Por Belén Riguetti y Manuel González Ayestarán
Hacete socio para acceder a este contenido
Para continuar, hacete socio de Caras y Caretas. Si ya formas parte de la comunidad, inicia sesión.
ASOCIARMECaras y Caretas Diario
En tu email todos los días
El miércoles 24 de febrero el clima en el Palacio Legislativo estaba caldeado. Se mantenían dos reuniones: por un lado los partidos de la oposición trataban los resultados de la Comisión Investigadora de Ancap y, por otro, el vicepresidente Raúl Sendic mantenía un encuentro con su homóloga argentina, Gabriela Michetti. Pero en los pasillos no se hablaba ni de Ancap ni de la relación bilateral con Argentina. El tema de conversación entre periodistas, funcionarios y políticos era el título universitario del vicepresidente. Ese día, el diario El Observador había publicado una nota en la que aseguraba que Sendic no era licenciado en genética humana, y para demostrarlo hacían referencia a varias entrevistas (entre ellas, la del programa de entretenimiento Sonríe te estamos grabando), capturas de pantalla e imágenes de documentos (de Presidencia y de Ancap) en los que se puede ver el nombre del vicepresidente antecedido por la abreviatura Lic. Incluso, en la página web de la Lista 711, liderada por él, Sendic figura como «Licenciado en Genética Humana en la Universidad de La Habana, Cuba (graduado con medalla de oro)». El periódico entrevistó además, por teléfono, al vicepresidente, y cuando fue consultado sobre su título, respondió: «Yo lo que hice fue una preparación para la docencia genética, que era un curso rápido. Nunca ejercí ni como licenciado ni investigador en genética, más que en un equipo en La Habana que trabajaba en investigaciones genéticas relacionados a los cromosomas sexuales». En el correr de la tarde circuló un comunicado que aclaraba que el vicepresidente cursó estudios de medicina en Cuba y «en paralelo a ello, y en función de una selección de estudiantes, cursó una Licenciatura en Genética la cual tenía como objetivo la formación de un grupo con el fin de reforzar la docencia e investigación en la facultad y algunos centros hospitalarios». La pregunta seguía en el aire: ¿es licenciado o no? A la hora en la que daría la conferencia junto a Michetti, el tema ya había provocado la reacción de la oposición, que pedía la renuncia del vicepresidente. Sobre las 19 horas empezó la conferencia en la antesala del Senado, con todos los medios presentes, muchos de ellos con dos equipos: uno para cubrir lo que pasaba con la oposición y el otro, las palabras de Sendic. Si bien la conversación con la vicepresidenta argentina fue objeto de algunas interrogantes, todos esperaban que Michetti terminara para poder preguntarle a Sendic si era o no licenciado. Pero lo que se había anunciado como una conferencia de prensa terminó siendo un desmentido, sin instancia para las preguntas. El vicepresidente dijo que había solicitado los documentos sobre su trayectoria académica para ser presentados “cuando sea necesario”. Además, afirmó que todo forma parte de una campaña contra su persona. “Hace dos años que empezamos a recibir una fuerte campaña de hostilidad. A lo largo de este tiempo he tenido que recibir diversos tipos de agravios, tanto sobre mi vida privada como en mi actividad pública. Por ejemplo, después que se habilitó la Comisión Investigadora hemos recibido cuestionamientos sobre la gestión de Ancap, pero iniciado el trabajo hubo cientos y cientos de agravios que se lanzaron desde diversos medios y desde diversas personas, muchos de ellos legisladores. Agravios relacionados con mi honor. Se ha hablado desde que soy dueño de estaciones de servicio hasta que tengo tierras y campos […]. La Investigadora culminó su trabajo y no ha podido determinar un solo delito”. Sobre las nuevas controversias, señaló: «Lo que les quiero manifestar es que nunca me arrogué cosas que no soy y siempre aclaré y dejé claro cuál había sido mi trayectoria académica. Estudié cinco años de medicina en La Habana, revalidé esas materias cuando llegué al país y nunca dije que la hubiera concluido, ni que fuera médico. Mientras tanto, hice una licenciatura en genética que cursé en La Habana y que no revalidé en nuestro país, pero que forma parte de mis conocimientos». Propios y ajenos El jueves, trascendidos de prensa señalaban que el presidente Tabaré Vázquez manifestó a Sendic su «malestar y preocupación». En tanto, el senador José Mujica declaró que no le da «ninguna importancia» al asunto del título. En Twitter, el diputado del MPP Daniel Caggiani aseguró que «Sendic se equivocó, pero el pedido de renuncia del vicepresidente electo por parte de la oposición es desmesurado, irresponsable y demagógico». Los integrantes de la oposición consideraron «vergonzosa» la situación de Sendic. Jorge Larrañaga (Alianza Nacional) la calificó como “brava” y “grave”, y dijo que le da «vergüenza ajena». «Le ha mentido al Parlamento y a la ciudadanía. Es una situación inexplicable”, comentó. Su colega nacionalista Luis Lacalle Pou aseguró que al conocer la noticia llamó a Sendic para pedirle explicaciones, pero no quiso contar el contenido de la charla. «Pregúntenle a él». Lo que sí dijo fue que el hecho “desde el punto de vista institucional es grave”. Por su parte, Eduardo Rubio, diputado de Asamblea Popular, afirmó que si fuera él, renunciaría. Desde el Partido Colorado, el senador Pedro Bordaberry dijo que si tenía la documentación, debió haberla presentado en el momento. El Comité Ejecutivo Nacional (CEN) del Partido Colorado anunció que llevará adelante una denuncia penal en caso de que se compruebe que el vicepresidente no tenga el grado universitario, ya que “podría haber conductas con apariencia delictiva”. Al cierre de esta edición, el vicepresidente no había mostrado la documentación que acreditara su licenciatura, ni se había presentado denuncia alguna. Sin consecuencias legales Estas “conductas con apariencia delictiva” implicadas por esta falsa información relacionada con el vicepresidente de la República se refieren al artículo 167 de capítulo III del Código Penal, el cual contempla la “usurpación de títulos”. “El que se abrogare títulos académicos o ejerciere profesiones para cuyo desempeño se requiere una habilitación especial, será castigado con 20 UR (veinte unidades reajustables) a 900 UR (novecientas unidades reajustables) de multa”, indica el texto.* Sin embargo, varios abogados consultados por el diario El País coincidieron en que la falta de Sendic únicamente podría ser valorada desde una perspectiva ética o moral, en ningún caso legal. Esto se debe a que el vicepresidente nunca hizo uso de su supuesta titulación para acceder a un trabajo, participar en una actividad académica o dar una conferencia. El abogado constitucionalista Ruben Correa Freitas indicó a El País que «para ser vicepresidente, ministro o presidente de Ancap hace falta tener la edad requerida, ser ciudadano legal o natural y, en el primer caso, ser electo. No es necesario ser licenciado en genética. Arrogarse un título que no tiene es algo que lo juzgará la gente, pero no tiene otras consecuencias. No le veo mucho trasfondo penal porque no ejerció la profesión. Lo dirán los jueces y los fiscales, pero creo que no lo tiene». Sin embargo, el diputado por el Partido Nacional Jorge Gandini considera que la actuación de Sendic podría vulnerar el artículo 238 del código penal, referido a “Falsificación Ideológica de Documento Público”. En este apartado se establece que “el funcionario público que, en el ejercicio de sus funciones, diere fe de la ocurrencia de hechos imaginarios o de hechos reales, pero alterando las circunstancias o con omisión o modificación de las declaraciones prestadas con ese motivo o mediante supresión de tales declaraciones, será castigado con dos a ocho años de penitenciaría».
En referencia a esto, el abogado constitucionalista José Korzeniak, consultado por Montevideo Portal, calificó como «una bajeza política de zócalo haber planteado ese tema con respecto a Sendic». «Sería lo mismo que planteara si es verdad o no que a Wilson Ferreira Aldunate le faltaba una materia para recibirse de abogado. No me interesa porque Wilson era una personalidad con o sin una materia por dar. O que a alguien se le hubiera ocurrido preguntarle a Juan Raúl Ferreira, que es un buen compañero, por qué le dicen licenciado, a ver si revalidó o no algo. Es una bajeza tremenda», señaló.
En este sentido, en relación al comportamiento reciente de algunas figuras de la oposición realizando acusaciones diversas, el abogado advirtió que al atribuir a una persona un delito que no cometió se incurre a su vez en delito de difamación. “A mí me gustaría hablar de la Constitución, de los 24 o 25 blancos y colorados procesados en Rivera en dos períodos (sin frenteamplistas procesados), o de los tres golpes de Estado dados por presidentes colorados en alianza con algunos blancos famosos, que siguen siendo recordados como distinguidos militantes del PN», concluyó el constitucionalista.
* Hay que señalar que la redacción es incorrecta: el verbo debería ser “arrogar” y no “abrogar”.