Todas las encuestas, acá y en el resto del mundo, coinciden en la falta de credibilidad de la gente en las Instituciones. Es muy grave. Cuando la queja contra el gobierno tiene un dejo de descreimiento en la política como tal, pagan todos. El que más paga es el país en su conjunto. La solución no es evitar la queja sino denunciarla cuando es justa y demostrar que no todos son iguales. Pocas veces, se impuso el ejercicio de gobierno a través del marketing. Tiene un efecto boomerang.
Hacete socio para acceder a este contenido
Para continuar, hacete socio de Caras y Caretas. Si ya formas parte de la comunidad, inicia sesión.
ASOCIARMECaras y Caretas Diario
En tu email todos los días
Hagamos una prueba; yo transcribo una cita y les desafío a descubrir quién lo dijo: “El ajuste que está haciendo el gobierno es de una calidad muy mala, porque aumenta las tarifas públicas: más inflación nuevamente. Es hora de que se haga cargo y que sea el gobierno el que haga el ajuste (…) tenemos una discusión sobre el ajuste salarial: le está trasladando el ajuste a los trabajadores. Tienen que esperar dos años para recuperar el salario real”.
¿Quién lo dijo? ¿La oposición? ¿El Pit-Cnt? No. La ministra Arbeleche. ¿Autocrítica? No, lo dijo sobre el gobierno del FA, antes de las elecciones. Recordemos, por ejemplo, que el último año el gobierno del Dr. Vázquez, anunció antes de las elecciones y cumplió que antes de entregar el mandato no iba a haber aumento de tarifas, porque no se precisaba. El gobierno electo, le reclamó que lo hiciera y al no tener suerte, las ajustó él mismo.
Es decir, la primera medida del gobierno fue hacer lo que se comprometió a no hacer y que criticaba cuando lo hacía su adversario. ¿Quién les puede creer? “El ajuste lo tiene que hacer el propio gobierno”, dijo entonces Arbeleche. Pero ha protagonizado un episodio, tras Bustillo, que es el uno, como el carro de El Chaná, en gastos superfluos. Para coordinar el ahorro del Estado, almorzaron juntos canciller y la ministra. Sencillo; milanesas, pero con adorno floral y chef: 800 dólares.
Saltó la liebre, Lacalle (h) dio la orden de que lo pagara el ministro de su bolsillo. Saltó el affaire de las engrapadoras a 400 dólares cada una. Y no habían apagado el incendio cuando, también en cancillería, salta un nuevo lío: partidas para recibir publicaciones del exterior. No sea cosa que el ministro deba recurrir a internet. ¡Por favor!
En medio de eso, las exoneraciones a la empresa de Lito Alfie. Se supo y hubo que dejarlas también sin efecto. Tengo una duda: ¿No es peor la enmienda que el soneto? Porque si cuando se sabe, se “recula en chancletas”, como dicen en campaña, se está admitiendo que estaba mal, pero si no se hubiera sabido, pasaba.
Por eso, a veces, uno se pregunta si que se sepan todas estas cosas desprestigia por igual a justos y pecadores. Pero hay que denunciar, si no, no se corrige el rumbo. No se trata de que con los 800 dólares en milanesas vayamos a solucionar los problemas del país (aunque el responsable de una olla popular señaló a El Observador que “requiere entre 4.000 y 5.000 pesos para mantenerla al día”). El tema es la señal que se le manda a la gente. El gobierno es el que tiene carta libre para el gasto. En el ministerio le llaman “diplomacia de cóctel.”
Escribo estos 33 años de que muriera el Viejo. Así se proyectó. Denunciando la corrupción del gobierno en los años 68 al 72. Cada interpelación caía el gabinete entero. Recuerdo una interpelación en que le interrumpió la senadora Roballo, aún del Partido Colorado en el gobierno. Le agradeció como batllista sus denuncias contra un gobierno de su partido porque “fortalecían las instituciones”. Wilson tenía material para una hora más. Prefirió culminar con la interrupción de la doctora.
¿Será por esto que persiguen al fiscal de gobierno? Es todo tan raro: lo sumarían como fiscal por su gestión como secretario de la presidencia del Dr. Vázquez (¿¿??). Ayer la Justicia le dio la razón y consideró muy peligrosa la denunciada persecución.
Estamos en plena pandemia (el gobierno tardó en darse cuenta, y hoy llamamos a todos a vacunarse, pero sabemos que somos el último en haber empezado). Queremos que al gobierno le vaya bien. Es la salud de todos. Y en los otros temas también. Es el bienestar de todos el que está en juego. Por eso vamos a denunciar toda la corrupción. La grande y la chica. Ambas van erosionado la transparencia del Estado. Defender las instituciones es tarea de todos.