Al sistema penitenciario en Uruguay cuenta, actualmente, con un sobrante de 220 plazas. A entender de la directora del Instituto de Rehabilitación, Ana Juanche, esta situación se explica por la creación de más unidades de reclusión y la refacción de otras. Ademas, destacó la capacitación del personal y la incorporación de 600 operadores penitenciarios, 400 policías y 100 técnicos para trabajar en los procesos de cambio junto a las personas privadas de libertad. Estas consideraciones fueron brindadas por la jerarca en el acto de conmemoración del 9.º aniversario del Instituto Nacional de Rehabilitación (INR) donde se realizó un balance de los últimos cinco años de gestión.
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Asimismo, Juanche subrayó la centralización del sistema en un único órgano encargado de la organización y gestión de las unidades penitenciarias. También reconoció la profundización del trabajo técnico en cuanto a la privación de libertad, mediante programas de trato de carácter universal para garantizar el derecho a trabajar, estudiar, practicar deportes y recrearse.
Por otro lado, resaltó la creación de los programas como el de uso problemático de drogas, control de la agresión sexual y de género, prevención de la agresión de género, promoción del pensamiento pro social, y de regulación de historias de vida y resignificación a través del teatro de máscaras. Todos ellos orientados a combatir los factores de riesgo relacionados a la conducta delictiva.
De acuerdo a las declaraciones de Juanche, durante este período de gobierno (2015-2020), el Ministerio del Interior superó el hacinamiento con la creación de unidades penitenciarias y la refacción de módulos, con lo que logró un superávit de 220 plazas. “Creemos que el estado penitenciario está consolidado, ha sentado las bases para generar a partir de ahora una política de estado como los países modernos, y sistemas modernos para la ejecución de la pena privativa y no privativa de libertad”, concluyó.
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