La nueva creación se trata de el "chorilenta": el clásico chorizo, pero relleno de polenta.
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“Esta iniciativa nació al igual que aquella de 2000 y 2001 en el comedor Los Gatos, cuando trabajábamos en zona sur de Rosario”, dijo Walter Vallejos, integrante de la organización Luchadores Independientes Organizados. “Lo hacemos en repudio a lo que está pasando. Este gobierno nos ha ilusionado con salir adelante y con llenar las heladeras. Hoy las heladeras están vacías y no se puede comer porque no se puede comprar. No queremos salir a la calle y marchar como lo hacíamos antes porque hay una interna política a la que no queremos sumarnos”, explicó Vallejos.
Los responsables de ambos comedores señalaron que, cuando tienen alimentos para cocinar, elaboran unas 500 porciones de comida para los vecinos que tienen problemas para solventar su sustento diario.
Sin embargo, a veces no tienen con qué preparar los platos, y muchas veces quienes concurren a los comedores deben retirarse con las manos vacías
El “chorilenta”, señaló Vallejos, nació como una forma de protestar frente al gobierno de Argentina que, desde hace meses, dejó de enviar alimentos y ayudas a los comedores de esas localidades. A esto hay que sumar el constante aumento de precios de los productos de primera necesidad, que hacen inviable cualquier proyección presupuestal para los comedores.
Vallejos dijo que varios niños de la zona “salen a la calle a juntar cartón o vender rosquitas” para sobrevivir y procurarse al menos un alimento al día, y muchos no lo consiguen. “Es lamentable y muy triste lo que estamos viviendo”, puntualizó. Además, sumó el problema de la droga, en el que los más jóvenes caen tanto para consumir como para buscarse una forma de subsistencia.
En el Gran Rosario, la pobreza alcanza al 33 por ciento de las personas, según el Indec, mientras que el 7,2% es indigente.