Por Enrique Méndez
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Secretario del Interior
Secretariado Ejecutivo del Pit-Cnt
Nuestra presencia en la ceremonia en que el Dr. Luis Lacalle Pou asumió la presidencia de la República no tiene que ver exclusivamente con cuestiones protocolares o de convivencia ciudadana, sino con explícitas definiciones adoptadas por el Pit-Cnt en defensa de la democracia y el Estado de derecho.
Ya en el año 1964 la CNT había decidido marchar a una huelga general con ocupación de los lugares de trabajo en defensa de la democracia en caso de que hubiera un golpe de Estado.
Al movimiento obrero le tocó cumplir con esa resolución a partir del 27 de junio de 1973, manteniendo la huelga general hasta el 9 de julio de ese año, la que se constituyó en una de las expresiones más heroicas de la lucha del pueblo uruguayo.
Luego, la dictadura fascista, con su estela de tortura, prisión, muerte, secuestro y desaparición forzada, se encargó de mostrar contra quién había venido a instalarse. Fueron precisamente obreras y obreros, trabajadoras y trabajadores, estudiantes y diversos integrantes del movimiento popular quienes fueron las víctimas del terrorismo de Estado.
Durante los 13 años de dictadura -pero también durante todo el período de aplicación intermitente de medidas prontas por parte de los gobiernos de Jorge Pacheco Areco y Juan María Bordaberry-, las trabajadoras y los trabajadores, junto al movimiento estudiantil, fuimos víctimas principales de la represión desatada para impedir los justos reclamos contra la aplicación de un modelo que solamente beneficiaba a la oligarquía criolla, generando pobreza y exclusión para la clase trabajadora y amplios recortes en la educación, la salud pública y la seguridad social.
Las trabajadoras y los trabajadores uruguayos pagamos con sangre la democracia plena que hoy ostenta orgullosamente Uruguay.
Por eso no nos es indiferente un evento electoral y la consecuente ceremonia de cambio de mando, pero tampoco un anteproyecto de Ley de Urgente Consideración que -entendemos- es antidemocrático, inconstitucional, contribuye a que los ricos sean más ricos y los pobres cada vez más pobres y al mismo tiempo recorta derechos conquistados.
Tampoco nos son indiferentes los anuncios que hacen las autoridades entrantes en los organismos de la Administración Central y las públicas solicitudes de devaluación del peso uruguayo y aumento de las tarifas públicas.
Creemos que el gobierno que comenzó su período hace menos de una semana lo hace con mal pie si pretende que el ajuste que propone lo paguen los sectores menos privilegiados de la sociedad, que vía devaluación (con la consecuente disminución del poder adquisitivo de quienes no recibimos nuestro salario en dólares) y aumento de tarifas verán disminuidas radicalmente sus condiciones de vida y la de sus hijos.
Y, sin embargo, estuvimos presentes en la ceremonia de transmisión de mando presidencial, dando el mayor respaldo a la institucionalidad democrática, laica, cívica y republicana porque ese traspaso de mando presidencial se produce gracias a que las trabajadoras uruguayas y los trabajadores uruguayos todos los días defendemos la democracia.
No solamente en 1964, no solamente en 1973, no solamente resistiendo la dictadura, no solamente empujando la apertura democrática en 1983, sino cada día de la vida de las organizaciones sindicales en que buscamos hacer nuestra sociedad cada vez más justa, cada vez más democrática, cada vez más equitativa.
Cuando resurgen algunas voces que pretenden reivindicar la dictadura o minimizar sus violaciones a los derechos humanos, cuando además se pretende vaciar la democracia despojándola de derechos y bienestar social, las trabajadoras y los trabajadores agrupados en nuestro Pit-Cnt, junto a todas las organizaciones del movimiento popular uruguayo, queremos dejar bien en claro que defenderemos los derechos que tanto sudor y sangre nos han costado.
Por todo esto y mucho más, el Pit-Cnt continuará siendo un celoso vigilante de esa democracia que le pertenece a todo el pueblo uruguayo, porque este pueblo sufrió mucho resistiendo a quienes arrasaron con ella, luego luchando por recuperarla y más tarde manteniéndola y defendiéndola a toda costa, incluso por sobre justos reclamos de algunos sectores de nuestra sociedad.
COMUNICADO
Ante la decisión personal del presidente de la República electo, Luis Lacalle Pou, de no invitar al acto protocolar de traspaso de mando al gobierno hermano de la República de Cuba, el Plenario Intersindical de Trabajadores-Convención Nacional de Trabajadores (Pit-Cnt, organización sindical unitaria de las trabajadoras y los trabajadores uruguayos) manifiesta su rechazo a esta decisión y su solidaridad con el hermano pueblo cubano.
La República de Cuba no ha hecho sino brindar su solidaridad al pueblo uruguayo y particularmente a sus sectores más excluidos a través de la Operación Milagro (que permitió a casi 100.000 uruguayas y uruguayos recuperar la visión) y el programa “En el país de Varela yo sí puedo” (que permitió alfabetizar a cientos de compatriotas).
Por otro lado, consideramos que el mandatario electo no puede ni debe utilizar este acto protocolar de profundo significado cívico, democrático y republicano como si fuera una celebración particular a la que invita solamente a sus amistades.
Por último, es llamativa la participación en este evento de algunos personajes que están muy lejos de los valores que enunciábamos anteriormente, como el brasileño Jair Bolsonaro (que impulsa el desconocimiento del resto de los poderes del Estado), de Jeanine Áñez* (quien protagonizara un golpe de Estado contra el presidente Evo Morales), como Iván Duque (cuyo gobierno es responsable por acción u omisión de la muerte de cientos de dirigentes sociales y defensores de derechos en el interior profundo de Colombia), como el chileno Sebastián Piñera (cuya política represiva ha ocasionado decenas de muertos y heridos, además de casi 500 personas que han perdido total o parcialmente la vista por disparos de las fuerzas de seguridad) y el repudiado Luis Almagro, secretario general de la Organización de Estados Americanos, que no ha vacilado en avalar todas las violaciones contra El estado de derecho a lo ancho y largo de nuestro continente.
Exigimos del gobierno electo una política exterior consecuente con la posición histórica de nuestro país de respeto a la autodeterminación de los pueblos y la no injerencia en los asuntos internos de terceros países, así como de no alineación con los intereses de potencias extranjeras.
Montevideo, 28 de febrero de 2020.
* Nota del editor: finalmente la golpista Jeanine Áñez no participó en la ceremonia a la que había sido invitada, enviando en su representación a la ministra de Relaciones Exteriores de facto, Karen Longaric.