La ex fiscal argentina Viviana Fein declaró que durante los once meses que estuvo a cargo de la investigación de la muerte del ex titular de la UFI Amia, Alberto Nisman, «nunca llegó a sus manos ninguna prueba categórica y cierta de que se estuviera ante un acto homicida”. En este sentido, Fein criticó a la Embajada de Estados Unidos por haberle denegado la información que había solicitado, e instó a quienes defienden que se trató de un asesinato a “demostrar con pruebas lo que sostienen” en vez de limitarse a hablar en los medios de comunicación. La jurista decidió reaparecer en los medios de comunicación debido a que en los últimos meses se sintió “bastante agraviada y con términos indecorosos” por parte de quienes critican su trabajo. En este sentido, Fein cargó contra la afirmación del ex espía Jaime Stiuso acerca de que Nisman había sido asesinado. «Que lo fundamente, que traiga pruebas”, declaró Fein. “Si están las pruebas, sería la primera en decir ‘agradezco al señor Stiuso y felicito a la Justicia Federal por poder tener la prueba que no nos aportó a nosotros’”, añadió. Para la jurista, “la causa se mediatizó” hasta un punto que “se hablan de pruebas que no existen” y se tergiversan datos y resultados de las investigaciones. En este sentido, la funcionaria judicial se defendió de los cuestionamientos que se hacen acerca del desempeño de su función como fiscal. Así, Fein afirmó haber actuado “con un ordenamiento procesal”. «Se habló de irregularidades pero no se comprobó si se cometieron o no”, declaró en entrevista con radio Mitre. A raíz de la nueva a aparición de Fein, la jueza y ex esposa de Nisman, Sandra Arroyo, la cuestionó especialmente en varios medios de comunicación. Respecto a esto, Fein destacó que los peritos de la querella “tuvieron que rectificarse” en las declaraciones que hicieron sobre la hora de la muerte. Estos nunca objetaron los resultados de los peritajes del arma para determinar por qué no había restos de pólvora en la mano de Nisman. La jurista también reconoció que siempre investigó el hecho partiendo de la hipótesis de que Nisman “se había suicidado o que lo hubiesen instigado al suicidio o que lo hubieran matado”. En este sentido insistió en que “si hubiera encontrado un encuadre legal” que hablara del homicidio “hubiese emitido un dictamen”. No obstante, aclaró que no lo hizo por “no tener pruebas contundentes”, según informó Página 12. La fiscal llegó a cuestionar la actuación de la Embajada estadounidense en Buenos Aires, con la que Nisman tenía contactos frecuentes. “Por qué no le preguntamos a la Embajada de Estados Unidos por qué no entregó los mails con los correos de Nisman”, dijo. También criticó que no se haya procedido al allanamiento de la vivienda de Entre Ríos, desde donde supuestamente habían surgido los troyanos que se detectaron en la computadora del fiscal fallecido.
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Por último, especificó que fue ella quien pidió la prohibición de salir del país para el técnico informático Diego Lagomarsino, quien proveyó a Nisman de la pistola con la que se efectuó el disparo que terminó con su vida, pero aclaró que no pidió su detención porque “hasta ese momento no encontramos una prueba cierta que lo involucrara con la muerte, no con la entrega del arma”.