Un equipo de especialistas llegó a la conclusión de que la roca que cayó en la ciudad africana de Bostwana el 2 de junio de 2018 provino de Vesta, el segundo asteroide más grande del sistema solar.
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El grupo encontró 23 meteoritos de roca en las profundidades de la Reserva de Caza del Kalahari Central tras el impacto y ahora publica conclusiones en Meteoritics and Planetary Science, una revista científica mensual. El astrónomo del Instituto SETI, Peter Jenniskens, describió que «la combinación de las observaciones del pequeño asteroide en el espacio con la información obtenida de los meteoritos muestra que probablemente provino de Vesta».
«Hace miles de millones de años, dos impactos gigantes en Vesta crearon una familia de asteroides más grandes y peligrosos. Los meteoritos recién recuperados nos dieron una pista sobre cuándo podrían haber ocurrido esos impactos», añadió.
Por otra parte, el pequeño asteroide descubierto por el programa Catalina Sky Survey, de la Universidad de Arizona, Estados Unidos, fue definido como «un punto débil de luz que se movía entre las estrellas». Al respecto, su director Eric Christensen detalló que «los asteroides del tamaño de un metro pequeño no son un peligro para nosotros, pero perfeccionan nuestras habilidades para detectar a aquellos que se acercan».
Cuando se los analizaron, determinaron que el elemento tenía un metro y medio y reflejaba aproximadamente el 25% de la luz solar. «Esta es sólo la segunda vez que detectamos un asteroide en el espacio antes de que choque contra la Tierra», expresó Jenniskens. «El primero fue el asteroide 2008 TC3 en Sudán, diez años antes», completó.