Gas lacrimógeno, palos, empujones: así fue la brutal represión contra jubilados

El operativo, impulsado por la ministra de Seguridad Patricia Bullrich, incluyó un despliegue inusualmente amplio de motos, camiones hidrantes y efectivos policiales que, con gases lacrimógenos y palazos, dispersaron a los manifestantes. A pesar de la brutalidad de la represión, Bullrich celebró lo que describió como una victoria del "orden y la ley". Desde el centro de monitoreo, declaró: "¡Vamos a fondo contra los violentos!”, en referencia a los jubilados y sus acompañantes, entre los que se encontraban organizaciones sociales y partidos de izquierda.

La represión escaló rápidamente. Minutos antes de las 16:00, en la intersección de avenida Rivadavia y Combate de los Pozos, los primeros enfrentamientos con la policía se hicieron evidentes cuando los manifestantes intentaron continuar su protesta pacífica. Los empujones iniciales fueron seguidos por el uso de gas lacrimógeno, afectando a decenas de jubilados. La jornada culminó con al menos 30 heridos y dos detenidos.

Una gestión desconectada de la realidad

Dentro de la Cámara de Diputados, el tono del informe de gestión contrastaba radicalmente con la situación en las calles. Guillermo Francos, en su discurso defendió el veto presidencial a la reforma previsional que contemplaba un aumento de 13 mil pesos al haber mínimo, asegurando que la medida era necesaria para evitar un "colapso económico". Calificó de "irresponsables" e "inmaduros" a los legisladores que habían aprobado la ley, afirmando que el aumento habría conducido a mayor emisión monetaria, deuda e inflación.

Sin embargo, este diagnóstico no convenció a los sectores de la oposición ni a los manifestantes en las calles. Nicolás del Caño, del Frente de Izquierda (FIT), ironizó sobre el veto presidencial, describiendo la suba propuesta como "equivalente a una medialuna por día para cada jubilado".

El silencio ante la represión

Mientras los gases lacrimógenos y los palos dispersaban a los jubilados, Francos apenas hizo una mención tangencial a lo que sucedía afuera del Congreso. "Lamento que hayamos dejado inconclusa la reunión", dijo, aludiendo a la interrupción de la sesión debido a los incidentes. La falta de empatía del funcionario con los reclamos sociales exacerbó aún más el descontento entre los jubilados, quienes ven cómo, día a día, su poder adquisitivo sigue deteriorándose en medio de una crisis económica sin precedentes.

La jornada terminó con Unión por la Patria (UxP) y el Frente de Izquierda retirándose del recinto en señal de protesta, en un gesto simbólico que dejó en evidencia la profunda división que atraviesa al país. Mientras tanto, en las calles, el recuerdo de la brutal represión quedará como otro ejemplo del enfoque represivo que caracteriza al gobierno actual.

La Argentina de Milei parece haber trazado una línea clara, la represión y la fuerza prevalecerán sobre los reclamos de los sectores más vulnerables. Las imágenes de jubilados dispersados por gas lacrimógeno se suman a un escenario cada vez más polarizado, donde las decisiones económicas y las políticas de seguridad del gobierno siguen generando resistencia y críticas desde múltiples sectores de la sociedad.

Fuente: Con información de Página 12