La Universidad de la República (Udelar) inauguró la nueva sede de la Facultad de Información y Comunicación (FIC), ubicada en la zona del Parque Rodó, en una ceremonia encabezada por el rector Roberto Markarian.
Hacete socio para acceder a este contenido
Para continuar, hacete socio de Caras y Caretas. Si ya formas parte de la comunidad, inicia sesión.
ASOCIARMECaras y Caretas Diario
En tu email todos los días
El edificio, de 8.500 metros cuadrados, cuenta con una amplia y moderna biblioteca, salas de grabación de audio y video y un estudio de televisión. Alojará las actividades de casi 4.000 estudiantes, 200 docentes y 80 funcionarios.
Tiene su ingreso principal en la esquina de San Salvador y Juan D. Jackson y se desarrolla en cuatro plantas. En los niveles inferiores se instalan espacios de administración, vigilancia y mantenimiento, un aula magna con 300 butacas, la cantina y dos patios. Más arriba se ubica una gran biblioteca, la más amplia y mejor equipada de la Universidad, tanto por su mobiliario como por su acondicionamiento acústico y térmico, con decenas de terminales de consulta para estudiantes e investigadores, salas de estudio grupales, archivos pasivo y activo, entre otras instalaciones.
Dicho proyecto fue realizado por los arquitectos Inés Llorente y Ulises Torrado, de la Dirección General de Arquitectura de la Udelar. La dirección de la obra estuvo a cargo de Guillermo Baffico, del Plan de Obras de Mediano y Largo Plazo.
Su construcción fue programada y financiada en el marco del plan en forma conjunta con el Aulario de Área Social, que se ubica en la misma manzana y es utilizado por varios servicios universitarios.
En el último piso se construyeron salas de grabación y edición de audio y video, junto a un estudio de televisión preparado para sustentar equipamiento completo, camerinos y depósitos. En la misma planta se distribuyen 14 aulas de diferentes tamaños y salas docentes.
El edificio cuenta con ascensores y servicios higiénicos para personas discapacitadas, además de un sistema de aire acondicionado de alta eficiencia energética y bajo mantenimiento, que permite el control independiente de temperatura en los distintos espacios.
Los trabajos de construcción comenzaron a mediados de 2013 junto con los del aulario, que ya fue inaugurado en 2015. Las construcciones se levantan en el predio que ocupaba el Asilo Dámaso Antonio Larrañaga, una obra del arquitecto Víctor Rabú que data de 1873 y que por muchos años permaneció en ruinas.
En la manzana se conservan dos monumentos históricos nacionales: la entrada principal del asilo sobre la calle San Salvador («Portal de Rabú»), y la Iglesia de Nuestra Señora del Huerto y San José. Junto con otros restos del antiguo orfanato, la puerta y el vestíbulo fueron restaurados e integrados al actual proyecto.