Teatro Negro de Prada en el Sodre

Bajo la dirección artística desde hace más de veinte años de Bob Dufek, el Teatro Negro de Praga siempre es esperado por el público de todas las edades alrededor del mundo. En esta oportunidad presentarán “Las Aventuras de Fausto”, obra que ha tenido más de 4.000 funciones agotadas durante doce años en más de cien países. Basada en el libro inmortal de Goethe, pero con una versión propia del Teatro Negro de Praga, la cual deja un mensaje de redención y reconciliación con los valores de la vida. Las entradas están en venta por Tickantel y boleterías del Auditorio Nacional. Teatro Negro de Praga /“Teatro de Grandes Milagros”: Desde la legendaria Praga una de las ciudades más bellas y misteriosas del mundo, nos visita algo tan propio de la cultura checa como la Cerveza Pilsen, los escritos de Kafka o la música de Dvorak, el Teatro Negro, la compañía dirigida por Pavel Hortek la que ha sido aplaudida en más de cincuenta países por público de todas las edades; la compañía tiene dos teatros estables en el centro de Praga y todos los días del año deleita a los turistas de todo el mundo que llegan de visita. Ahora ha hecho maletas para venir al otro extremo del mundo y brillará en mil colores, recreando los escenarios de Praga para cautivar toda la atención del público, porque es importante fijarse en cada detalle durante la obra. El Teatro Negro nació hace más de medio siglo en Praga y desde esa época ha sembrado el nombre de esta interesante técnica teatral por el mundo entero. El principio del Teatro Negro está basado en la aplicación de un truco, el llamado gabinete negro, que surgió hace miles de años en Asia Antigua. Los principios de la técnica del gabinete negro fueron aprovechados por los ilusionistas, los filmadores y el más famoso teatrero de los últimos cien años; Stanislavski. En su escenario suceden cosas con las cuales no se encontrarán en ningún otro lado. La luna puede posarse en el suelo y convertirse en columpio para dos novios, una mariposa exótica nace directamente ante la vista de los espectadores de una oruga fea y baila con el saliente sol, un pescador aparece en una barca imaginaria sobre el escenario además rodeado de peces de mil colores. En el Teatro Negro de Praga es posible literalmente todo.