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Mundo

Unión Europea: Proponen salario mínimo y digno

En el actual primer semestre del año, Francia asume la presidencia temporal de la Unión Europea (UE). El presidente francés, Emmanuel Macron, que además pretende ser reelegido en su país el próximo 10 de abril, quiere aumentar el salario mínimo en los 27 países y reforzar las fronteras exteriores y poner reglas a los gigantes de internet.

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Según cifras de Eurostat (Oficina de Estadística de la Unión Europea ubicada en Luxemburgo), hay diferencias importantes entre países del bloque. Luxemburgo, por ejemplo, encabeza la lista de los mejores sueldos mínimos con un monto de 2.201 euros mensuales, seguido de Irlanda, Países Bajos, Bélgica, Alemania y Francia que superan todos los 1.500 euros. España ocupa el séptimo lugar de la lista con 1.125,83 euros mesnsuales (equivalente a 965 euros en 14 pagas), mientras otros están mucho más abajo, como Bulgaria, con 332 euros al mes.

En 2020, la Comisión Europea presentó una iniciativa que pretendía establecer salarios mínimos y dignos en los 27 países del bloque.

Las negociaciones se preveían indefinidas, pero la pandemia dio un impulso atípico a las definiciones, luego de que los Estados tuvieran que replantearse su rol en el salvataje económico.

El 6 de diciembre del año pasado, los 27 países de la UE acordaron una posición común al respecto: consensuaron una base para promocionar salarios mínimos adecuados, impulsar la negociación colectiva y mejorar la protección de los trabajadores.

La idea es que el salario mínimo se actualice cada cierto tiempo y de manera regular y además, que se pueda ajustar automáticamente con mecanismos de indexación.

“No podemos aceptar que haya personas que ponen toda su energía en su trabajo y aun así viven en la pobreza y no tienen una vida decente. Esta directiva será un gran paso para lograr este objetivo”, confió el ministro de Empleo de Eslovenia, Janez Cigler Kralj, cuyo país tenía hasta ahora la presidencia rotatoria de la UE.

Aquellos países que cuentan con un salario mínimo en su legislación laboral fijarán un marco nuevo para actualizarlos de acuerdo a una serie de criterios “estables y claros” para toda la UE, añadió.

Además, en setiembre del año pasado, la Comisión Europea propuso nuevas reglas para las “plataformas digitales”. Las nuevas normas podrían obligar a las empresas de transporte y entrega como Uber y Deliveroo a reclasificar a sus conductores como empleados. La Comisión estima que las reglas podrían impactar a entre 1,7 y 4,1 millones de personas y concederles vacaciones pagadas y salario mínimo.

 

El caso de España

España es uno de los países que impulsan esta directiva europea, entendiendo que la medida supone avanzar en una Europa social.

En ese país, durante la pandemia los sueldos públicos medios subieron seis veces más, en términos absolutos, que los privados.

La retribución media de los sueldos públicos fue de 1.818,6 euros mensuales, lo que representa respecto a 2019 un incremento de 21,7 euros en términos absolutos y del 1,16% en términos relativos.

 

El caso de Alemania

Casi 2 millones de trabajadores de Alemania, la mayor economía de Europa, están preparados para un gran aumento salarial.

Los tres partidos políticos alemanes que formaron un nuevo gobierno en noviembre pasado, con el socialdemócrata de izquierda Olaf Scholz, exministro de Economía de Angela Merkel, acordaron aumentar el salario mínimo a 12 euros (US$ 13,46) la hora, desde el monto actual de 9,60 euros (US$ 10,77) la hora.

La medida podría aumentar los ingresos de casi 2 millones de personas en Alemania que ganan un salario mínimo, o alrededor del 5% de los trabajadores, según Carsten Brzeski, economista de ING.

El salario mínimo ya estaba programado para subir a 10,45 euros (US$ 11,72) en julio de 2022. El texto del acuerdo de coalición no indica cuándo entrará en vigor el mayor aumento único.

De todas maneras, en 33 jurisdicciones de Estados Unidos (EEUU), el salario mínimo llegará a los 15 dólares por hora o sobrepasará esa marca para algunos o todos los trabajadores.

Cierto es que muchos economistas consideran que los tabajadores estadounidenses necesitan un salario mínimo de 60 dólares.

 

El caso de China

Los salarios mínimos en China continuaron creciendo durante 2021. En ese país el salario mínimo varía según las provincias.

Actualmente, Shanghái tiene el salario mínimo mensual más alto entre 31 provincias (400 dólares estadounidenses por mes) seguida por Beijing (390 dólares estadounidenses por hora), mientras en el extremo más bajo, se encuentra la provincia de Hunan (174 dólares por mes).

Los gobiernos locales de China deben actualizar sus salarios mínimos al menos cada pocos años, pero tienen la flexibilidad de ajustar los salarios de acuerdo con las condiciones locales.

La mayoría de las provincias establecen diferentes clases de niveles de salario mínimo para diferentes áreas según el nivel de desarrollo y el costo de vida de la región.

Por ejemplo, una clase de salario mínimo más alto para la capital provincial y las ciudades más desarrolladas, y una clase más baja para las ciudades más pequeñas y las áreas rurales.

Para los inversores extranjeros, el aumento de los salarios es una característica inevitable de hacer negocios en China.

Sin embargo, cuando se consideran otros factores como la productividad, la infraestructura, los costos de transporte y el acceso a un mercado interno masivo, China aún puede emerger como la opción más rentable en comparación con los países con costos laborales legales más bajos.

En definitiva, cuando lo países compiten entre sí y las empresas buscan los costos salariales más baratos, alcanzar un salario mínimo unificado, resulta difícil, por no decir imposible.

Suiza, referéndum negativo

En 2014, los suizos, que no forman parte de la UE, rechazaron en referéndum por una amplia mayoría -76%- la instauración de un salario mínimo legal de US$ 4.480.

La iniciativa, que fue puesta bajo consulta popular, buscaba un salario mínimo de 22 francos la hora (cerca de US$ 25 o 18 euros), que de haber sido aprobado, se habría convertido en el salario mínimo más alto del mundo.

El gobierno y los empresarios aseguraban que la cifra propuesta por los sindicatos era demasiado alta y que podía perjudicar a los negocios pequeños.

Los sindicalistas suizos se quejaban del alto costo de la vida.

 

Los clásicos

El salario es una relación contractual y, por ello está establecido en una forma monetaria. Para Adam Smith, los trabajadores tienen un incentivo en aumentar este precio, los empleadores, en bajarlo. Los “Maestros” tienen una ventaja en un contexto tal que la alternativa a vender su trabajo (fuerza de trabajo como más tarde Marx corrigió a Smith) es morirse de hambre. Además, los capitalistas tienen el “magistrado civil” de su lado debido a que “el gobierno civil…es una realidad

instituida para la defensa de los ricos contra los pobres, de aquellos que tienen una propiedad contra aquellos que no tienen ninguna”.

Mientras el salario de mercado aumente o caiga a partir de las condiciones específicas de la oferta y la demanda, este tiende a gravitar hacia un salario de subsistencia. Este estándar o “salario natural” está establecido independientemente de cualquier condición de mercado -de hecho no tiene nada que ver con el mercado laboral del todo-. Más bien, está determinado por una norma social. “El precio monetario del trabajo está necesariamente regulado por dos circunstancias: la demanda por trabajo y el precio de las cosas necesarias y comodidades de la vida”. Por demanda, Smith no se refería a la idea de una curva de demanda en alguna industria en particular, o en el mercado, sino a la demanda agregada de trabajo que determina el éxito del proceso de acumulación -es decir, si una economía está progresando, se estanca, o retrocede-. En cualquier período de tiempo específico, es el precio de las “necesidades y comodidades de la vida”, lo que determina el salario real. Ese es el factor determinante. Los salarios deben de ser suficientes para mantener a una familia o “la raza de obreros no podría durar más allá de la primera generación”. Las “necesidades” de la vida podrían equipararse a algún mínimo biológico, pero las “comodidades” de la vida están claramente determinadas de manera social, porque lo que constituye la canasta de tales productos básicos debe basarse en las necesidades sociales de las sociedades (niveles de ingreso acostumbrados) en diferentes épocas históricas: de manera que lo que es considerado “conveniente” (o incluso una “necesidad”) de consumir en 2015, no es lo mismo en 1776.

Smith no consideró que todos los salarios se ajustarían a partir del salario de subsistencia, sino que es establecido por un estándar social alrededor de los cuales fluctúan los salarios específicos.

Marx a grandes rasgos continúa la línea de la teorización de los economistas clásicos. Obviamente él emprendió muchas modificaciones, correcciones, y desarrollos a este enfoque. Con relación a este tema, él corrigió la teoría clásica de los salarios con la introducción del concepto de fuerza de trabajo. Para Smith y Ricardo, los salarios eran pagados por la venta del trabajo en sí mismo. Esto planteó un problema. Si el día de trabajo fuera de diez horas y los salarios fueran pagados por el día completo, el valor del producto producido igualaría los salarios pagados.

La corrección de Marx estuvo basada en la venta de la fuerza de trabajo y no en el trabajo. El trabajador no vende ni el capitalista compra trabajo. En su lugar, la mercancía intercambiada es la fuerza de trabajo o “el agregado de aquellas capacidades físicas y mentales existentes en el ser humano, las cuales él puede ejercer cuando produce un valor de uso de cualquier descripción”. El valor de la fuerza de trabajo es independiente de las horas trabajadas por las cuales el trabajador está contratado.

Así, si se requieren seis horas de trabajo para intercambiar por las necesidades de la vida, física, histórica y moralmente determinadas, el trabajador es entonces pagado por el equivalente a seis horas de trabajo. El remanente de cuatro horas de tiempo de trabajo contratado es entonces trabajo excedente (o valor) de los cuales se pagan ganancias, rentas e intereses.

Marx es muy claro que esta subsistencia socialmente determinada es un promedio, un concepto agregado alrededor del cual el salario del mercado girará y varias desviaciones sucederán -diferentes niveles de calificación, por ejemplo-.

Aunque Keynes, en su Teoría general del empleo, del interés y y de la moneda no especifica qué determina los salarios; se puede aventurar que ellos están ligados a fuerzas sociales dentro del capitalismo y pueden ser fijados a “cualquier” nivel.

Mucho ha cambiado desde las primeras etapas de la historia del capitalismo, pero es bastante claro que el estancamiento salarial para la mayoría de los trabajadores junto con los niveles sostenidos de significativo desempleo han creado un creciente estrés económico (y psicológico) para un significativo segmento de la población. Los programas de bienestar después de la Segunda Guerra Mundial, diseñados en parte para proveer al menos parcialmente a la población de más bajos ingresos con medios de subsistencia, han sido erosionados, y nada ha surgido para reemplazarlo, según John Henry, profesor visitante en el Departmento de Economía en la University de Missouri-Kansas City.

Agrega que “en la economía basada en la propiedad privada, denominada capitalismo, la propiedad (o el control) de la propiedad productiva debe de poseer ciertas condiciones si la propiedad privada en si misma es considerada éticamente confiable. Tal economía a lo largo de su desarrollo se compone de una minoría (en la era moderna, una pequeña minoría) de propietarios, y una gran (y cada vez más grande) porción que no tienen propiedades. Como consecuencia, aquellos que terminan sin propiedad solo dependen de su ingreso -por tanto su subsistencia-; ello asegura la oferta de empleo para aquellos que controlan los medios de producción a través de los cuales se hace la producción”.

Como el economista polaco Michal Kalecki señaló, (1971) entre otros, el desempleo sirve como un mecanismo disciplinario, reduciendo las esperanzas de los trabajadores para alcanzar sus objetivos de aumento de los salarios. Por lo tanto, con pleno empleo y un salario de subsistencia garantizado determinado administrativamente, las empresas capitalistas pierden el más importante mecanismo para mantener las ganancias en los niveles convencionales.

Siguiendo la guía teórica de Smith, Ricardo, Marx, Keynes, Veblen, Sraffa y otros, el salario estándar -el “salario natural” por el cual todos los salarios están determinados- se fija fuera de los mercados capitalistas; éste es “administrado”, o bien “personalizado” o través de la autoridad gubernamental, concluye John Henry.

 

Qué es el salario mínimo

El salario mínimo se ha definido como la cuantía mínima de remuneración que un empleador está obligado a pagar a sus asalariados por el trabajo que estos hayan efectuado durante un período determinado, cuantía que no puede ser rebajada ni en virtud de un convenio colectivo ni de un acuerdo individual.

El salario mínimo, se supone, debe ser suficiente como para proveer alimento, vestimenta y vivienda para los trabajadores

Sobre la base de esta definición, se considera que existen salarios mínimos en más del 90 por ciento de los Estados Miembros de la Organización Internacional del Trabajo (OIT).

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