Tomás herido en «Esperanza mía»

Lo que pasó y lo que pasará: Repentinamente, se desata un conflicto vecinal en el barrio 1º de Mayo, en el cual la Fundación suele prestar asistencia. Preocupados, Tomás (Martínez) y Esperanza (Espósito) partirán hacia el lugar para intentar calmar los ánimos. La capacidad conciliadora del cura hace que pronto las partes involucradas depongan su actitud violenta. La joven novicia sentirá admiración por el compromiso y el trabajo de su querido Tomás. Pero Nicolás (Noher) –empecinado en “hundir” al sacerdote- le hará notar que el hombre que ama nunca abandonará su vocación religiosa. La duda se instalará en Esperanza: tal vez está luchando por una causa que ya está perdida… El silencio que Tomás (Martínez) creyó prudentes mantener ante el secreto mejor guardado de Clara (Toscano), terminó por condenarlo: Esperanza (Espósito) no le perdona que le haya ocultado la verdad sobre su madre biológica. No bastan los ruegos y pedidos de disculpas. La joven se siente traicionada por la persona que más ha amado en la vida. Este punto de inflexión en la relación será aprovechado por Nicolás (Noher) quien intentará acercarse cada vez más a Esperanza con la sola intención de incordiar al sacerdote… Es el día del cumpleaños de Tomás (Martínez). En el convento quieren festejarlo a lo grande, pero el sacerdote prefiere algo sencillo y austero: no está de ánimo para celebrar. No puede permanecer lejos de Esperanza (Espósito). Pero habrá una sorpresa que le cambiará por completo el semblante: su amada ex novicia aparecerá en su oficina con una deliciosa torta. Y, lo mejor de todo, con la intención de perdonarlo. Así, el deseo tan anhelado por Tomás finalmente se hará realidad: recuperar a su querida Esperanza. Osky, el hermano de Lola (Torres), se mete en problemas. Y ella, decidida a ayudarlo, no medirá las consecuencias. De hecho, unos matones la perseguirán para que entienda -y sienta- el rigor de la situación. Tomás (Martínez) será quien intervenga para salvar a Lola de la actitud violenta de los agresores. Pero, en su intento de mediar, el cura sufrirá “en carne propia” la gravedad del asunto: un encapuchado le asestará un fuerte golpe en la cabeza, que lo dejará desmayado… El ataque perpetrado contra Tomás parece tener un único “autor intelectual”: Nicolás (Noher).