En una rueda de prensa del editor jefe del portal WikiLeaks, el periodista islandés Kristinn Harfnsson, ha apuntado que gran parte del material procede de las cámaras instaladas en el interior de la sede diplomática. Se trata en su opinión de una «invasión total de la intimidad del señor Assange». «Desde que Lenín Moreno [actual presidente de Ecuador] llegó al poder, Julian Assange ha vivido en una situación como del Show de Truman», ha dicho Harfnsson.
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El editor ha informado de que han tenido conocimiento de esta trama por una petición de dinero por parte de un grupo de ciudadanos españoles que tenían en su posesión una «enorme cantidad de documentos», incluyendo, además de las grabaciones de las cámaras, «cientos de fotografías» y de documentos. Harfnsson ha dicho que quienes tenían en sus manos la documentación les pidieron dinero por disponer de ellos, por lo que han puesto el caso en manos de la policía española y, según ha afirmado, se ha abierto una investigación por extorsión.
A la rueda de prensa también ha asistido la abogada de Assange, Jenifer Robinson, que ha anunciado que insistirán ante la Comisión Interamericana de Derechos Humanos para que adopte medidas cautelares que protejan a Assange, como ya solicitó en 27 de diciembre de 2018 el bufete de Baltasar Garzón.
La semana pasada el portal WikiLeaks anunció que Assange sería expulsado de la Embajada en el plazo de «horas o días», extremo que luego desmintió el Gobierno ecuatoriano. En opinión de Harfnsson, el hecho de que WikiLeaks anunciara esa expulsión es lo que impidió que se produjera de manera inmediata.
En 2012 Julian Assange se enfrentaba a su detención por una orden europea emitida por Suecia. El país escandinavo lo reclamaba por dos acusaciones de presuntos delitos sexuales, que luego no prosperaron. Se refugió en la Embajada de Ecuador en Londres en junio de ese año y, tras dos meses, el presidente ecuatoriano Rafael Correa le concedió asilo. Más adelante, le dio también la nacionalidad ecuatoriana.
Con la salida de Correa de la presidencia en 2017 y la llegada de Lenín Moreno, las relaciones entre Assange y Ecuador se han deteriorado hasta el punto de cortar sus comunicaciones (algo que, puntualmente, ya había ocurrido en época de Correa) e impedir las visitas desde el exterior salvo las de sus abogados.