del MPP ya le pisa los talones a Daniel Martínez dentro del Frente Amplio.

La peor tragedia del viejo partido es que apela a un gobierno de coalición con los blancos, pero el Partido Nacional tiene cuatro candidatos muy lejanos del nivel que llegamos a ver algún día en, por ejemplo, un Wilson Ferreira Aldunate, que en 1971 hablaba de reforma agraria y nacionalización de la banca. Estos no tienen propuestas y cuando tiran una idea (como ir a golpear la puerta de los cuarteles) no se ponen de acuerdo entre ellos. Alonso, admiradora del fascista Bolsonaro, busca imponer una teocracia y coquetea tanto con los católicos como con los estafadores evangelistas. Sartori apela al marketing y al dinero para imponerse y la idea más destacada de Lacalle es dejar que los conductores puedan beber unas copas, algo no mucho mejor que subirse a una columna y hacer payasadas como la bandera.

Por su parte, los que se dedican a sacar al país adelante, han logrado que el BROU tenga una cifra récord de ganancias al llegar a los 440 millones en 2018, aumentando su patrimonio en un 17% y llegando a 1.840 millones de dólares, el más alto de su historia.

Mientras la oposición se empeña en convencernos de que vivimos en el quinto infierno, la Cepal acaba de comunicar que Uruguay es el país con menos pobreza de América Latina. Bajar el porcentaje de pobreza a un 2,7% fue posible gracias a las pensiones y transferencias de recursos a los hogares más humildes en combinación con el fortalecimiento de los ingresos laborales. Lo mismo que proponía Batlle y Ordóñez.

Lo mismo que los blancos han combatido con uñas, dientes y lanzas toda su vida.

 

 

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