Si querían una final única en el mundo, la consiguieron «no habrá ninguna igual, no habrá ninguna» dice el tango de Homero Manzi, será difícil de igualar los que ha pasado con estas finales de la Libertadores entre River y Boca en este 2018.
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La primera se suspendió por lluvia, la segunda por incidentes y no una, si no dos veces, ya que en Boca dicen que después del ataque del sábado al ómnibus de su equipos, quedaron heridos y no están en condiciones de jugar.
En River dicen que entendieron las razones de Boca, por eso accedieron a que no se jugara y a convencer a Infantino y a Domínguez, presidentes de FIFA y Conmebol respectivamente, que querían que esto se jugara; está claro que si en Bruselas se jugó tras la tragedia de Heysel donde murieron 39 aficionados en 1985, donde Juventus le ganó al Liverpool 1 a 0 adejudicándose la Copa de Europa, que se podía esperar del presidente de la FIFA y la Conmebol que tienen una caja registradora en la cabeza.
Lo concreto es que la gente empezó a llegar al Monumental de Núñez, mientras seguían los cabildeos y los rumores de que Boca pedía los puntos, el presidente de River, Rodolfo D’Onofrio, decía que lo acordado era otra cosa, que se acordó y se firmó jugar esta tarde de domingo a las 17:00 horas.
Sin embargo lo terminan convenciendo a Domínguez, que vuelve a charlar con los presidentes y entienden que no están dadas las condiciones, incluso el presidente de Conmebol, Alejandro Domínguez, es lo que dice ante los medios, aduciendo que no hay igualdad deportiva, por lo que se suspende la final con fecha a designar.
Es por esto que el martes a las 10:00 horas se reúnen en la sede de la Conmebol en Luque, para determinar cuando y donde se juega.
El mandamás de la Conmebol dijo que que la final se jugará en la cancha y habrá un campeón, como corresponde, alejando los rumores de reclamos de puntos.
La final se debe jugar antes del diez de diciembre, ya que el campéon debe viajar a jugar el Mundial de Clubes en Emiratos Árabes.
En los corrillos se dice que la final puede jugarse en Arabia antes del Mundial de Clubes, cubriendo los gastos con las entradas que se vendan.
D’Onofrio dice que se juega en cancha de River, en fecha a designar.
Los seguro es que la próxima semana no se puede jugar en Buenos Aires por la reunión del G20.